drift

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Las cosas iban bien, Anon me llevó a mi casa ya por la noche después del hermoso concierto de Fang. Las estrellas que empezaron a salir y la luna asomándose entre las casas de los suburbios dieron el escenario perfecto para una escena hermosa sacada de algún anime romcom. Su mano se separó de la mía de a poco, aunque por la forma en la que sus dedos se deslizaron por mi palma me decía claramente que no quería dejarme ahora… no sé qué nos pasa, no sé por qué está así de cariñoso ahora… Pero no me molesta, ni un poco.

“DÍSELO, SONIA”

La voz en mi cabeza solo exige que me declare, que le diga lo tanto que lo amo… pero no digo nada. Aún no es el momento, todavía no.

No pude evitar quedar viendo como se iba en un intento de alargar el tiempo que mis ojos no lo pierdan de vista, aunque no dura, ya que termino por perderlo. Aún así, mi mano se encarga de abrir la puerta de mi casa… ojalá no lo hubiera hecho.

Ahí está mi madre, sentada en el sofá con siete botellas de vino vacías a sus pies y una a medio tomar en la mano izquierda. Su mirada está clava en la entrada, pero apenas entró en su campo de visión me apunta sin soltar su tan preciado vino.

— me mentiste —no digo nada ante la acusación, mi garganta se cerró— ví la foto de los estados de James, fuiste al único lugar que yo te dije que no fueras…

Ella se tambalea debido a la borrachera, deja la botella una vez la vacia y sigue hablando.

— el chico de la foto, ¿Quién es? ¿Tu dealer?

Mi mundo se detuvo, ¿Acaba de llamar a Anon como un traficante?... Claro, por el cosplay es difícil reconocerlo. Mis manos se cierran en puños y doy dos pasos hacia mi madre, la cual no cambia su expresión indiferente.

— No, es alguien muy importante para mí  —las palabras que solté solo generaron que ella alzará una ceja, su un expresividad ya me esta poniendo nerviosa.

— ¿Tienes novio señorita? Que desastre de chico, descarrilando a mi hija y guiandola al fracaso.

No tengo porqué seguir escuchando a una borracha insultar a la persona que amo, así que me trago mis veneno y camino en dirección a mi cuarto. Creo haber oído a mi madre decir algo mientras mis piernas me llevan hacia las escaleras, pero hago oídos sordos completamente… di un paso, pero me detuve al oír algo de parte de mi madre

— de todos modos, cuando seas me agradeceras de haber vendido todas tus cosas. —poco después pude oírla tomar más vino, como si lo que dijo fuera lo más normal del mundo.

Ahora apresuró el paso, a medida que pisó los escalones mi mundo se viene abajo. Mi cabeza empezó a visualizar mi cuarto sin mis cosas, sin mis libros, sin nada…

Nunca había entrado tan rápido a mi cuarto… no hay nada, todo es tan aburrido y monótono, se siente vacío y sin vida. Mi cama tiene sábanas grises y almohadas negras, sin rastro de mis peluches coleccionables. Mi armario no tiene los pósters que pegué y no están mis “juguetes” debajo de mi almohada…

Lo vendió todo.

Mi mundo se cae a pedazos, las lágrimas empiezan a salir y mis piernas no resisten mi propio peso. Primero caen mis rodillas, pero no tardó en adoptar la posición fetal para llorar en el suelo… Hasta que lo veo.

La luna está perfectamente alineada con el exterior, su luz entra directamente a mi cuarto iluminándome la cara. Gateó hasta la ventana abierta y miro el patio trasero… algo que hice hace poco fué hacer una cápsula del tiempo, una maleta llena de mis cosas que debería abrir en 5 años.

Es ahí cuando se me ocurrió la brillante idea… de escapar de casa.

Casi instantáneamente salté de la ventana, como no tuve en cuenta la caída, termino por estrellar contra un arbusto que amortiguó la caída. Aun así, eso no evita que me mueva hacia el centro del patio y empiece a cavar con mis propias manos… ¿Duele? Si, Pero no me importó.

Dungeons & DinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora