𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓𝐄𝐄𝐍

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 𝐀𝐁𝐒𝐓𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎

❝Un amigo es alguien que sabe todo sobre ti y aún te ama❞—𝐸𝑙𝑏𝑒𝑟𝑡 𝐻𝑢𝑏𝑏𝑎𝑟𝑑

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❝Un amigo es alguien que sabe todo sobre ti y aún te ama❞
—𝐸𝑙𝑏𝑒𝑟𝑡 𝐻𝑢𝑏𝑏𝑎𝑟𝑑





𝐈
— 𝑀𝑎𝑟𝑎 —

AH MIERDA

Mara se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta de Diego, sacudiendo la cabeza. Sus cejas se arquearon cuando vio a Diego no atarse el cordón de su zapato, con el pie apoyado en el asiento de una silla de madera mientras se inclinaba y usaba la mano que sobresalía del cabestrillo para ayudar.

—Oye—Llamó ella irritada—Idiota.

Los dedos de Diego se detuvieron, agarrando con fuerza los extremos de los cordones de sus zapatos mientras la miraba mientras ella entraba a la habitación. 

—¿Quién, yo?

—¿Ni siquiera puedes atarte los cordones de tus zapatos y crees que puedes matar a dos asesinos entrenados?—ella se burló.

Levantó las cejas mientras se enderezaba, con el pie todavía encima de la silla. 

—¿Crees que no puedo?

—Pensé que había insinuado eso—ella se encogió de hombros y miró el espejo de cuerpo entero que descansaba a su lado—Seré más clara: sí, no creo que puedas.

—Bueno—suspiró—Me vendría bien tu ayuda.

—¿En atarte los cordones de los zapatos o matar a esa gente?—cuestionó con las cejas arqueadas antes de soltar una burla—Porque yo no voy a hacer ninguna de las dos cosas.

—Iba a decir ambas cosas, ¿Pero ni siquiera puedes atarme el zapato?—preguntó con incredulidad, levantando las cejas.

—Eres un hombre fuerte e independiente, ¿no?—bromeó mientras daba un paso más hacia él, pretendiendo flexionar sus—inexistentes—músculos para burlarse de él—Grande y fuerte, ¿verdad?

—Sí—se burló Diego—Excepto que me dispararon en el brazo.

—Hm. Que desafortunado—se cruzó de brazos antes de levantar un dedo y ofrecer:—Escucha, te ataré el zapato con una condición.

—¿Y cual es ?—l entrecerró los ojos sospechosamente mientras esperaba que ella le diera más detalles, con las cejas fruncidas con fuerza.

Ella lo miró fijamente por un momento antes de decirle: 

—No vayas tras Hazel y Cha-Cha.

Diego puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza mientras se recostaba.

𝑇𝐻𝐼𝑁𝐾 𝐹𝐴𝑆𝑇 | Diego Hargreeves ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora