Capítulo 2: La Lucha por Seguir Adelante

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Hawks se despertó esa mañana con el sonido del despertador resonando en su habitación, un ruido que parecía más una tortura que una llamada al deber. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando su habitación desordenada, un reflejo de su mente. Las sábanas estaban arrugadas y una chaqueta de héroe colgaba de una silla, como un recordatorio constante de lo que solía ser: un héroe brillante y exitoso, admirado por todos. Pero ahora, esa imagen era solo un espejismo.

Se arrastró fuera de la cama, sintiendo el peso del día aplastándole los hombros. La rutina matutina que solía ser un ritual ahora se sentía como una carga. Con cada paso hacia el baño, una voz en su cabeza le recordaba lo que había perdido. Hikari. Ella siempre había sido su motivación, su razón para seguir luchando. Sin ella, se sentía vacío, como un pájaro sin alas.

Mientras se preparaba, miró su reflejo en el espejo. Su cabello dorado, que alguna vez había lucido brillante y cuidado, ahora estaba desordenado y opaco. Las ojeras debajo de sus ojos eran profundas, como si la fatiga del alma se hubiera reflejado en su apariencia. A medida que se pasaba un cepillo por el cabello, un pensamiento oscuro se apoderó de él: ¿Realmente podía seguir siendo un héroe?

Después de vestirse, Hawks salió de su apartamento, el aire fresco de la mañana lo golpeó, pero no lo despertó. Caminó hacia la sede de héroes, sintiendo el ajetreo de la ciudad que lo rodeaba, el bullicio de la vida que continuaba sin él. Los rostros familiares de los ciudadanos lo saludaban, algunos con sonrisas de agradecimiento, otros con miradas de preocupación. Pero él solo respondió con una leve inclinación de cabeza, incapaz de mantener una conversación. El héroe que solía ser estaba desapareciendo, reemplazado por un hombre que luchaba por encontrar su lugar en un mundo que seguía girando.

Cuando llegó a la sede, sus compañeros héroes ya estaban en movimiento. El ambiente estaba lleno de energía, pero Hawks se sentía fuera de lugar. Se dirigió a la sala de operaciones, donde los héroes discutían sobre las próximas misiones. Intentó prestar atención, pero su mente divagaba, atrapada en recuerdos de Hikari y en su risa contagiosa.

"¿Hawks? ¡Hola! ¿Estás bien?" La voz de su amigo, Mirko, lo sacó de su ensueño. Ella lo miraba con preocupación.

Hawks: "Sí, claro. Solo... un poco cansado," respondió Hawks, tratando de ocultar la verdad. No quería que nadie supiera cuán fracturado estaba.

Mirko lo observó detenidamente. "No pareces estar bien. Deberías descansar. A veces es mejor tomar un respiro que seguir empujando."

"No puedo. Hay trabajo que hacer," insistió Hawks, sintiendo que tenía que mantener su imagen de héroe, aunque su mundo estuviera cayendo a pedazos.

Los héroes comenzaron a discutir sobre las actividades del día. La lista de tareas era larga, y Hawks se sintió abrumado por la presión. Se le asignó una misión de rescate, algo que debería haberlo emocionado, pero ahora solo le causaba ansiedad. Se sentía como si estuviera a punto de caer de un acantilado, y cada misión era una nueva oportunidad de fracasar.

Mientras se preparaba para salir, un nudo se formó en su estómago. Hacía un año que no experimentaba una misión sin que Hikari estuviera a su lado. Sus recuerdos estaban llenos de momentos en los que ambos se apoyaban mutuamente, luchando codo a codo. Sin ella, se sentía perdido y desorientado.

"Hawks, ¿estás listo?" preguntó Tokoyami, su compañero de equipo, rompiendo el silencio. Su tono era amable, pero la preocupación en su voz era evidente.

"Sí, solo... dame un segundo," dijo Hawks, tomando una profunda respiración. Se obligó a recordar la importancia de su trabajo. Hikari habría querido que siguiera adelante, que no se dejara vencer por el dolor.

Salieron volando hacia la ubicación de la misión. Mientras surcaban el cielo, la brisa fresca acarició su rostro, pero no trajo consuelo. En lugar de eso, los recuerdos de Hikari inundaron su mente: el brillo de su sonrisa, la forma en que lo alentaba en cada momento difícil. La idea de que nunca más volvería a sentir su calor lo desgarró por dentro.

