El silencio después de lo que acababa de ocurrir entre nosotros era pesado, pero se sentía como una tranquilidad compartida. Dooshik apoyado en mí, con la respiración que poco a poco volvía a un ritmo más tranquilo. Sus ojos se cerraban por momentos, y su cabeza descansaba en el hueco entre mi cuello y hombro, como si quisiera quedarse ahí por una eternidad.
Acaricié su cabello suavemente, dejándolo disfrutar de esa cercanía mientras sentía su calidez envolverme. Estaba empezando a acostumbrarme a estos momentos donde solo éramos nosotros, y ese espacio íntimo que habíamos creado, lleno de susurros sin palabras y gestos que hablaban más que cualquier conversación.
Después de unos minutos, Dooshik separó ligeramente su cuerpo del mío, pero aún seguía dentro de mi y su rostro aún descansaba en mi hombros. Sus ojos se encontraron con los míos, y una suave sonrisa curvó sus labios.
—Podría quedarme así para siempre —susurró, con una voz mucho más suave que antes.
Sonreí y llevé mis manos a su espalda, acariciando su piel mientras lo observaba.
—Yo también —respondí, disfrutando de la tranquilidad que sentía al estar a su lado —. Pero..., creo que dijiste algo sobre una ducha.
Dooshik soltó una risa perezosa, y con un suspiro, finalmente se apartó de mí, saliendo de mi interior, aunque aún mantuvo una mano en mi cintura, como si no quisiera dejarme ir del todo.
—Sí, es verdad —murmuró mientras me ayudaba a bajar de la encimera, sus manos sosteniéndome con cuidado. A pesar de su tono juguetón, notaba la atención que ponía en cada uno de mis movimientos, asegurándose de que estuviera bien —. Vamos, antes de que me convenza de quedarnos aquí el resto del día —añadió guiñándome un ojo antes de llevarme de la mano hacia el baño.
El baño se llenó pronto con el suave sonido del agua corriendo y el vapor que comenzaba a envolvernos. Me quedé en silencio, observando cómo Dooshik ajustaba la temperatura del agua con una expresión relajada pero concentrada.
Una vez ya estaba templada, Dooshik se metió primero en la ducha, ambos estábamos ya desnudos, yo entre seguido de él. El agua tibia era una muy buena sensación sobre nuestra piel, y cuando nos metimos bajo el chorro, Dooshik me rodeó con sus brazos una vez más, como si el contacto fuera necesario para él tanto como para mí.
—Esto..., esto es lo que quiero —murmuró cerca de mi oído. Su voz se mezclaba a la perfección con el sonido del agua cayendo —. Poder hacer estas cosas contigo, sin prisas, sin que nada más importe.
Sentí un nudo formarse en mi pecho al escuchar la sinceridad en sus palabras. Apoyé mi cabeza en su pecho, dejando que el agua cayera sobre nosotros mientras lo abrazaba con más fuerza.
—Podemos hacer esto cada vez que quieras —le respondí suavemente —. Porque no me importa dónde estemos o qué estemos haciendo. Siempre que esté contigo, todo estará bien.
Dooshik soltó un suspiro profundo, como si mis palabras hubieran aliviado algo dentro de él. Nos quedamos bajo el agua por unos minutos más, en silencio, dejando que el calor nos envolviera y que el momento simplemente se desvaneciera en algo cómodo y natural.
El se ofreció para sacar su semen de mi interior, aún que me daba vergüenza, más vergüenza me daba hacerlo yo solo.
Me agarré a sus brazos y el metió dos dedos retirando todo lo que quedaba de su esencia en mi interior.
Después de eso, me pasó la esponja por la espalda, haciendo que me relajara mucho.
Finalmente, cuando salimos de la ducha, ambos más relajados pero aún con esa sensación de proximidad entre nosotros, Dooshik me miró mientras se secaba el cabello, con una sonrisa que parecía contener algo más que simple satisfacción.
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Un Refugio En Tí •|ᴘᴇᴀʀʟ ʙᴏʏ|•
Fanfic"Hay amores que solo pueden existir en tu corazón, no en tu vida" • Está historia no sigue la línea temporal del manhwa de Pearl Boy. • Aparición de personajes de otros manhwa, como Jinx, Pintor Nocturno y Bj Alex.