TAESAN

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Los ojos de Taesan se habían desviado hacia tus labios, eran tan suaves y carnosos... ¿cómo podría apartar su atención de ellos? Para entonces, tú habías desviado tu atención de nuevo hacia la televisión. Taesan había intentado mirar también la televisión, pero por alguna razón no podía quitarse de la cabeza el pensamiento de ti. Taesan nunca te había deseado de esta manera todavía. Cada momento que pasaba podía sentir que sus pantalones se apretaban. Por otra parte, tenía que recordar que nunca te había propuesto esta idea antes. Taesan no quería parecer extraño, te amaba y no quería hacerte sentir incómoda.

-Hola, amor —preguntó, agarrándote suavemente la barbilla. Lo miraste.
- ¿Qué pasa? - Lo miraste con ojos preocupados.
—Bueno, me preguntaba si te gustaría tener tu primera vez esta noche. Entiendo que si no, no quiero hacerte sentir incómoda. -Te dio una pequeña sonrisa ligeramente burlona.

Abriste un poco los ojos, no estabas segura. Llevaban un año v medio saliendo, no podía doler tanto, ¿verdad? Apartaste la mirada de él mientras pensabas en ello. Rápidamente volviste a centrar tu atención en él, sus ojos marrones capturaron los tuyos en su aura cálida. Asentiste con la cabeza, señalándole que querías esto. El negó con la cabeza suavemente.

—No, amor, necesito que lo digas. No juego con el consentimiento. -Te miró con una mirada un poco más firme.
—Sí, lo quiero. -Hablaste en voz baja, era casi vergonzoso admitir algo así. ¿Y si él pensaba que eras una pobre virgen?
-Bien, cariño. Vayamos al dormitorio entonces, ¿eh? —Te sonrió y tomó tu mano con delicadeza.

Mientras caminaban hacia el dormitorio, podías sentir que el ritmo de tu corazón se aceleraba. Nunca habías hecho esto antes, por decir lo menos, estabas muy nervioso.
Taesan podía sentir que algo andaba mal contigo. Te sentó en el borde de la cama, todavía sosteniendo tu mano.
—Sabes que si no quieres hacer esto, no tienes por qué hacerlo. Quiero que estés cómoda, amor. —Te miró a los ojos, su mirada era suave y llena de cariño.
Lo miraste fijamente, estabas nervioso, pero realmente querías que esto sucediera.

—Te lo prometo, esto es lo que quiero, estoy 100% cómoda con esto. Te amo tanto —le susurraste a Taesan mientras te inclinabas sobre él. Él te sonrió.
—Muy bien, vamos a prepararte, ¿de acuerdo? —Te dio unas palmaditas suaves en el muslo mientras te dirigía una mirada amorosa. Asentiste con la cabeza.
"¿Hay algo que quieras hacer sola en el baño antes de que te ayude?", te preguntó mientras
lo mirabas fijamente. Negaste con la cabeza.
Siempre te mantienes ordenada por si sucede algo inesperado, por ejemplo, en este momento.
—Muy bien, déjame verte, preciosa —dijo taesan con voz cálida mientras tiraba suavemente de tu cintura.

Empezó a desvestirte, saboreando cada momento que tenía para contemplar tu figura. Jugueteó con el dobladillo de tu camiseta antes de mirarte a los ojos.

-¿Quieres quedártela puesta o no? - preguntó, con una voz llena de seguridad y preocupación. Asentiste, indicando que querías quedarte con la camiseta. El sonrió ante tu pequeña acción.
—Muy bien, bonita, ¿te recuestas sobre las almohadas para mí? -Seguiste sus instrucciones rápidamente, gateando hasta la cabecera y apoyándote sobre las almohadas.
—¿Qué hago ahora? —le susurraste con un dejo de emoción en la voz. Él sonrió al ver tu aura curiosa; estaba claro que no tenías experiencia.

-Simplemente abre tus piernas para mí, linda. ¿Quieres la opción uno o la opción dos?
-preguntó, con una pequeña sonrisa formándose en su rostro. Se notaba que cualquiera de las dos opciones sería celestial.
—Supongo que la opción dos -susurraste vacilante. Él te sonrió y te separó las piernas con suavidad, colocando su mano sobre tu muslo.

Se acercó para sentarse a tu lado y te levantó con delicadeza para sentarte en su regazo. Su mano se deslizó peligrosamente cerca de tu entrepierna cubierta por las bragas.

-Está bien, amor. Puede que esto duela un poco al principio, pero serás una buena chica para mí, ¿verdad? -Sonrió mientras asentías con la cabeza.-Comenzaré entonces, solo recuerda... no tenemos que llegar hasta el final. Si quieres parar, házmelo saber, amor -susurró en tu oído mientras frotaba suavemente tu muslo interior.

Deslizó tus bragas de algodón hacia un lado.
No eran nada elegantes, de rayas blancas y azul marino, de corte corto. Las manos de taesan se movieron hacia tu centro, abriendo suavemente tus pliegues con su dedo índice y medio, lo suficiente para poder encontrar tu clítoris. Comenzó a jugar con tu clítoris, frotando pequeños círculos alrededor de tu sensible perla. Dejaste escapar un gemido, tus piernas tratando de apretarse juntas.

—No, linda niña, no vas a hacer eso. -Había pasado su brazo bajo tu pierna izquierda para mantenerla en su lugar.

Taesan entonces comenzó a mover sus dedos hacia abajo, acariciando tu entrada. Sin previo aviso, bombeó sus dedos dentro de ti.

Fue cuidadoso, escuchando cualquier signo de incomodidad. Tan pronto como se dio cuenta de que todo estaba despejado, comenzó a mover sus dedos dentro y fuera de ti a un ritmo lento. Te estaba volviendo loca como una quemadura lenta, todo lo que querías era sentirte perdida en el toque de taesan.

—Por favor... ¡sólo fóllame, tae! —le gritaste, no te importaba realmente el dolor ni la preparación, habías sido virgen durante tanto tiempo que sólo querías que te follara.
El se rió un poco ante tu respuesta brusca antes de darte la vuelta, ahora estabas acostado boca arriba.

—¿Esto es lo que quieres? —preguntó, abriéndole suavemente las piernas de nuevo antes de quitarse las bragas. Asentiste y una sonrisa ansiosa se extendió por tu rostro.

Empezó a quitarse los pantalones cortos y a bajar los calzoncillos. Era grande y eso te mortificaba. El miedo se apoderó de tu rostro

cuando viste su tamaño. Taesan te miró con una sonrisa burlona en el rostro.
—¿Qué? ¿Mi linda niña está asustada? -Se inclinó y te susurró roncamente al oído. Tú asentiste, sin poder decir nada. Estabas en shock y definitivamente nerviosa.

-¿Quieres parar ahora, amor? -preguntó en un tono amable. Asentiste, escondiendo tu rostro entre tus palmas.
"Está bien, amor. ¿Te das cuenta de que es tu primera vez y que las cosas pueden parecer aterradoras? Siempre podemos tomarlo con calma e intentarlo de nuevo la próxima vez" te susurró taesan dulcemente. Te acarició suavemente el cabello mientras su otra mano descansaba sobre tu cintura.

"Lo siento... recién lo vi y me puse muy nerviosa".
". Hablaste en voz baja mientras lo mirabas. El sonrió un poco ante tu respuesta.

-Está bien, te lo prometo. Ahora, ¿qué tal si te limpiamos? Una buena ducha y luego podemos irnos a la cama. —Te sonrió y te dio unas palmaditas suaves en la cadera.

Asentiste en respuesta, feliz por el hecho de que él estaba dispuesto a cuidarte.

—Gracias taesan, te amo —le susurraste y una suave sonrisa apareció en tu rostro.

—Te amo demasiado linda, gracias por dejarme hacer esto contigo. —Te devolvió la sonrisa y te dio un pequeño beso en la mejilla.

𝑩𝑶𝒀𝑵𝑬𝑿𝑻𝑫𝑶𝑶𝑹 𝑺𝑴𝑼𝑻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora