Luz se dirigió a su habitación rápidamente, cerrando la puerta detrás de ella con un suspiro de alivio. Sabía que su excusa había sido improvisada, y aunque su madre parecía haberla aceptado, no quería volver a estar en esa situación.
Mientras se dejaba caer en su cama, su mente seguía repasando lo que había sucedido. *"No puedo seguir llegando tarde sin una buena razón,"* pensó. Pero, en realidad, había estado explorando un nuevo rincón mágico que había descubierto por accidente, lo cual no era algo fácil de explicar a su madre.
Camila, por su parte, permaneció en la sala unos momentos más, con los brazos cruzados, pensativa. *"Luz siempre tiene algo entre manos,"* murmuró para sí misma. Sabía que su hija era inteligente, pero también que no siempre decía toda la verdad. Aun así, decidió no presionarla más por esa noche.
Mientras tanto, en su habitación, Luz se puso a pensar en su próxima aventura. *"No puedo seguir usando las mismas excusas,"* se dijo en voz baja, mirando la ventana abierta. *"Tengo que ser más cuidadosa."*
Después de unos minutos, decidió que era hora de dormir. Mañana sería otro día, y tendría que lidiar con las consecuencias de llegar tarde... y quizás averiguar más sobre lo que había encontrado en esa esquina mágica.
Al día siguiente, Lincoln se despertó con el habitual caos en la Casa Loud. El sonido de varias de sus hermanas discutiendo en el pasillo y el constante ir y venir de la mañana eran algo a lo que ya estaba acostumbrado. A pesar del ruido, Lincoln disfrutaba de estos momentos típicos de su vida en familia. Después de desayunar rápidamente, se despidió de sus padres y salió rumbo a la escuela.
Una vez allí, todo parecía transcurrir como de costumbre. Las clases avanzaban, las conversaciones en los pasillos se daban con naturalidad, pero en el receso, sus amigos se reunieron como siempre para charlar. Sin embargo, Lincoln notó que el tema de conversación giraba en torno a algo que no esperaba.
Clyde (emocionado): *"Entonces, ¿cuál será la próxima cita, Lincoln? Seguro tienes algo en mente, ¿no?"*
Zach (con una sonrisa): *"Sí, has tenido algunas citas interesantes últimamente. No puedes detenerte ahora."*
Rusty (con entusiasmo): *"¡Tal vez podrías ir a una feria o hacer algo más emocionante esta vez!"*
Lincoln, un poco sorprendido por el entusiasmo de sus amigos, trató de responder con calma.
Lincoln: *"Chicos, no es necesario seguir con esto de las citas. Ya he tenido suficientes, creo que está bien dejarlo ahí."*
A pesar de que Lincoln intentaba poner fin a la conversación, sus amigos no parecían querer rendirse. Estaban demasiado emocionados con la idea de que Lincoln continuara con sus citas.
Liam: *"Vamos, Lincoln, no tiene que ser algo grande, solo una salida más. Ya estás en racha."*
Solo Stella permanecía en silencio, observando cómo sus amigos presionaban a Lincoln. Ella parecía entender que Lincoln no estaba tan interesado en seguir con las citas y le lanzó una mirada comprensiva, pero no dijo nada, dejando que él manejara la situación.
Lincoln suspiró, sabiendo que sus amigos no dejarían de insistir tan fácilmente, aunque en su interior pensaba que ya era suficiente con lo que había vivido hasta ahora.
A pesar de sus intentos por detener la conversación, los amigos de Lincoln lograron, de alguna manera, convencerlo de que continuara con las citas. Después de un rato de insistencia, Lincoln finalmente cedió.
Lincoln (resignado, pero con una leve sonrisa): *"Está bien, está bien. Supongo que puedo ir a una cita más. Pero esta será la última, ¿entendido?"*
