Wonder if she loves me

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Wonder if she loves me, loves me not
Overthinking us till after dark
Baby, go ahead and break my heart
And watch me fall apart

Wonder if she loves me, JVKE


Ignora las llamadas y mensajes de Joffrey hasta que deja de insistir. Aemond no puede decirle la verdad. ¿Cómo reaccionaría si se entera que el omega que le rompió el corazón no es nadie más que Lucerys, su madre? No debió abrir la boca, pero necesitaba desahogarse. Rhaenyra no lo escucharía y Alicent es demasiado dramática; Daeron iría a chismearle a Joffrey y él es la última persona que Aemond quiere que se entere.

Debe guardarse su amor por Lucerys, porque nadie lo entendería. Luke es un omega mayor, que lo cuidó de cachorro y tiene un hijo, que es su mejor amigo desde que tiene cinco años. A veces quisiera dejar de amarlo, pero es imposible. Lucerys está tan calado a su corazón, como una cicatriz.

Se estaciona un par de cuadras antes de llegar a la cafetería. Los chicos que trabajan en el turno de la tarde del fin de semana no podrán venir; uno está en celo y el otro tiene que estudiar para su examen de admisión a la uni. Inventó una buena excusa para salirse de casa sin que Rhaenyra lo interrogara. Entre semana puede excusarse con la escuela, pero el fin de semana no tiene muchas opciones. Aemond no sale, al menos que sea con Joffrey.

Los sábados por la tarde son lo peor, lleno de gente y niños gritones, pero la paga es buena.

Aunque ya no tiene sentido seguir ahorrando...

Abre la guantera y saca sus tapones para los oídos. Se los pone, toma su mochila y baja del auto. Lo saluda la dueña de la florería donde se estaciona diario y corresponde el saludo, tímido. Es una mujer mayor, de la edad de su abuelo Otto, y muy amable. Ella le permite estacionar su auto frente a la florería para que no tenga que pagar un estacionamiento privado y evitar robos.

Ingresa al local sin mirar a su alrededor y va a los casilleros a guardar sus cosas. Los empleados de la mañana lo ignoran, ya conocen al rarito del turno de la tarde, de lunes a viernes, y prefieren no relacionarse con él.

Rhaena llega quince minutos antes de las cuatro, gritándoles a los chicos del turno matutino que se larguen, que les toca a ellos. Ambos betas salen sin rechistar, aterrados por la voz de mando de la alfa. Rhaena mide un metro sesenta, su cuerpo delgaducho apenas e intimida, pero Aemond y los demás le tienen miedo.

—¡Aemond! —saluda, alegre—. ¿Qué tal tu día?

—Bien.

—Me alegra mucho. ¿Podrías traerme una bolsa de crema batida del almacén? Estos imbéciles la derramaron toda.

—Claro.

A pesar de ser mandona, Rhaena le agrada. No lo trata diferente por su condición, pero es paciente cuando se sobreestimula y le permite encerrarse unos minutos en el almacén. Pero cuando se pone de gruñona no hay quien la aguante, mucho más si está cerca de su celo y cualquier omega bonito llama su atención... Como ahora.

—Yo la atiendo, Rhaena —Forcejea con la alfa, hasta que ésta cede, y la manda al almacén—. Disculpe las molestias. ¿Qué va a ordenar?

Toma la orden de la omega, que se aleja asustada, y se la entrega a Rhaena. La alfa refunfuña mientras prepara la bebida. Aemond la ignora, al rato se le pasa el coraje y será toda sonrisas. Su celo empieza en un par de días y no quiere imaginarse la carga de trabajo que le espera cuando Rhaena no esté. Espera que no lo pongan a trabajar con alguno de los chicos del turno matutino, prefiere estar solo.

El turno fluye entre una cantidad ridícula de órdenes, niños gritones que ensucian todo, adolescentes indecisos y una Rhaena que consigue el número de tres omegas y un beta. Lavan los materiales y los guardan limpios en sus lugares correspondientes. Apagan las luces y cierran el local. Se despiden en la entrada y Rhaena sube al auto de su hermana, que tardó cinco minutos más de lo normal.

DO YOU LIKE ME NOW? (lucemond, joffron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora