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Finalmente se había decidido, Max hablaría con Bradley. Sintió que su corazón latía con fuerza mientras se acercaba a él. Cuando finalmente estuvo a su lado, se detuvo, sintiendo la presión de lo que tenía que decir.

— Oye, ¿puedo hablar contigo un momento? —preguntó, tratando de que su voz sonara tranquila.

Bradley lo miró, un poco sorprendido, pero asintió. — Claro, Max. ¿Qué pasa?

— No sé cómo decirlo, pero... ha sido difícil desde lo de la otra vez —Max se sintió vulnerable, la sinceridad fluyendo de su boca—. Me he estado sintiendo perdido. No sé cómo manejarlo.

Bradley desvió la mirada, y Max notó que su expresión se endurecía. — No quería que fuera así. No sabía que eso te afectaría tanto.

— Pero lo hizo —Max respiró hondo—. Estoy enamorado de ti, Bradley. Llevaba meses queriendo decírtelo. Ahora que me arriesgué, siento que lo arruiné todo.

Bradley lo miró con sorpresa. — Max, no... no sé qué decir.

— No tienes que decir nada, solo... por favor, escucha —Max sintió que la frustración se apoderaba de él—. No me importa si no sientes lo mismo. Lo único que realmente no quiero es perderte. No quiero que esto arruine nuestra amistad.

Bradley se quedó en silencio, y Max sintió cómo el peso de sus palabras se asentaba entre ellos.

— Te aprecio, de verdad. Pero no puedo simplemente... abrirme —Bradley bajó la mirada, su voz temblando un poco.

— Lo sé, y lo entiendo —Max se acercó un poco más, su voz suave—. Pero no estoy aquí para presionarte. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que pase.

Bradley suspiró, mirando hacia el suelo. — No es que no quiera... es que me da miedo. La gente tiene expectativas, y yo... tengo miedo de decepcionarlos.

— Bradley, no tienes que ser perfecto todo el tiempo. Eres humano, y está bien no tener todas las respuestas —Max trató de hacer que lo entendiera—. Te admiro por lo que eres, no solo por lo que logras.

Bradley finalmente lo miró a los ojos. — Eso significa mucho para mí, Max. Pero me cuesta aceptar eso. Siento que si me abro, puedo perderlo todo.

Max asintió, sintiendo la tristeza en la voz de Bradley. — Te prometo que no estoy aquí para lastimarte. Solo quiero que sepas que eres importante para mí, y que estoy dispuesto a esperar si es lo que necesitas.

Bradley pareció reflexionar por un momento. — No sé cuánto tiempo necesitaré. Pero tu apoyo... eso sí lo aprecio. No puedo prometer nada, y tampoco quiero crearte falsas ilusiones, pero valoro mucho tu amistad.

La tensión entre ellos comenzó a disiparse un poco, pero Max aún sentía la incertidumbre en el aire. — Eso está bien. Solo sigue siendo tú mismo. No tienes que cambiar por nadie, y menos por mí.

Bradley esbozó una leve sonrisa, como si una pequeña carga se hubiera levantado de sus hombros. — Gracias, Max. Realmente aprecio que estés aquí.

— Siempre estaré aquí —Max sonrió, sintiendo un poco de esperanza renovada—. Solo necesito saber que no estamos perdiendo nuestra amistad.

Bradley asintió lentamente. — No lo estamos. Al menos, eso espero.

Mientras se quedaban en silencio, Max sintió que, aunque no todo estaba resuelto, al menos habían dado un paso hacia adelante. La conexión seguía ahí, fuerte y palpable. Y a pesar de las dificultades, había un futuro por delante, lleno de posibilidades.

Max sintió que la atmósfera a su alrededor había cambiado, como si una nueva capa de entendimiento se hubiera formado entre ellos. Aun así, la inquietud seguía presente. No podía evitar preguntarse qué vendría después.

Mecanismos de defensa | Maxley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora