𝑩𝑶𝒀𝑵𝑬𝑿𝑻𝑫𝑶𝑶𝑹 𝑺𝑴𝑼𝑻

TAESAN

___ se despertó de golpe y abrió los ojos para ver la suave luz de la mañana que se filtraba a través de las cortinas. Sintió calor a su lado y se giró para ver a Taesan, que dormía pacíficamente a su lado. Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras se acercaba con cuidado a él, deslizando silenciosamente su brazo debajo del suyo y abrazándolo suavemente. Incluso mientras dormía, Taesan parecía responder, su brazo la envolvió inconscientemente. ___ saboreó el momento, absorbiendo su aroma y su calidez.

Ella le dio un tierno beso en el pecho. Taesan no se movió, su respiración se mantuvo profunda y regular. ___ miró el reloj en la mesita de noche y sus ojos se abrieron alarmados. Llegaba tarde al trabajo.

"Oh, no..." murmuró, apartándose con cuidado del abrazo de Taesan.

Tan silenciosamente como pudo, ___ recogió sus cosas, mirando de vez en cuando a Taesan, que aún dormía. Salió rápidamente de su apartamento y entró en el suyo para prepararse para el trabajo.

{Tres días después}

Agotada, se apoyó contra la puerta cerrada, dejando escapar un profundo suspiro.

"Qué día", murmuró para sí misma, abriendo la puerta y entrando.

Después de una ducha refrescante, ___ se puso una camiseta sin mangas y unos pantalones cortos como pijama. Mientras entraba en su sala de estar, escuchó que llamaban a la puerta. ___ se quedó paralizada, "¿Quién podría ser a esta hora?", pensó.

"¿Quién es?" gritó mientras se acercaba a la puerta.

"Soy yo..." respondió una voz familiar desde el otro lado.

___ se detuvo antes de abrir la puerta. No lo había visto ni hablado con él desde que salió de su apartamento esa mañana. Vacilante, abrió.

Taesan se quedó allí, luciendo un poco inseguro de sí mismo. Sonrió suavemente, con un dejo de nerviosismo en sus ojos.

—Hola —la saludó en voz baja, mirándola a los ojos.

—Hola —respondió ___, igualmente tranquila. Se quedaron allí un momento, el aire entre ellos se llenó de palabras no dichas.

Finalmente, ___ rompió el silencio.

—Entra —dijo ___, dando un paso atrás para dejarlo entrar.

Cuando Taesan entró, ___ cerró la puerta detrás de él, pensando en la noche que habían compartido y en la conversación que les esperaba. ___ entró en la cocina, seguida por Taesan.

"¿Podemos hablar?" preguntó.

"¿Sobre qué?" preguntó ella fingiendo ignorancia.

Los ojos de Taesan se entrecerraron levemente.

-Sabes qué- respondió Taesan.

"Hmm", tarareó ___ mientras sacaba las bolsitas de té, "¿Quieres un poco de té?" preguntó evitando el tema en cuestión.

—___, he estado intentando localizarte durante días. He venido tres veces distintas, pero nunca estabas en casa —soltó Taesan.

___ sintió una punzada de culpa. Había estado evitando el tema, sin saber cómo abordarlo.

—Oh, he estado trabajando mucho. ¿Quieres azúcar en tu té? —dijo ___ mientras pasaba junto a él.

Frustrado por su evasión, Taesan la siguió. Cuando ___ se giró para mirarlo, él colocó sus manos sobre el mostrador a ambos lados de ella, atrapándola efectivamente entre sus brazos.

—___, por favor —dijo, ahora con voz más suave —. Estoy intentando tener una conversación real. Lo que pasó entre nosotros significó algo para mí.