Capítulo 2

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VILLALOBO

SOFIA

—Sofía, ¿podrías ir a la tienda a comprar?

—¿No puede ir mi hermana Isabel?...

Mi padre me miró de mala cara, como si quisiera que fuera yo quien debería ir a la tienda.

—Está durmiendo, por favor no tienes que comprar mucho. Además, así al menos conoces aunque sea un poco el pueblo y visitas la tienda.

—Bueno...

Al final tuve que aceptar, me puse lo más sencillo que encontré en mi armario y salí a la calle.

¿Dónde estaba esa maldita tienda?

Alimentación María, supongo que debe ser esta tienda. Voy a entrar.

—Hola, buenos días. —saludó la trabajadora.

—Buenos días. —respondí amablemente.

Menos mal que papá me hizo una lista, siempre es tan atento en estos caso. Tengo que comprar una docena de huevos, dos barras de pan, arroz, tomate, una botella de agua, una botella de Coca-Cola y ya estaría.

No parece tan complicado.

En cuanto encontré lo que me pidió me dirigí a la cajera para comprarlo.

—¿Quiere una bolsa?

—Sí por favor.

—Entonces serían... 9,20 euros.

Le di el dinero y agarré la bolsa con las cosas, tenía planeado comprar algún aperitivo pero la verdad es que no tenía mucha hambre.

Dentro de la tienda había un chico bastante raro con una gorra hacia atrás. Qué, casualmente salimos de la tienda a la misma vez.

Creo que me está siguiendo, voy a tratar de ir más rápido antes de que me encuentre.

—¡Eh, tú, oye! ¡Ven aquí, no huyas!

El me agarró por detrás y al voltearme le di con la bolsa en toda la cabeza. Creía que me quería robar.

—¿Pero qué coño haces? Que no te iba a hacer nada, joder.

Por suerte no le di fuerte y no se hizo ningún daño nada de lo que había en la bolsa.

Si el chico no iba a robarme. ¿Entonces por qué me hablaba de esa manera?

—Perdón. —me disculpo incómodamente— Creía que me ibas a robar o algo, me estabas llamando en plan ¡eh, tú oye! Como si fuera un animal.

—Pues a lo mejor una perra si que eres.

¿Me acaba de llamar perra en toda mi cara?

Pero quién se cree que es ese imbécil, ¡que le den por culo! Maldito gilipollas.

—¿Perdona? ¿Pero qué has desayunado un payaso para ser tan gracioso? Vete a la mierda, imbécil.

—No te lo tomes personal. Además, yo no sé tu nombre. Pero o sea que te pega algo así como Marta o Camila.

—¿Y a ti? ¿Imbécil con gorra? Deja de estar jodiendo y dime qué es lo que quieres.

—Bueno, que se te había caído el dni, deberías andar con más cuidado. Venía a devolvértelo, no te pongas así.

Justo cuando me lo fue a devolver, lo miró de reojo y yo se lo quité de encima.

Qué descarado, si piensa que se lo voy a agradecer ya se podría largar de mi vista.

Efímero (Los cuatro reinos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora