conociéndonos un poco más

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— ay, ¡Anon es tan dulce! —Mis palabras salen en forma de una sinfonía de alegría pura.

Estoy en camino a mi casa en este mismo momento después de haber ayudado a Fang con un bonito lugar para que su banda toque. Mis piernas se mueven al son de una música que solo suena en mi cabeza, como vivo cerca de la casa de Fang, podía tomarme la libertad de caminar a mi casa. Mi cola se mueve de lado a lado de manera inconsciente, pero tampoco me importa mostrar que estoy felíz.

Mi caminata me guía hasta la puerta principal de mi casa, no vivo muy lejos de la casa de Fang, así que no tuve que caminar mucho. Las calles de esta zona no son peligrosas, es un "lugar adinerado" si no me equivoco, es entendible que no corra riesgo de ser asaltada o algo por el estilo. Las luces de las casas y de los faroles iluminan las solitarias calles y jardines, una imagen fácilmente desoladora me transmite paz, calma y tranquilidad... supongo que tiene que ver que sea justo en frente de mi casa.

Saco mis llaves, contemplando el llavero de un dado con 20 caras: un bonito regalo de mi padre justo antes de su divorcio con mi madre... agh, que me pongo a llorar de nuevo. Con suavidad paso la llave por la cerradura de la casa, aunque ni siquiera tuve que girarla, la puerta se abrió con un solo empujoncito. El hecho de que la puerta no esté cerrado con llave me indica una sola cosa, algo que desearía que no fuera así: que mi madre llegó del trabajo y estaría haciendo la cena.

Mi mamá, Cassie Smith, es una de las mejores abogadas de Volcadera, algunos hasta llegan a decir que si está de tu lado, puede salvar de la cárcel hasta el asesino serial más peligroso... aunque obviamente son mitos. Ella es muy buena en lo que hace, pero es una madre soltera, a si que no pasa mucho tiempo en casa. Pero tengo que reconocer que, aún haciendo todo sola, es una buena madre. Nunca me falta nada, ni útiles escolares ni comida sobre la mesa.

— solo quisiera que deje de ser tran prejuiciosa —digo entre dientes, sin si quiera poner un pie dentro de mi casa. Pero no puedo quedarme ahí por siempre, así que abro la pu por fin.

La decoración, los jarrones y la mesa con platos me recibe. Ya comí con Anon y todo, pero no puedo decirle que no a más comida. Los platos estaban a revisar de un guiso de carne, un platillo que Frost me mostró la reseta hace ya dos años... que curioso, mi madre no piensa muy bien de él, es raro que haga su receta.

Mi madre rápidamente se asoma por la cocina, la cual estaba a la vista desde la puerta principal. Ella es una micro raptor de la misma estatura que Anon, sus escamas son de un color azul más apagado que el mío y su cabello es también pelirrojo, solo que usa una cola de caballo que le llega casi hasta la cintura. Definitivamente heredé el pelo y los ojos de mi madre. Ahora mismo usa una camisa amarilla corta, aparentemente una vieja que usa de pijama, combinada con un pantalón tipo "harem" negros. Por último, usa unas pantuflas de oso de color marrón, esto desentona mucho con la mirada seria que tiene en el rostro.

— Sonia Johana Marshall Smith, ¿acaso sabes qué hora es?

— eeeeh... ¿hora de comer?

— Son las 10:34 exactamente, creí ser muy clara con la parte de "llega antes de la cena" jovencita —mi madre se apoya en el marco de la puerta que separa la cocina del comedor.

— Perdón, es que no encontrábamos un buen lugar. Pero todo terminó bien —mis intentos por calmarla fueron en vano, ella señala el plato de comida en la mesa.

"Ok, se lo diré en la cena... en la segunda cena"

Yo me siento en la mesa rectangular, mi madre se sienta en el otro extremo opuesto, mirándome con ceño fruncido. Sinceramente la vi tantas veces así que ya no me causa terror, pero aún así no dejo de mirarla en silencio mientras me ponía a comer. El silencio y la incomodidad se hicieron presentes bastante rápido, ella estaba mirándome con mucha atención como un depredador vigilando a su presa... que miedo.

Dungeons & DinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora