Capítulo 4: "El atacante misterioso"

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Al momento que Alessandro estaba por revelar la verdad una mesera con una bandeja llena de tragos se acercó y tropezó, dejando caer todas las bebidas en el regazo de Lilith.

-Discúlpeme señorita, no fue mi intención- Dijo la mesera.

-No hay problema- Respondió Lilith, levantándose suavemente para dirigirse al tocador a limpiarse.

-Iré al tocador- Le dijo Lilith a Alessandro, el cual asintió con la cabeza y moviendo levemente la comisura de su boca formó una leve sonrisa.

Al entrar al tocador, aún Lilith no sabía bien que es lo que estaba ocurriendo, mientras limpiaba sus prendas pensaba ¿Debía escuchar lo que Alessandro tenía que decirle? ¿O acaso era mejor no saber nada, olvidar aquel día en que ambos chocaron y rehacer su vida en California como ella había planeado?

Lilith salió del tocador, aún confundida sobre si quería saber la verdad o ignorar todo. Se acercó a Alessandro y le dijo:

-Creo que es mejor que me acompañes a mi casa. Podemos terminar la conversación allí.

Alessandro asintió y se levantó. Caminaron en silencio hasta la casa de Lilith, pero,al llegar, notaron que la puerta estaba abierta y el lugar estaba oscuro y desordenado.

-Algo está mal -dijo Alessandro, entrando primero.

Lilith se escondió detrás de él, temblando. De repente, una figura con el rostro desfigurado salió de las sombras, decidida a atacar.
Alessandro se interpuso entre Lilith y el atacante, protegiéndola. Lilith se escondió detrás del sofá, sin que su miedo evite mirar.
Lo que vio la dejó horrorizada. Los ojos de Alessandro se tornaron amarillentos y de su boca salieron dos protuberancias como dientes filosos. Los muebles volaban en una lucha intensa entre Alessandro y el atacante.

Un jarrón cayó sobre la cabeza de Lilith, y todo se volvió negro.

En su sueño, Lilith se encontraba en una época antigua, en un baile. Alessandro, vestido con ropa de época, se acercó a ella. Ella estaba escribiendo una carta en un rincón del salón, pero no podía leer lo que decía, las letras se tornaron borrosas.

Alessandro la besó apasionadamente y Lilith cayó al suelo. Personas la rodearon, confirmando su muerte por un paro cardiaco.

Lilith se despertó en su casa, con Alessandro sentado a su lado limpiando las heridas de su rostro.La habitación estaba en orden, como si nada hubiera pasado.

-¿Qué... qué sucedió? -preguntó Lilith, confundida.

Alessandro sonrió, con sus ojos normales de nuevo.

-No te preocupes, Lilith. Estás a salvo ahora.

Lilith se sentó, intentando recordar lo que había pasado.

-¿Qué eres? -preguntó, mirándolo fijamente.

Alessandro suspiró, como si supiera que no podía ocultar la verdad por más tiempo.

-Soy alguien que ha estado protegiéndote durante mucho tiempo, Lilith. Alguien que ha visto tu muerte y tu renacimiento.

Lilith se estremeció, sin saber qué creer.

-¿Qué quieres decir? -preguntó, su voz apenas audible.

Alessandro se inclinó hacia ella, su mirada era intensa.

-Quiero decir que tu vida no es lo que parece, Lilith. Hay secretos que debes conocer. Secretos que cambiarán todo.
Lilith se sentó en el sofá, aún confundida y asustada.

-¿Quién era ese hombre? -preguntó, mirando a Alessandro con ojos inquisitivos.

-Un demonio -respondió Alessandro, su voz era seria-. Uno que busca atacarte.

Lilith se estremeció, sin entender cómo era posible.

-Pero... ¿cómo está la casa así? -preguntó, mirando alrededor-. Estaba destrozada antes.

Alessandro se acercó a ella, con una taza de té en la mano.

-No importa ahora -dijo-. Debemos irnos de aquí lo antes posible. A un lugar seguro donde ese demonio no nos encuentre.

Lilith dudó, sin saber si confiar en Alessandro.

-¿Quién eres? -preguntó, buscando respuestas.

Alessandro sonrió, pero no respondió.

-Con el tiempo lo sabrás -dijo-. Pero por ahora, debes confiar en mí.

Lilith se sintió frustrada, pero algo en la mirada de Alessandro la hizo decidir seguirlo.

-De acuerdo -dijo, levantándose-. Pero explícame qué está pasando.

Alessandro asintió.

-Armaremos nuestras maletas y nos iremos a un lugar seguro. Allí podrás estar a salvo.

Lilith comenzó a hacer sus maletas, sin saber adónde iban ni qué les esperaba. Pero algo en su interior le decía que ya no podría recuperar su vida normal.

Mientras cerraba la maleta, Alessandro se acercó a ella.

-Recuerda, Lilith -dijo, su voz baja-. A partir de ahora, tu vida cambiará para siempre.

Lilith lo miró, sin entender el significado de sus palabras. Pero pronto descubriría que su destino estaba ligado al de Alessandro, y que no había vuelta atrás.

Al salir de la casa, Lilith se dio cuenta de que no sabía a dónde iban. Alessandro la llevó a un coche oscuro, y se subieron en silencio.

Mientras conducían, Lilith miró por la ventana, viendo cómo su ciudad se desvanecía en la distancia. Sabía que no regresaría, al menos no como la persona que era antes.

El destino la llevaba a un lugar desconocido, con un hombre misterioso que parecía saber más de ella que ella misma. Y aunque tenía miedo, algo en su interior le decía que este era el comienzo de una aventura que cambiaría su vida para siempre.

Del amanecer al ocaso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora