Efímero (Los cuatro reinos)

Capítulo 4

VILLALOBO

SOFIA

La noche de ayer llamé al número que había en la tarjeta, sin embargo nadie me respondió. En la tarjeta había una dirección, supongo que después de la escuela iré ahí.

Ahora mismo me dirijo hacia la escuela, después de lo que pasó ayer posiblemente hablarán de aquello.

Realmente es muy triste, la muerte de Samuel los ha entristecido a todos. Yo apenas lo conocía pero se ve que era un buen chico.

—Buenos días, Bruno. —salude para tratar de animarle.

—Buenos días. —dijo con un hilo de voz.

Es extraño, se ve que está triste.

De todas formas no puedo darle importancia ahora, no sin antes descubrir que es lo que está sucediendo en este pueblo.

Después de la escuela me reuniré con el adulto que me habló en el castillo para aclararlo. Además, me vendrá de lujo para el trabajo de Historia.

Que por cierto, también es extraño el hecho de que nos pidiera ese trabajo.

Acabo de llegar al aula, todos están callados y sentados en sus asientos. Elena no ha venido, supongo que debe sentirse triste pero estaba más que claro que hay algo que está ocultando.

Debo hablar de todo esto con Bruno, pero de momento no es buen momento porque pensara que estoy realmente loca.

Ha llegado el profesor Rick.

—Buenos días estudiantes.

—Buenos días.

El profesor se sentó en su asiento y se quedó callado durante unos segundos. Toda la clase lo miraba en silencio.

—Bueno, parece que hoy es un día algo triste. Supongo que ya os habéis enterado del accidente de ayer. Sí, vuestro compañero Samuel ha fallecido. Tal vez la noticia sea bastante fuerte para algunos de vosotros pero debéis abrir los ojos. Dijeron que fue por una sobredosis de drogas, ¿de verdad alguno de vosotros cree que fue por eso? ¡Os están engañando! Yo no conocí mucho a Samuel pero puedo dar por hecho que era una persona increíble y que lamento su pérdida.

Él sabe cosas, es obvio.

No sé ni para qué me he mudado a este
pueblo.

—¡Todo esto es mi culpa! —los ojos de lucía centellearon— yo le forcé a que viniera conmigo a la fiesta...

De pronto Lucía, la morena salió huyendo del aula mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

—No, no es su culpa. Es mía por organizar esa fiesta. —admitió Ángela con mucha pena y la cabeza mirando al suelo.

—No es culpa de nadie, chicos calmense.

En esta clase hay demasiada tensión.

Tengo que hablar con el profesor, estoy segura que él sabe algo.

—¿Profe, usted por qué piensa que nos están engañando? Nos pidió que investigáramos el pueblo como trabajo, ahora dice que nos engañan. Explicate.

—Bueno Sofía, no creo que os engañen pero simplemente alguien oculta la verdad. Lo del trabajo es algo escolar, no busques significados.

—Ya, bueno...

Está claro que me está mintiendo.

¿Si habla lo cancela el gobierno o que?

ELENA