Capítulo 13: La Intervención Inesperada

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El eco de los pasos de Hawks resonaba por los pasillos oscuros del refugio donde se había estado aislando desde hacía semanas. Los viejos registros, libros y manuscritos cubrían cada rincón, evidencias de su obsesiva búsqueda de una respuesta que pudiera traer de vuelta a Hikari. Las noches eran largas, y sus días estaban llenos de insomnio y dolor. Cada intento de concentrarse en otra cosa fallaba. Nada tenía sentido sin ella.

A pesar de las advertencias de los héroes, Hawks seguía inmerso en sus investigaciones. Había encontrado una pista que podría ser lo que estaba buscando: menciones de un Bosque Místico prohibido, un lugar donde los deseos más profundos podían hacerse realidad, pero con un costo. Para Hawks, el costo ya no importaba. La idea de tener a Hikari de vuelta llenaba sus pensamientos día y noche.

En medio de su investigación, el ruido de la puerta del refugio interrumpió su concentración. Hawks frunció el ceño. No esperaba visitas, y la mayoría de los héroes ya habían dejado de intentar convencerlo de que descansara o buscara ayuda. Pero esta vez, era diferente. Era Tokoyami.

El joven héroe, con su figura imponente y su presencia siempre calmada, entró en el refugio sin esperar una invitación. Hawks levantó la vista, sorprendido por la visita.

—Tokoyami, ¿qué haces aquí? —preguntó con una mezcla de cansancio y molestia en su voz.

Tokoyami, observando el caos del lugar, dejó escapar un suspiro antes de responder.

—Maestro, vine porque estoy preocupado. Todos lo estamos. Has estado ausente de las misiones, y las cosas no han sido las mismas sin ti. Necesitamos que vuelvas... pero no de esta manera.

Hawks cerró un libro con brusquedad y se levantó de su asiento, sus ojos cansados pero decididos.

—No puedes entenderlo, Tokoyami. —Su voz era fría, distante—. Estoy cerca. Muy cerca de encontrar lo que he estado buscando. Voy a traerla de vuelta.

Tokoyami parpadeó, sorprendido por la declaración. Sabía que Hawks estaba lidiando con la pérdida de Hikari, pero esta obsesión era algo que no había anticipado.

—¿Traerla de vuelta? Hawks... ella se ha ido. —El tono de Tokoyami era suave pero firme—. No puedes cambiar eso. Y perseguir algo imposible te destruirá. Ya te está destruyendo.

Hawks sintió una punzada de ira y dolor. ¿Cómo podía Tokoyami entender lo que él estaba pasando? ¿Cómo podía alguien entender lo que significaba perder a la única persona que le daba sentido a su vida?

—No sabes lo que dices —respondió Hawks, dando la espalda a Tokoyami mientras volvía a revisar uno de los pergaminos antiguos que había encontrado—. Hay una manera. Solo tengo que llegar al Bosque Místico. Si lo hago, podré... podré traerla de vuelta.

Tokoyami dio un paso adelante, su voz volviéndose más seria.

—Hawks, estás hablando de mitos y leyendas. Sabes que esos lugares están prohibidos por una razón. Incluso si existieran, los riesgos... no valen la pena.

Pero Hawks no estaba dispuesto a escuchar. En su mente, cada palabra que Tokoyami decía solo lo alejaba más de lo que creía que era su única esperanza.

—Si realmente me entiendes, Tokoyami, entonces sabrás que no puedes detenerme. —Su tono era definitivo—. Voy a hacer esto, con o sin tu ayuda.

Tokoyami apretó los puños, claramente frustrado. Había respetado a Hawks durante toda su carrera como héroe, lo había admirado y considerado un mentor. Pero el hombre que tenía frente a él no era el mismo héroe que lo había inspirado. La desesperación y el dolor habían nublado su juicio.

—No quiero detenerte, maestro. —Tokoyami lo miró con tristeza—. Quiero ayudarte. Pero esta no es la manera de honrar la memoria de Hikari. Ella no querría que te destruyeras por ella. Lo sabes, en el fondo lo sabes.

Hawks se quedó en silencio por un momento, sus hombros tensándose. Parte de él sabía que Tokoyami tenía razón. Hikari nunca habría querido verlo así, obsesionado y perdido en un abismo de desesperación. Pero la otra parte, la parte rota de su corazón, no podía dejarla ir.

—Tienes razón —murmuró finalmente, su voz apenas un susurro—. Ella no querría esto. Pero... no puedo vivir sin intentarlo. No puedo seguir adelante sin saber que hice todo lo posible por traerla de vuelta.

Tokoyami dio otro paso hacia él, esta vez más cerca, pero Hawks levantó una mano para detenerlo.

—Déjame hacer esto, Tokoyami. —Su mirada estaba fija en los libros y pergaminos ante él—. Por favor. Es lo único que me queda.

Tokoyami observó a Hawks por un largo momento, sintiendo el peso de las palabras de su mentor. Sabía que no había nada más que pudiera decir para cambiar su mente en ese momento. Apretando los labios, asintió con tristeza.

—Te dejaré... por ahora —dijo Tokoyami, sabiendo que la batalla por el alma de Hawks aún no había terminado—. Pero no estarás solo en esto, maestro. No importa lo que decidas, estaré aquí cuando me necesites.

Con esas palabras, Tokoyami se dio la vuelta y salió del refugio, dejándolo nuevamente en la oscuridad de sus pensamientos. Sabía que había hecho lo que podía, pero el destino de Hawks aún estaba por decidirse.

Mientras la puerta se cerraba tras él, Hawks miró el pergamino que tenía frente a él, la mención del Bosque Místico brillando tenuemente bajo la luz débil de la lámpara. Estaba cerca. Sentía que la respuesta estaba justo a su alcance. No importaba lo que Tokoyami o los demás dijeran. Hikari lo estaba esperando.

Y él la traería de vuelta, sin importar el costo.

Alas de Esperanza II 🪽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora