Capítulo 3

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VILLALOBO

SOFIA

Ya es lunes. En todo el domingo apenas hice algo, después de la traición todavía me cuesta analizarlo todo.

O sea, mi novio y mi mejor amiga quienes conozco desde que he sido pequeña se estaban liando en aquella foto.

Ayer les llamé y los mandé a la mierda. Pero ahora no es momento de pensar en eso. Son las 8 de la mañana y se supone que hoy debo ir a clases.

Ya me he vestido y he recogido todas mis cosas, estoy preparada para ir. Pues no es que tenga más remedio.

Salí de casa y me encontré a Bruno, ya que iríamos juntos.

—Buenos días, Sofi.

—Buen día.

—¿Sabes ir?

—Claro que sé cómo ir. Ni siquiera sé porqué mi madre te dijo que me acompañaras.

—Para que no te saltarás las clases nuevamente.

Bueno, eso sí que tenía algo de razón.

Por el camino a clases nos encontramos con Elena, decidimos ir juntos.

—¿Qué hay, chicos?

—Hola Elena.

—Hola. —dije cansada.

—Pero con más energía, joder. Los he visto más vivos en los cementerios.

Es muy temprano, ¿cómo quiere que tengamos energía? Además, es lunes.

—Elena, son las 8 de la mañana de un lunes. De energía no hay absolutamente nada.

—Buenooo, Bruno pero al menos con más ánimo. —Elena le dio una palmadita en la espalda para animarlo—.

De un momento a otro, Elena se quedó quieta. Ni Bruno ni yo entendimos el porqué

—¿Qué pasa, estás bien?

—Sí... estoy bien, tranquilos. —dijo algo aterrada, como si todo el ánimo que tenía se hubiera esfumado de un segundo a otro—. Venga vamos.

Seguro debió acordarse de que es lunes y se le bajó el ánimo o la batería social.

De hecho, a mí siempre me pasa.

ELENA

Justo en el momento que tocó a Bruno, ella volvió a tener una de sus visiones.

En la visión vio algo extraño, era como una fiesta con mucha luz, mucho alcohol y lleno de gente.

Pero de pronto todo se volvía oscuro y escuchó un grito de alguien conocido, aunque no pudo descifrar quién era.

—Ya hemos llegado.

—Sí, qué pereza. No quiero ir, ¿nos saltamos las clases? —bromeó Sofía

—Sofi, tú madre ha dicho que no. Anda, entremos así Elena y yo te presentamos tu clase.

Elena seguía sin decir absolutamente nada, ella estaba muy extraña.

—¿Elena?

Ella asintió con la cabeza.

SOFIA

Subimos las escaleras y llegamos a clase.

Bruno me presentó un poquito lo básico que debía saber del instituto y me llevó a la clase. Elena fue a saludar a uno de sus amigos.

Efímero (Los cuatro reinos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora