Max entró a la habitación que compartía con Bobby y PJ después de pasar por la cafetería. La luz del sol entraba por la ventana, pero él se sentía más pesado que nunca. Dejó su mochila en el suelo y se dejó caer en la cama, sintiendo que la frustración y la confusión lo invadían.
Bobby, que estaba sentado en su escritorio, levantó la vista de su laptop. — ¿Todo bien, Max? Te ves como si hubieras visto un fantasma.
Max suspiró, pasando una mano por su cabello. — No, no estoy bien. Es sobre Bradley.
PJ, que estaba acostado en su cama, se giró hacia él. — ¿Qué pasó? ¿Se pelearon de nuevo?
— Tuvimos una pelea después de que le dije que me gustaba. Fue... intenso —Max se sintió incómodo al recordar la conversación, la mezcla de emociones aún fresca en su mente.
Bobby se acercó y se sentó en el borde de la cama. — Eso sue-ena complicado. ¿Por qué pelearon?
— Él se asustó. Se siente atrapado, como si no pudiera abrirse a lo que realmente quiere. Es como si estuviera en su propia burbuja —la frustración se hizo evidente en su voz.
PJ frunció el ceño. — A veces la gente no tiene el privilegio de salir del closet o de amar libremente. Tal vez está lidiando con cosas que no podemos ver.
Max se cruzó de brazos, sintiendo que el peso de la frustración aumentaba. — Pero eso me hace sentir impotente. Quiero ayudarlo, pero parece un caso perdido.
Bobby lo miró con seriedad. — Max, no puedes obliga-ar a Bradley a abrirse. Si quieres algo con él, ne-ecesitas ser paciente. Esto es difícil para él, y la pre-esión solo podría hacer que se cierre aún más.
Max bajó la mirada, sintiendo que las palabras de Bobby resonaban en su interior. — Pero no sé cuánto tiempo puedo esperar. Si él no está listo...
— Entonces tendrás que decidir si vale la pena esperar —PJ habló con calma—. A veces, dejar ir a alguien es la forma más amorosa de demostrarlo. Si no está listo, no puedes forzarlo.
Bobby asintió. — Exa-acto. Tal vez deberías darle espacio y hace-erle saber que estás ahí para él cuando esté listo. Si realme-ente hay algo entre ustedes, entonces el tiempo te da-ará respuestas.
Max sintió que la presión en su pecho se convertía en un torrente de emociones. La frustración y la tristeza lo abrumaron, y de repente, las palabras comenzaron a fluir, sin poder detenerse.
— No, no puedo —dijo, su voz temblando—. Estoy enamorado de él, ¿saben? Llevo meses intentando avanzar, buscando la manera de acercarme a él. Pero ahora, después de arriesgarme y decirle lo que siento, siento que lo he arruinado todo.
Bobby y PJ se quedaron en silencio, mirándose con lástima. Max se pasó la mano por el rostro, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con asomarse.
— No me importa si nunca llegamos a ser nada romántico —continuó, su voz quebrándose—. Solo no quiero perderlo. No quiero que nuestra amistad se rompa por esto. Quiero que esté en mi vida, aunque sea solo como amigo.
Bobby se inclinó hacia él, su expresión era de comprensión. — Max, lo que sientes es válido. Es difícil abrirse a alguie-en, especialmente cuando hay tanto en juego.
— Lo sé, pero cada vez que lo veo, mi corazón se acelera. Me gusta su forma de reír, cómo patina, cómo me mira. Es como si estuviera en un torbellino, y ahora siento que todo eso se me escapa.
PJ se acercó, colocando una mano en su hombro. — No estás solo en esto. Lo que sientes es complicado, pero no significa que debas dejarlo ir sin luchar.
Max se secó una lágrima, sintiéndose un poco más aliviado al hablar. — Solo deseo que él pueda ver lo que hay entre nosotros. Que pueda entender que lo apoyo, sin importar lo que decida.
— Quizá necesita su tiempo —Bobby dijo suavemente—. Dale espa-acio, pero asegúrate de que sepa que estás ahí para él. Si es ta-an especial para ti, vale la pena luchar por esa co-onexión, ya sea amistad o algo más.
— ¿Y si al final no quiere nada? —preguntó Max, su voz llena de inseguridad.
— Entonces será su pérdida. Pero al menos sabrás que hiciste lo que tenías que hacer—PJ lo miró con firmeza—. Eso es lo que importa.
Max respiró hondo, sintiendo que la tristeza comenzaba a disiparse. — Gracias, chicos. A veces solo necesito recordar que no estoy solo en esto.
La conversación les dio a Max la claridad que necesitaba. Aunque el camino hacia Bradley sería complicado, al menos no tendría que enfrentarlo solo.
Max se sintió aliviado de hablar con sus amigos, pero a la vez la inquietud seguía latente en su pecho. Los días transcurrían pesadamente, y cada vez que veía a Bradley, su corazón se encogía un poco más.
Una tarde, mientras se sentaba en la biblioteca con Bobby y PJ, decidió que necesitaba un cambio de aires. Salió a caminar por el campus, buscando un poco de claridad. Se encontró con Tank, que estaba sentado en un banco, concentrado en su teléfono.
— Hey, Max—dijo Tank, levantando la vista—. ¿Cómo te va?
— Lo mismo de siempre —respondió Max, con un suspiro—. Intentando entender a Bradley.
Tank lo miró con empatía. — Sé que es complicado. Pero hay algo que tal vez no has considerado.
Max frunció el ceño. — ¿Qué quieres decir?
— Bradley no solo está lidiando con... lo que sea que haya pasado entre ustedes. Está cargando con un montón de cosas más grandes —dijo Tank, su expresión seria—. La presión de ser el campeón, de cumplir con las expectativas, y luego, tener esa lesión... Todo eso pesa en su mente.
Max se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de Tank. — Solo veo a un chico que se niega a abrirse.
— Sí, pero también es un chico que teme perder todo lo que ha construido. No es fácil ser el "campeón", y menos cuando te sientes atrapado en una imagen —Tank continuó—. No todos tienen el privilegio de hacer lo que quieren. Muchos están luchando con sus propios demonios, y Bradley es uno de ellos.
— No sé si puedo seguir esperando. A veces siento que debería dejarlo ir. Pero cuando pienso en eso, no puedo —Max se pasó la mano por el cabello, frustrado.
— Lo entiendo. Pero si realmente quieres algo con él, necesitas ser paciente. Esto no es solo sobre ustedes dos. Es sobre su viaje personal. A veces, hay que esperar a que las cosas se alineen.
Max sintió que el peso de la situación lo aplastaba. — No sé si puedo soportar más. Es como estar en una montaña rusa emocional.
Tank le dio una palmadita en el hombro. — A veces, lo mejor que puedes hacer es ser un amigo. No puedes obligarlo a abrirse. Pero estar allí para él puede hacer la diferencia.
Mientras hablaban, Max vio a Bradley cruzar el campus con sus amigos. Su corazón se detuvo un momento, y el nudo en su estómago se apretó con fuerza. Era imposible ignorar cómo se sentía al verlo, incluso a distancia.
— Ahí va —murmuró Max, sintiendo una mezcla de nervios y emoción.
— ¿Vas a hablarle? —preguntó Tank, alentador.
Max respiró hondo, su mente corriendo a mil por hora. Sabía que la conversación tenía que suceder, pero el miedo a ser rechazado lo paralizaba.
— Creo que debo darle su espacio... y aún no estoy listo, ni siquiera sé qué decir —dijo, sintiéndose dividido.
— Eso está bien, está bien necesitar tiempo —Tank le sonrió—. Recuerda, el momento adecuado llegará y tú sabrás cuándo es.
Con un último vistazo a Bradley, Max sintió que la determinación comenzaba a surgir en su interior. Tal vez no fuera el momento perfecto, pero algún día tendría que acersarse.
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Mecanismos de defensa | Maxley.
FanfictionMaximilian Goof es un estudiante de psicología, quien decide tomar una clase libre en la facultad de Negocios internacionales. Sólo una clase le bastó para identificar que el gran Bradley Uppercust III estaba lidiando con algo más grande que él. ...