DO YOU LIKE ME NOW? (lucemond, joffron)

Lead me to water

If you lead me to water, swear that I will drink
Can you offer me a hand?
I think I need you more than ever now
I need you more than ever
If you lead me to water, then I'll take a sip
Can you offer me a hand, your grip?
I need you more than ever now
I need you more than ever

Lead me to water, Alec Benjamin

No puede dormir. El recuerdo de ese hombre atormenta sus sueños, cuando apenas cierra los ojos por unos segundos. ¿Por qué ahora? No es que lo haya superado, tantos años de negligencia y soledad no se olvidan con un par de palabras bonitas, pero al menos podía vivir tranquilo a sabiendas de que ese hombre jamás regresaría. Él decidió abandonarlos, no es justo que arruine la poca paz que tanto le ha costado conseguir...

Son las dos de la mañana y Daeron duerme a su lado, aferrado a una almohada. Se ve tan bonito y libre de preocupaciones, arrugando la naricita y hablando entre sueños. ¿Qué tanto soñará alguien tan joven e inocente? Luke no recuerda haber sido así alguna vez, siempre preocupado y triste.

Retira las cobijas, con cuidado de no despertar a Daeron, y sale de la cama.

Busca a Aemond en su habitación, donde se fue a encerrar después de la cena. Actuaba extraño, muy sospechoso... Luke no quiso preguntar, las cosas entre ambos siguen tensas y otra discusión lo empeoraría. Luke odiaría arruinar lo que sea que haya entre él y Aemond; si es que hay algo todavía.

Golpea suavemente la puerta, sin recibir respuesta. Quizás Aemond ya esté dormido o tiene los auriculares puestos. La abre despacio y lo encuentra acostado en una posición incómoda: el cuerpo recto, la laptop sobre sus costillas y el cuello tan doblado que su barbilla toca su pecho.

—¿Pasa algo?

—Solo quería saber cómo estás.

—Estoy bien.

—Necesitamos hablar.

—¿Sobre qué?

—No debí reaccionar así, estuvo mal...

—Yo entiendo —interrumpe—, fui entrometido.

—Lamento que creas eso, pero no es así.

—¿Entonces qué?

—Hay temas de los que no me gusta hablar.

—¿Tiene que ver con el hombre del supermercado?

—Tal vez.

—¿Lo conoces?

—Desearía que no.

—¿De dónde?

—¿Qué tanto haces?

Aemond capta rápido, Luke no va a hablar, de nada sirve insistirle. Decide seguirle la corriente, es tarde y está cansado. Ambos lo están, ha sido un día muy largo.

—Busco un nombre.

—Tienes pasatiempos muy extraños.

Se quita las sandalias y gatea sobre la cama hacia Aemond, su omega añorando un poco de cariño. Sus pies descalzos se enredan con los de Aemond, cubiertos por calcetines afelpados.

—Deja eso un rato.

Cierra la laptop y la hace a un lado, exigiendo la atención del alfa con besos y caricias. Aemond no tarda en olvidarse del tema, correspondiendo los besos de Luke. Deben ser cuidadosos, Daeron duerme a un par de habitaciones de distancia y Luke no es la persona más silenciosa del mundo. Pero Aemond está distraído, lo siente en sus besos y en sus caricias descuidadas. Lucerys se aparta, tratando de no verse fastidiado.