𝗣𝗢𝗣𝗨𝗟𝗔𝗥 𝗚𝗨𝗬 || 𝟬𝟱

16 9 0
                                    


。゚ °ₒ 𓂂 ˚ 𓂂 ₒ ° ₒ 𓂂 ˚˖⋆。゚ₒ 𓂂 ˚ 𓂂 ₒ ° ₒ 𓂂 ˚˖⋆

El sol se había escondido hacía horas, dejando el cielo cubierto de una oscura manta estrellada. El colegio estaba casi vacío, con solo unas pocas luces encendidas en los pasillos y salones, creando un ambiente que me hacía sentir pequeño y vulnerable. Me quedé allí, de pie frente a la entrada principal, esperando que alguien viniera a recogerme. Pero los minutos pasaban, y no había señal del chico que mi padre había mandado a buscarme. 

Llevaba más de media hora esperando, y el frío comenzaba a calar en mis huesos. Miré mi télefono por enésima vez, esperando un mensaje, una llamada, algo que me indicará que no me habían olvidado. Pero la pantalla seguía en blanco, sin notificaciones.

Suspiré y me crucé de brazos, intentando mantener el calor mientras la impaciencia crecía en mi interior. No sabía cúanto tiempo más podría aguantar allí, solo en la oscuridad, antes de que la preocupación empezará a hacerme mella.

Justo cuando estaba considerando la posibilidad de caminar hasta alguna cafetería cercana para esperar, escuche unos pasos acercándose. Levanté la vista y vi a Minho saliendo del edificio, su silueta recortada contra la tenue luz del pasillo.

Me sorprendió verlo allí a esas horas. Normalmente, él era uno de los primeros en salir de la escuela, siempre evitando quedarse más tiempo del necesario. Pero ahí estaba, caminando hacía mí con una expresión de sorpresa al verme todavía en la entrada. 

―¿Qué haces aquí tan tarde?― Preguntó, deteniéndose frente a mí y examinándome con una mezcla de curiosidad y preocupación.

―Estaba esperando que alguien viniera a recogerme― Respondí, sintiendo alivio por no estar solo y una punzada de incomodidad al tener que explicarle mi situación― El chico que me presento papá se supondría que vendría, pero no ha llegado.

Una sonrisa sarcástica se formo en los labios de Minho.

―¿Te plantó tu noviecito?― Bromeó, cruzando los brazos mientras me miraba con esa actitud burlona que había llegado a conocer demasiado bien. 

Rodé los ojos, frustrado por su falta de sensibilidad.

―Si no me vas a ayudar, mejor vete― Dije intentando sonar más seguro de lo que realmente me sentía. Lo último que quería era que él se quedará allí solo para burlarse de mí en un momento tan incómodo. 

Para mi sorpresa, en lugar de reírse y marcharse, Minho cambió su expresión a algo más serio. Sin decir nada, dio un paso hacía mí y, antes de que pudiera reaccionar, me tomó de la mano.

―Ven, te llevo a casa― Su tono firme pero sin la habitual burla en su voz. 

Me quedé quieto por un momento, sorprendido por su gesto. Su mano era cálida en comparación con la fría noche, y la sensación de su piel contra la mía me dejó un poco aturdido. Pero antes de que pudiera decir algo, él ya me estaba guiando hacía donde tenía estacionado su auto.

El camino hasta el auto fue corto, pero el silencio entre nosotros se sintió denso, cargado de palabras no dichas y emociones enredadas. Cuando finalmente llegamos, Minho abrió la puerta del copiloto y me hizo un gesto para que entrara.

Me senté en el asiento, todavía algo desconcertado por el giro que había tomado la noche. Él dio la vuelta al auto y se acomodó en el asiento de conductor, arrancando el motor sin decir una palabra.

