12 • |Pijama|

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Después de cenar y recoger la cocina, fuimos al sofá viendo un programa aleatorio que daban en la tele. Yo estaba sentado, y Dooshik estirado apoyando su cabeza en mis piernas, mientras yo acariciaba su cabello. El suave sonido de las voces en la televisión se mezclaba con el ambiente, creando una atmósfera de calma que me hacía sentir en paz.

—¿Sabes? Esto es perfecto —dijo Dooshik, cerrando los ojos y disfrutando de mis caricias.

—¿El programa o yo? —bromeé, sintiendo su peso y calor en mis piernas.

—Tú, y la situación. El programa es una mierda —respondió sin abrir los ojos con una sonrisa.

Me reí suavemente, sintiéndome afortunado de poder compartir momentos como este con él.

La televisión seguía sonando de fondo, pero en ese momento no tenía importancia. Lo único que quería era disfrutar de la presencia de Dooshik. Ese momento se sentía especial.

—¿Te gustaría que pusiéramos una película en vez de esto? —pregunté, sintiendo que el programa realmente no estaba capturando nuestra atención.

—Sí, eso suena mejor —respondió, estirándose un poco y abriendo los ojos, los cuales brillaban con interés.

Estiré mi brazo tratando de llegar al mando sin molestar a Dooshik, pero no lo logré y fue él quien me lo pasó.

—Estas chiquito —se burló volviendo a la posición en la que estaba, pero está vez boca arriba mirándome. Atrapó mi mejilla entre sus dedos y la apretó ligeramente.

—¡No es cierto! Tu eres demasiado alto —bufé.

Puse una de las tantas aplicaciones donde habían montones de películas y comencé a pasarme buscando algo que pudiera ser interesante.

—¿Qué tal una comedia romántica? —sugerí sabiendo que le gustaban, una vez se le escapó. Según él, era un secreto.

—Está bien, son tan predecibles que si te pierdes un rato de película enseguida pillas el hilo de nuevo —dijo con un tono burlón.

Dooshik se giró para ver la televisión en cuanto puse la película.

Durante la introducción, Dooshik se acurrucó más. Encontró mi brazo y lo paso sobre su cuerpo, cogió mi mano y entrelazó nuestros dedos depositando un suave beso. No podía evitar sonreír.

A medida que la película pasaba, con mi mano libre, comencé a juguetear con su cabello entre mis dedos. La atmósfera era perfecta.

A medida que avanzaba la película, íbamos haciendo bromas y comentarios, que parecía unirnos más. En un momento especialmente divertido, Dooshik soltó una risa contagiosa y, sin pensarlo, le di un suave beso en la cabeza.

—¿Ves? Así es como se gana a alguien, con dulzura y risas —dijo él, sonriendo hacia mí.

—Y también con un poco de bibimbap —bromeé, haciendo que él soltase otra carcajada.

Finalmente, después de que la película terminara, decidimos que era hora de ir a la cama. Dooshik se sentó en el sofá, pues aún seguía estando estirado sobre mis piernas. Se le veía somnoliento.

Me levanté y le ofrecí mi mano.

—¿Vamos? —pregunté, el acepto mi mano y se levantó.

—Sí, pero… —dijo acercándose a mí con una mirada traviesa —. ¿Qué tal si primero hacemos esto?

Antes de que pudiera reaccionar, me tomó por la cintura y me besó suavemente. Fue un beso lleno de cariño.

Nos separábamos solo un poco, mirándonos a los ojos. Y después fuimos a su habitación.

Un Refugio En Tí •|ᴘᴇᴀʀʟ ʙᴏʏ|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora