-¿En dónde estabas, te llamé al teléfono y no me contestaste?, me tenías preocupada.-fue lo primero que escucho al entrar en su casa.
-solo estaba por ahi.-dijo indiferente, camino hacia su habitación pero su madre la detuvo impidiendolo el paso.
Isabella la vio a sus ojos cristalizados y arrepentidos.
-perdoname, no quise decirlo, pero es que tú no ayudas hija.-dijo con tristeza y tranquilidad.
-esta bien, ya olvídalo.-ella se hundió de hombros.
-ven.-la mujer abrió sus brazos dándole un fuerte abrazo.-te quiero lo sabes.-le susurro en su oído.
-yo igual ma.-ella cerro sus ojos disfrutando del reconfortante abrazo.
-ahora ve a dormir que mañana tienes que estudiar.- beso su frente.
Con las lágrimas nuevamente atascadas en sus ojos asintió caminando hacia su habitación.Una leve sonrisa se formó en sus labios al recordar el buen momento con Nicholas, era un buen hombre. pensó para si misma.
....
-no sabes cómo me gustaría haber estado contigo, la próxima vez ven a mi casa, ahí siempre serás bien recibida, mis padres te aman.-sarah acariciando su mano.
-lo se, es que en realidad deseaba estar sola, pero aún asi, nicholas se adelanto.-dijo con media sonrisa abriendo su libro.
-¿y que quería?-cuestiono con el ceño fruncido.
-solo ayudarme.
-bueno dime qué contribuyó en algo.-se burló cruzándose de brazos.
-si, en mucho, fue tan amable y lindo, me brindo compañía y me invitó a comer.
-mmm, se con que intencion lo hace.-le advirtió.
-no, el solo le gusta bromear conmigo, sabe que eso me molesta, Pero ayer fue diferente, fue serio y bueno no se, lo sentí como un buen amigo.-
-si tu lo dices. no se hay algo de el que no me gusta, tu ten mucho cuidado.
-sarah, en verdad solamente tienes que tomarte el tiempo a conocerlo, y verás que no es así como tu dices.
-yo solo te digo que tengas cuidado, solo eso.-
-te molestaría ayudarme con el trabajo de matemáticas, no lo entiendo mucho.- Isabella cambio de tema, en realidad no quería hablar mal de Nicholas, anoche conoció algo nuevo en el y así quería preservarlo.
Su amiga asintio aún algo preocupada.-¿te llevo a casa?-pregunto Nicholas adentro de su auto a su lado. La pelinegra estuvo sus pasos, una sonrisa amplia se formó en sus labios al verlo.
-hola Nicholas, no gracias.
-vamos, te llevo, podemos hacer una parada y no se tomarnos un helado.-sugirio con una sonrisa de lado.
-no puedo, debo de cuidar a maggie.-ella volvió a negar.
-sera rápido, vamos.-volvio a insistir.
La mujer lo pensó un instante, en realidad si quería ir.Si decidió por ir al verlo bajar del auto y abrirle la puerta del copiloto.
-esta bien, no puedo demorar más de veinte minutos ¿si?-ella dijo en forma de advertencia.
-esos son más que suficiente.-el contesto.
-¿y bien que tal todo?, ¿como estás?-el pregunto comiendo de su helado.
-bien, todo está bien. ¿Y tú?