Mientras nos alejábamos del colegio, el silencio en el auto se volvió más palpable. Podía escuchar el suave ronroneo del motor, el crujido de la grava bajo las ruedas, y mi propia respiración más acelerada de lo normal. No sabía como romper el hielo, y parecía que él tampoco estaba dispuesto a hacerlo.

Finalmente, decidí que tenía que decir algo. El comportamiento de Minho había sido tan contradictorio últimamente que me estaba volviendo loco. Un día estaba distante, como si no le importara en absoluto, y al siguiente era cariñoso, buscando una conexión. No podía soportar la incertidumbre por más tiempo.

―¿Por qué aveces eres tan distante y otras veces tan... cercano conmigo?― Pregunté, manteniendo la mirada fija en la carretera frente a nosotros, demasiado nervioso para mirarlo directamente. 

Sentí su mirada en mí por un breve instante antes de qué el volviera a concentrarse en la carretera.

―¿Cercano?― Repitió, quizás la palabra le resultaba extraña. 

―Sí― Dije, asintiendo lentamente― Aveces eres amable, casi cariñoso, y otras veces parece que no quieres ni hablarme. Es confuso, Minho.

Él soltó una pequeña risa, más de diversión que de burla, y negó con la cabeza.

―Es solo para molestarte, lindo― Respondió, su tono ligero, como si no fuera un gran asunto.

Fruncí el ceño, sentía que había algo más detrás de sus palabras.

―¿Solo para molestarme?― Sentí una mezcla de incredulidad y resignación. Me resultaba difícil creer que todo fuera tan simple como eso.

Minho no respondió de inmediato. En lugar de eso, se quedó en silencio por un momento, como si estuviera considerando sus palabras con cuidado. Finalmente, lo escuché murmurar, casi en un susurro.

―Tampoco es que entiendas las indirectas...

Sentí un leve escalofrío recorrer mi columna al escuchar esas palabras, que ocultaban más de lo que él estaba dispuesto a admitir. Giré mi cabeza lentamente para mirarlo, pero él mantenía su mirada fija en la carretera, su expresión tranquila y seria.

¿Qué quería decir con eso? ¿Qué era lo que yo no estaba entendiendo? La pregunta quedó suspendida en el aire, sin una respuesta clara, y aunque quería presionarlo para qué me lo explicara, algo en su actitud me hizo dudar.

El resto del viaje transcurrió en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Cuando finalmente llegamos a mi casa, él estaciono el auto frente a la entrada y apagó el motor. Por un momento, ambos nos quedamos ahí, sin movernos, como si ninguno de los dos quisiera ser el primero en romper el silencio.

Minho se giró hacia mí, su expresión más suave de lo que estaba acostumbrado a ver en él.

―Llegamos, precioso― Dijo con una sonrisa leve en los labios.

Asentí, sintiendo una extraña ola de emociones mientras me desabrochaba el citurón de seguridad y abría la puerta del auto.

―Gracias, Minho― Dije suavemente, sin saber que más agregar.

Él solo me dio un pequeño asentimiento, observandome mientras salía del auto y me dirigía hacia la puerta de mi casa. Mientras caminaba, sentí su mirada en mi espalda, y aunque no me atreví a girarme para verlo, una parte de mí sabía que esa noche había marcado un cambio en nuestra relación. 

。゚ °ₒ 𓂂 ˚ 𓂂 ₒ ° ₒ 𓂂 ˚˖⋆。゚ₒ 𓂂 ˚ 𓂂 ₒ ° ₒ 𓂂 ˚˖⋆

En un tiempo les traigo más capítulos de esta historia.
¿Que les ha parecido hasta ahora?

Vayan a hecharle un vistazo a el perfil de la autora original. Es muy talentosa!! Y le estoy agradecida por haberme dejado adaptar esta maravilla. 
♡♡♡

⋆ → 𝗣𝗢𝗣𝗨𝗟𝗔𝗥 𝗚𝗨𝗬 - 𝗺𝗶𝗻𝘀𝘂𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora