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❝A veces, la única manera de obtener justicia es tomarla por uno mismo❞ —𝐿𝑒𝑖𝑔ℎ 𝐵𝑎𝑟𝑑𝑢𝑔𝑜
𝐈 — 𝑀𝑎𝑟𝑎 —
—𝐌𝐀𝐑𝐀, DESPERTA.
Mara dejó escapar un pequeño gemido cuando abrió los ojos y entrecerró ligeramente los ojos para ver que Luther estaba frente a ella, con el ceño fruncido mientras la sacudía para despertarla.
—¿Qué?—suspiró, asintiendo para decirle que estaba despierta antes de frotarse los ojos.
—Cinco está despierto—le informó Luther mientras retrocedía y se sentaba en una silla que había colocado frente a la cama.
Mara miró hacia un lado para ver al chico que, de hecho, ahora estaba despierto, con una sonrisa divertida en su rostro mientras la veía bostezar.
—No me mires así—le murmuró mientras se enderezaba, mirando por la ventana para ver que ya era temprano en la mañana—Tú eres el que se bebió dos botellas de tequila.
Ella se acercó a él, con el ceño fruncido en los labios al ver su cabello despeinado y su rostro polvoriento. Ella se acercó y comenzó a pasar los dedos por su cabello en un intento de arreglarlo, y él inmediatamente retrocedió, con la nariz arrugada.
—¿Qué crees que estás haciendo?
—Arreglando tu cabello—respondió ella con indiferencia mientras extendía la mano de nuevo, y una vez más, él retrocedió—Basta—lo regañó—Quédate quieto.
De mala gana, Cinco dejó de alejarse de ella y le permitió que le arreglara el cabello antes de que Luther le entregara un pañuelo y le limpiara la cara.
—Cinco—suspiró Luther mientras Mara asentía satisfecha y se levantaba para tirar el pañuelo—¿Dónde estabas?
—Tratando de salvar el maldito mundo—murmuró Cinco, pasándose la mano por el pelo una vez más antes de apoyar los codos en las rodillas.
—¿Te refieres al... apocalipsis del que hablabas antes?—Mara cuestionó vacilante mientras ocupaba su lugar junto a él nuevamente, con el ceño fruncido.
Cinco sólo asintio en respuesta, y los otros dos compartieron una mirada inquieta.
—¿Cuándo se supone que sucederá?—cuestionó Luther, moviéndose en su silla—Este... apocalipsis.