Al llegar al lugar de la misión, se encontró con un edificio en llamas. La escena era caótica: ciudadanos atrapados en el interior, el humo llenando el aire. La adrenalina se disparó, y aunque sabía que tenía que actuar, su mente estaba nublada por la tristeza. Luchó contra la oleada de recuerdos que lo invadía mientras se movía rápidamente para rescatar a las personas atrapadas.

"¡Ayuda! ¡Estamos aquí!" gritó una mujer desde el segundo piso. Sin pensarlo, Hawks se lanzó hacia el edificio, moviendo sus alas para elevarse rápidamente. Pero en su mente, una imagen apareció: Hikari, sonriendo y estirando la mano hacia él. El momento lo hizo tambalear en el aire, y casi pierde el control.

"¡Concéntrate, Hawks!" se gritó a sí mismo, pero la voz se desvanecía en el eco de su dolor.

Logró llegar al segundo piso y forzó una entrada a la habitación donde la mujer y sus hijos estaban atrapados. Al verlos, se dio cuenta de que no podía fallar. Era un héroe, después de todo. Sacó su energía y, con una ráfaga de viento, los llevó a todos a salvo. Sin embargo, cada vez que cumplía con su deber, el peso de la pérdida lo empujaba más hacia el fondo.

La misión continuó, y Hawks realizó varios rescates más. A pesar de su esfuerzo, su desempeño comenzó a decaer. En su mente, Hikari estaba presente en cada acción, en cada decisión, lo que lo hacía perder el enfoque. Finalmente, su compañero Tokoyami tuvo que intervenir.

"Hawks, ¿te sientes bien? Estás haciendo las cosas de manera ineficiente," dijo Tokoyami con sinceridad. La preocupación en su voz era palpable.

"Estoy bien," respondió Hawks, aunque su voz sonaba apagada. No quería que nadie supiera que su mente estaba atrapada en un ciclo de tristeza.

A medida que avanzaban, la situación se volvía más peligrosa. El caos se intensificó y un villano apareció, aumentando la tensión en el lugar. Hawks sintió una punzada de terror. En su mente, su única preocupación era que la imagen de Hikari lo acompañara, recordándole lo que había perdido. Sin embargo, no pudo evitar que su mente se nublara en un momento crucial.

Cuando el villano lanzó un ataque, Hawks intentó esquivarlo, pero la sombra de Hikari lo distrajo. Casi fue golpeado y tuvo que redoblar esfuerzos para mantenerse en pie. En ese instante, la mirada de Tokoyami le hizo darse cuenta de que su compañero había notado su desliz. La decepción era evidente.

Finalmente, lograron controlar la situación, pero el precio fue alto. La confianza que sus compañeros tenían en él comenzó a erosionarse. Después de la misión, Hawks regresó a la sede sintiéndose derrotado. La sensación de fracaso lo envolvía como una nube oscura.

Al llegar, fue recibido por Mirko, que lo observaba con preocupación. "¿Qué pasó allá afuera, Hawks? Te vi casi caer. No quiero que te pase algo malo."

"Estoy bien. Solo... necesito más práctica," mintió, tratando de sonreír, pero su corazón no estaba en ello.

Mirko lo miró fijamente, sus ojos llenos de preocupación. "Hawks, no estás bien. Necesitas hablar de esto. Hikari... ella nunca querría que te sintieras así."

La mención de su nombre fue como un golpe en el pecho. Hawks sintió que la tristeza lo consumía una vez más. "No puedo. No puedo hablar de ella. Es demasiado doloroso," respondió, con la voz entrecortada.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, su mente no pudo escapar de la agonía. La pérdida de Hikari era como una herida abierta que nunca sanaría. En su corazón, sentía que su deber como héroe ya no importaba. Sin Hikari, ¿qué sentido tenía ser un héroe?

Con lágrimas en los ojos, se preguntó si alguna vez podría sanar. El dolor lo envolvió mientras se sumía en la oscuridad de la soledad, sabiendo que la batalla por su propia cordura apenas comenzaba. Se dio cuenta de que, aunque intentaba seguir adelante, la sombra de Hikari siempre estaría presente, y su camino hacia la recuperación sería más difícil de lo que había imaginado.

Alas de Esperanza II 🪽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora