𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨 1 [en Corrección]

Capitulo 62 ✞︎Zᴇɴʏᴀ✞︎

༒︎

SLAVIK

Al enterarme de la traición de Zenya, con mis pensamientos perdidos y los recuerdos en ella. Entramos a la mansión, dónde tantas veces celebramos juntos todos nuestros logros. Zenya quien había sido mi confidente y protectora, sin embargo siempre la he protegido de cada maldito que intentó lastimarla por el simple hecho de que ella no lo merecía. Vlad, necesito hablar con mi hermano.

Me equivoqué y mi pecho se hunde con solo escuchar "fue ella" "Zenya". No era solo una puñalada en la espalda, sino una demolición de mi confianza y su seguridad. Recordando todos los momentos en el que confiaba en ella ciegamente. Cada recuerdo compartido ahora está empalado en una traición.

Endurecí mi rostro cuando todos los que trabajan para mi, nos dan la bienvenida con su cuerpo haciendo reverencia. Entrelazo mis manos con las de mi sol, en busca de algún consuelo o simplemente su apoyo. No permitiré que una traición dañe precisamente a mi familia, jamás lo dejaré pasar aunque sea de mi sangre.

Conmigo pueden hacer los que se les ocurra sin es que tiene oportunidad o si se atreven. Pero con mi printsessa y mis hijos no,  nadie tiene derecho siquiera a dirigirle la palabra.

— Bienvenido mi señor — dice al mismo tiempo sin levantar su cabeza — Es honor  tenerlo de vuelta.

— Saluden a mi mujer — exigí, intentan verla a los ojos pero se los impidió gruñendo como advertencia Elia hace un leve apretón para calmarme — No he ordenado que la vean.

— Lo siento, señorita bienvenida un gusto tenerla aquí con nuestro señor — siento a Elia respirar profundo y solo asiente con la cabeza — ¿Quiere que traigamos a los médicos y prepare la tina, señor?

— No — interviene mi sol, su voz es firme —  Lo haré yo.

Abraza mi brazo izquierdo y me señala con sus ojos las escaleras. Me hace olvidar a Zenya y le sonrió como un estúpido enamorado.

Con cuidado exagerando me ayuda a subir las escaleras. Llegando a la habitación. Me deja sobre la cama, sin decir nada se aparta de mí y se pierde en el baño. Un minuto después vuelve aparecer en mi vista.

— ¿Qué intentas hacer, preciosa? — mencioné observando cómo se deshace del cinturón de mi pantalón y mi camiseta hecha una mierda quedando solo en boxer.

— Bañarte ruso — alega sin gracia, apreté mis labios y cerré mis ojos — Ayúdame a levantarte.

— Persik — la llamé pero no me contesta, se limita a pasar su brazo por mi torso intentando ayudarme — Lo haré solo, no puede hacer mucha fuerza recuerda que tienes a mis herederos dentro de tu lindo cuerpo.

— Sigue bromeando y te golpearé — amenaza con la voz entrecortada — Ven te ayudaré a bañarte.

Ordena pasando por mi lado, la sigo por detrás apretando mi mandíbula al sentir dolor en mi costado. Sus ojos pasean por mi cuerpo de pies a cabeza, tiene una expresión apagada e impide todavía verme a los ojos.

Me adentro en el jacuzzi con espuma. Elia se quitó la ropa quedando en bragas y brasier, admiro la belleza que carga con mis bebés notándose cada vez más. Lo que me recuerda que ella fué así a rescatarme, eleva mi enfado en ello.

— Lyubov' mírame.

Ella toma el champú y se echa mucha cantidad en su mano tanto que termina por derramar todo en el agua. Suelto el aire contenido ya hace más de tres minutos y la tomó de la mano tirando a un costado del baño el jabón líquido, finalmente me mira. Se sintió una eternidad no tener sus ojos puestos en mi.