Al día siguiente, en la tarde, Lincoln y Rita se encontraban en el supermercado. A pesar de que el lugar estaba lleno de gente, había un ambiente de tranquilidad. Lincoln empujaba un carrito lleno de compras, mientras su madre buscaba varios productos en los estantes.
Rita miró a su alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera escuchando, y decidió que era el momento adecuado para hablar con su hijo.
Rita: "Oye, Lincoln, ¿te has estado divirtiendo últimamente con tus amigos? Me pareció que te vi muy feliz en el parque el otro día."
Lincoln levantó la vista del carrito, un poco sorprendido por la pregunta, pero esbozó una sonrisa.
Lincoln: "Sí, estuvo genial. Jugar frisbee, comer helados... y ver a todos mis amigos juntos fue divertido."
Rita sonrió, complacida al escuchar eso.
Rita: "Me alegra que lo digas. Sabes que siempre puedes contar conmigo para salir o hacer algo divertido. La amistad es importante."
Mientras continuaban su camino por los pasillos, Rita no pudo evitar notar la forma en que Lincoln cargaba con las cosas más pesadas, tratando de ser útil. A menudo, eso le recordaba lo responsable que había sido desde pequeño.
Rita: "Hablando de amigos, he estado pensando... ¿qué te parece si invitamos a los Kubota a cenar este fin de semana? Podría ser una buena oportunidad para que tú y Miko se conozcan mejor."
Lincoln se detuvo un momento, sorprendido por la propuesta. No había pensado en eso.
Lincoln: "Oh, ¿los Kubota? ¿A cenar aquí?"
Rita asintió con entusiasmo.
Rita: "Sí, creo que sería genial. Podemos preparar tacos y tal vez un postre divertido. Así podrías pasar tiempo con Miko y disfrutar de una noche amena con ellos."
Lincoln se rascó la cabeza, un poco dudoso.
Lincoln: "No sé, mamá. ¿Y si a ellos no les gusta? O si no se llevan bien con mis amigos."
Rita: "Confía en mí, Lincoln. A veces, solo se necesita una pequeña oportunidad para que las cosas fluyan. Además, me gustaría que ellos también se sintieran cómodos aquí. Y estoy segura de que a tus amigos les encantaría conocerlos."
Mientras caminaban hacia el área de productos frescos, Lincoln comenzó a pensar en cómo sería la cena. La idea de que Miko estuviera en su casa le generaba un poco de nervios, pero también le parecía emocionante.
Lincoln: "Está bien, supongo que podría funcionar. Siempre he querido que mis amigos se conozcan entre sí."
Rita sonrió, complacida por la respuesta de su hijo.
Rita: "Perfecto. Hablaremos con ellos después de que hagamos las compras. Pero recuerda, es solo una cena, sin presión."
Lincoln asintió, sintiéndose un poco más aliviado. Mientras seguían cargando el carrito con los artículos de la lista, Rita no podía dejar de pensar en cómo este gesto podría ayudar a Lincoln a sentirse más conectado y menos solo en este tiempo de cambios.
Finalmente, después de un rato de compras y charlas, llegaron a la caja para pagar. Mientras Lincoln descargaba los productos, su madre aprovechó el momento para seguir la conversación.
Rita: "Lincoln, sé que a veces he sido dura contigo, pero siempre lo hago porque me importa. Quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte en todo momento."
Lincoln se detuvo un segundo, sintiendo una calidez en su pecho. Miró a su madre y le sonrió.
Lincoln: "Lo sé, mamá. Gracias. Intentaré ser más comunicativo. A veces se me olvida."