32

83 5 0
                                    

Jiheon y Donghyun se encontraban en el living, cada uno con una mochila y una almohada bajo el brazo.

—¿A dónde van? —preguntó Wonwoo al bajar las escaleras.

—A casa de Sungho —dijo Donghyun.

—Y yo a casa de mi amiga Gyumri—añadió Jiheon feliz.

—Es el mismo lugar, es hermana menor de Sungho —Donghyun dijo con obviedad a su hermana menor.

—¿Me acompañas a dejarlos? —preguntó Mingyu a Wonwoo, pero este se negó enseguida.

—Tengo que darme una ducha, pero diviértanse mucho —se despidió de los niños con un beso en la mejilla para cada uno.

—Cuando regrese seguirás aquí ¿verdad? —preguntó Jiheon dándole un fuerte abrazo.

—Claro que si hermosa —le devolvió el abrazo

—No quiero que te vayas.

—Aunque no viva aquí siempre estaré para ustedes —habló con toda la sinceridad del mundo— Tu, Donghyunie y Mingyu son lo más preciado que tengo —los ojitos de la nena brillaron y volvió a abrazar al rubio, Mingyu hizo un piquito en sus labios esperando un beso también— Tú solo iras a dejarlos —le dijo entre risas al azabache.

—Sí, pero yo también quiero un beso —puso su mejilla, Wonwoo se acercó, pero el azabache corrió el rostro y le dio un beso en los labios.

Una vez que se despidieron y se fueron, Wonwoo subió y entró a su habitación momentánea para tomar una ducha, se vistió con un simple short negro de tela y una camisa blanca, era su pijama.

Ya vestido, se fue a la habitación de Mingyu, se sentó en la cama y se recargó en el respaldo, encendió el televisor, recorrió todos los canales tratando de encontrar algo atrayente pero no había absolutamente nada, poco a poco los ojos de Wonwoo se fueron cerrando.

•••

Un leve cosquilleo en la pierna izquierda del rubio atormentó su sueño, entre abrió los ojos y se encontró con Mingyu quien con la yema de los dedos producía esas cosquillas.

—Perdón —sonrió— No quería despertarte —Wonwoo le sonrió igual y acarició su mejilla.

Escuchó el golpe de sus botas caer al piso y acto seguido se acomodó a su lado, el rubio aún algo adormilado se amarró a la anatomía del azabache.

Con suma delicadeza, el azabache corrió el cabello de Wonwoo a un lado dejando su rostro y cuello descubierto, comenzó a esparcir húmedos besos desde la mejilla hasta su cuello.

—Me voy, te dejo dormir precioso —ronroneó sobre el cuello del rubio.

¿Dormir?

Mingyu estaba por ponerse de pie, pero el rubio no lo dejó, se puso rápidamente de rodillas en la cama y lo tomó por los hombros, escuchó la risa del azabache.

—¿No estabas dormido? —preguntó divertido.

—¡Lo estaba! —contestó abrazándolo por la espalda ocultando su rostro en el cuello de Mingyu— Tú tienes la culpa, me despertaste con tus provocaciones —mordió suavemente la piel de Mingyu y este ladeó su cabeza dándole mejor acceso a su sensible zona.

Clavó con cuidado los dientes al cuello del azabache, fue leve, no quiso dejar marca, su lengua degustaba sus pequeños lunares esparcidos por su cuello estratégicamente. Mingyu quería girarse hacia Wonwoo, pero este se lo impedía mordiéndole el lóbulo de su oreja, hasta que finalmente Mingyu logró ponerse de pie, se sacó la camiseta dejando al descubierto su torso, recorrió a Wonwoo con sus ojos, lo miró con deseo, aprecio, pero sobre todo con amor.

—Eres perfecto —subió a la cama y se acomodó sobre el rubio.

Wonwoo recorrió con timidez los hombros, espalda, pecho y nalgas del azabache, mientras se daban un largo beso, una de las manos de Mingyu pasó por la espalda del rubio por debajo de su camisa y la otra masajeaba su pierna, la lengua del azabache se introdujo en la cavidad bucal del rubio, sus manos se dirigieron a su miembro y acarició lentamente con tortura. Wonwoo gimió de placer, de un momento a otro su camisa desapareció y quedo en algún lugar desconocido de la habitación, la excitación y el placer se respiraban en la habitación, los jadeos y gemidos iban en aumento, solo habían caricias y besos por parte de ambos. Mingyu logró deshacerse de su pantalón, minutos después sus cuerpos solo eran cubiertos por la ligera capa de sudor que su calor interno producía. No podían más, lo necesitaban en ese mismo momento. Y como si Mingyu leyera mentes se acomodó entre las piernas de Wonwoo para convertirse en uno mismo por primera vez.

me, myself and i | MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora