—¿Crees que le guste?
Jace dudó, era costoso y no sacaron el dinero suficiente del cajero. Si sacaban más de la cuenta, sus padres se enterarían y harían preguntas; desde donde quiera que estuvieran, cabe recalcar. Sus padres solían viajar para cualquier celebración, ya fuesen cumpleaños, día de las madres o día del padre, y este año no fue la excepción. Llevarlos a ellos fue imposible, tenían escuela y estaban en época de exámenes.
De todos modos, nunca habían celebrado ningún día de las madres con Harwin. Su madre no era la persona más alegre del mundo.
—Él dijo que prefería algo hecho por nosotros, no necesita ser costoso...
—Pero se lo merece. ¿Quién irá a nuestro festival del día de las madres?
—Bueno, viéndolo así...
—¿Se lo vamos a comprar o no?
—¿Y si le haces ojitos al vendedor? Capaz y nos lo da más barato.
—¿Por qué yo?
—Tú tienes los ojos color moco, a la gente le gustan más.
—¡Pero...!
—También podemos llorar, con el tío Larys siempre funciona.
—¿Todo bien, niños?
El dependiente de la tienda estaba detrás de ellos; brazos cruzados sobre su pecho y la mirada aburrida. Esos niños tenían casi media hora viendo un brazalete. Venían acompañados por dos hombres de barbas largas y expresiones serias. Ellos los esperaban fuera de la tienda y charlaban bebiendo un slushie.
—¿Cuánto es lo menos? —cuestionó Jace.
—¿Vienes a regatear a una joyería, niño? No es un mercado...
—Lo que oyó, anciano. ¿Cuánto es lo menos por este brazalete? Y no me haga perder mi tiempo.
Jace había visto a su abuela paterna comportarse así con los dependientes de la tiendas o los meseros de los restaurantes. Sabía que era grosero, pero necesitaba una rebaja en ese maldito brazalete o Laenor se quedaría sin regalo del día de las madres. Faltaban un par de días, debía ser muy rápido.
—No puedo venderle una joya tan cara a un niño de... ¿Cuántos años se supone que tienes? ¿Ocho?
—¡Tengo trece!
—¡Pues crece!
—¡Voy a ser alto como mi mami! ¡Ya lo verás!
—Mejor ya vámonos, Jace.
—¡No me iré sin ese brazalete!
—Encontraremos algo más bonito que sí nos alcance.
—Jacaerys Strong no se rinde tan fácil.
—Me estás avergonzando.
La discusión fue interrumpida por el tintineo de la campana sobre la puerta. Un nuevo cliente.
—¡Niños! —dijo Laenor, sorprendido—. ¿Qué hacen acá? Tus gritos se escuchan hasta afuera, Jacaerys.
El mencionado se mostró avergonzado, pero inmediatamente cambió su semblante. No iba a verse débil frente al dependiente, no si ese idiota lo llamó enano.
—Te buscábamos un regalo —confesó Luke.
—¡Luke, era sorpresa!
—Estaba a punto de llamar a la policía —agregó el dependiente—. Ese demonio —señaló a Jace— es peligroso.
—No exagere, hombre; solo tiene trece. Nos iremos a casa. Ahora.
—¡Pero Laenor!
Laenor se agachó a la altura de los niños y los abrazó. Tal vez estaba un poco molesto, conocía a Jace y su carácter explosivo, pero también se sentía conmovido. Que esos niños le estuviesen buscando un regalo para el día de las madres apretujaba su corazón.
—El mejor regalo que he podido recibir son ustedes —sonrió y agregó en voz baja—: Y quizás estaría bien una rasuradora de veinte dólares que vi en la tienda de a lado. Fingiré sorpresa.
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DO YOU LIKE ME NOW? (lucemond, joffron)
Fiksi PenggemarLucerys ya no cree en el amor, no después de haber sido embarazado y abandonado por el alfa que amaba a los quince años. Cierra su lastimado corazón, dedicándose a su hijo, Joffrey, pero cierto alfa lo molesta e insiste que en cuanto tenga la edad s...