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Wonwoo abrió la puerta de su casa y notó el gran silencio en esta, su madre aún no había llegado, seguramente había ido a una de sus tantas cenas importantes.

Suspiró rendido.

Se quitó sus botas y las puso en el primer escalón para poder ir a la cocina, tomó un vaso y lo puso en la barra para sacar jugo del refrigerador, se sirvió y tomó el vaso, regresó a las escaleras para tomar las botas y subir a su habitación pero el sonido del timbre lo detuvo, volteó hacia la puerta y una vez más sonó el timbre, Wonwoo dejó de nuevo ambas cosas en las escaleras y caminó hacia la puerta.

—¿Qué quieres? —Era Mingyu el que estaba en la puerta, si no hablaba ahora mismo la cerraría y subiría a su habitación.

El azabache levanto la mirada y la conectó con la de Wonwoo, no dijo ninguna palabra, sin embargo, tomó del brazo de Wonwoo y lo atrajo hacia él y con un veloz giro lo acorraló contra la pared.

—Me encantas, me vuelves loco, me mata de celos que todos volteen a verte cuando llegas a algún lugar, odio que el estúpido de Seungcheol se te acerque, me gusta tu carácter, excepto el del Wonwoo engreído que sé que no es tu verdadera forma de ser, me gustan tus pantalones de colores —inhaló profundamente ya que hablar tanto y tan rápido lo había despojado de todo el oxígeno en sus pulmones —Te quiero Wonwoo.

El rubio no lo dejó pronunciar una palabra más, ni siquiera lo dejó respirar cuando ya estaba colgado de su cuello besándolo.

—Cuando quieras te presto mis pantalones —dijo entre besos riendo— Creo que te quedaran algo cortos—regreso a sus labios.

—Los prefiero en ti.

•••

—Yo te invité primero —reprochó despeinando al rubio

—No —Wonwoo dijo riendo tratando de acomodar su cabello nuevamente— Anda —suplicó.

—No creo que a tu madre le guste que este aquí —se puso de pie.

—No llegara, aún es temprano —Wonwoo se levantó de su cama— Además nunca tiene hambre—dijo imitando el tono de voz de su madre— Y no quiero cenar solo.

—Ya te dije, vamos cenamos y te traigo —insistió.

—Min...

—Está bien ¡ya! —se rindió y Wonwoo sonrió, ambos se levantaron de la cama y el rubio tomó la mano del azabache mientras salían de la habitación.

Mingyu bajaba con pesadez las escaleras mientras que el rubio al contrario saltaba contento, justo cuando estaban a mitad de las escaleras se escuchó la puerta de la entrada cerrarse y Wonwoo se detuvo, el sonido de unos tacones en el piso le indicó que era su madre.

Inhaló y exhaló profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con Mingyu.

—Creo que será mejor que me vaya —susurró Mingyu en su oído.

—No —dijo con seguridad— Yo te invité a cenar.

—Puede ser otro día si quieres —se acercó a Wonwoo y beso sus labios.

—No —Wonwoo negó dejándole en claro que no se hablaría más del tema.

Llegaron al último escalón y pudo ver a su madre viendo cartas y recibos que estaban en la pequeña mesa del living, volteó cuando sintió la presencia de ambos jóvenes.

—Buenas noches —saludó Mingyu con cortesía.

—Buenas noches —le dió una mirada de desaprobación.

—En verdad Won —susurró Mingyu— una vez más no quiero incomodarte ni mucho menos causarte problemas.

—Invité a Mingyu a cenar —ignoró al azabache— Estaremos en el comedor —sin soltar la mano de Mingyu lo guió hacia el comedor donde sus platos ya estaban servidos.

— ¿Pongo plato para usted? —preguntó una de las trabajadoras a su madre, Wonwoo suplicó para que ella dijera que no.

—Si.

Mierda.

Nunca cenaban juntos y cuando realmente deseaba que no lo hiciera lo hacía.

Todos tomaron asiento.

—Y ¿trabajas? o ¿solo estudias? —preguntó su madre sin siquiera mirar a Mingyu.

—Trabajo y estudio

—¿Donde?

—Una tienda de discos.

—Trabaja en una tienda de discos —dijo volteando a ver a Wonwoo en un disimulado tono de reproche.

¿Que esperaba? ¿Qué liderara una empresa internacional?

—Qué ¿eres cajero? —su madre contuvo la risa.

—En realidad no —Mingyu dejó los cubiertos sobre el plato— La administro —observó a Wonwoo y le guiñó un ojo como asegurándole de que todo estaba bien— Era de mi padre, era como un pasatiempo y bueno pues ahora ha quedado en mis manos.

—¿Era de tu padre?

—A si es —¿Que no podía dejar de preguntar?— Falleció hace algunos años —bajó la mirada con nostalgia.

—Lo siento —claro que no lo sentía, a ella le daba lo mismo— Es bueno que ayudes a tu madre.

—Ella también...

—Vaya —hizo una mueca torcida— Debe ser duro.

—Lo es.

La cena iba a ser demasiado incómoda.

—Gracias por invitarme— dijo con una hermosa sonrisa

—Seguro debes odiarme, debí de haberte dejado ir. —Miró hacia abajo— No esperaba que mi madre te hiciera un interrogatorio.

—Fue divertido —dio un fugaz beso en los labios de Wonwoo — Entra ya o te enfermaras —le ordenó, ya que llovía realmente fuerte.

Una vez que entró a su casa el ambiente se volvió pesado, su madre lo esperaba sentada en el sofá de la sala.

—Tiene una tienda de discos, no tiene padres, se hace cargo de dos niños como si fueran sus hijos —iba a mitad de las escaleras cuando comenzó a enumerar los defectos de Mingyu — Conduce una motocicleta y ¡que forma de vestirse! —Wonwoo cerró los ojos tratando de tener toda la tolerancia y paciencia del mundo— No te quiero volver a ver cerca de él ni fuera ni dentro de aquí.

—No recuerdo haberte pedido permiso para salir con él.

—Pues deberías de haberlo hecho, de todas formas, seria y es un rotundo ¡No!

—Creo que no me explique bien mamá —cerro los ojos nuevamente— Te lo dejaré más claro que el agua —suspiro— Me gusta Mingyu, lo quiero a él y no me alejare de Mingyu solo porque no te agrada.

—Ahora me toca aclarártelo a ti, no te quiero cerca de él, no es bueno para ti.

—Por favor —dijo Wonwoo con ironía— ¿Tú qué sabes de lo que es bueno para mí? —carcajeo amargamente— A penas y recuerdas que existo.

—No digas tonterías y ya te lo he dicho, vives bajo mi techo y sigues mis reglas —se levantó del sofá mientras se dió la vuelta esquivando el tema que su hijo había sacado a relucir.

—¡Ah! ¿Entonces es eso? —Gritó con rabia— Pues ese problema se acaba ¡ahora mismo! —Wonwoo subió corriendo las escaleras ignorando los gritos de su madre.

—Wonwoo, baja ahora mismo, ¡No me dejes hablando sola!

Wonwoo la ignoró.

¿Como se atrevía a pedirle que no la dejara hablando sola? Ella hizo lo mismo con él durante más de seis años.

Decía que era un defecto de Mingyu haber perdido a sus padres, él estaba en la misma situación.

Pero se prometió a él mismo que no dejaría que las palabras de su madre lo dañaran de nuevo.

me, myself and i | MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora