Capítulo 21

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La información era algo vital para los comandantes a la hora de una guerra. Conocer el número de enemigos, la localización de cada uno de ellos y las armas o herramientas con las que contaban. Previsualizando un escenario de ataque contra Orión y lo útil que es la información en una guerra, Naruto se había encargado de sellar toda la información sensible de la nave, permitiendo que cualquier persona que quisiera saber sobre Orión, tendría que estar a bordo de la misma, conectado a un terminal y viéndose en la obligación de descargarse la información, encriptada, en algún aparato portátil. Y al realizar todo aquello, habrían perdido el elemento sorpresa y serían localizados y cercados, convertidos en segundos en prisioneros o detenidos completamente sin que pudieran realizar ninguna incursión más.

Y estoy jugó a favor de las personas en Orión.

Los villanos atacaron el casco exterior de la nave, generando un agujero en la estructura por el que se colaron sin miramiento alguno, destruyendo todo lo que encontraban a su paso, abriéndose camino hacia lo que ellos creían que era el puente de mando. Creían, por supuesto, que podrían moverse con rapidez por el interior de Orión sin ser detenidos, acabando con los empleados del Quinto y haciendo gala de sus dones sin que nadie los detuviera. Sus rostros se mostraron sorprendidos cuando, no dando más de cien pasos, un enorme pelotón de soldados y miembros del Quinto los esperaba al dar vuelta a una esquina, encabezados por Hawk, Lady Nagant, el Asesino de Héroes y los Ocho Preceptos de la Muerte, junto a varios vigilantes y antihéroes más, que fueron contratados por el Quinto para trabajar por el bien del país.

Al frente del grupo de criminales, se encontraba un joven de cabello albino y piel nívea y cuarteada, con unos ojos rojos y pequeños que parecían casi muertos y sin vida, como si se estuviera moviendo por propia inercia, como si fuera un simple maniquí. No mencionó palabra alguna ni mandó callar a una chica de cabello rubio que estaba a su lado, con un ojo vendado; los suyos, como los de un conejo, estaban fijos completamente en los miembros del Quinto.

Y fue en una fracción de segundo cuando reaccionó.

Usando su don mejorado, Shigaraki Tomura envió una onda de desintegración hacia los soldados, vigilantes y yakuzas que se interponían en su camino. No habló, solamente estiró el brazo hacia ellos y el suelo comenzó a desintegrarse hasta que chocó con un campo de fuerza invisible que repelió el ataque, protegiendo a los enemigos de Shigaraki y el suelo al mismo tiempo.

Orión había respondido al ataque y las personas vivas apoyaron la defensa de la nave. Los soldados dispararon hacia los villanos, acribillándolos a balazos. Ante eso, Shigaraki generó otra onda de desintegración que descompuso completamente las balas, convirtiéndolas en nada y salvando a sus compañeros, quienes reaccionaron lanzándose hacia adelante con un grito de rabia contenida, siendo respondido por los mismos soldados, que se lanzaron hacia adelante dejando atrás a los yakuza y vigilantes, no importándoles si a quienes se enfrentaban eran personas con poderes o criminales sin ellos.

Dos personas se miraron, cara a cara, vestidos de una forma similar. Uno de ellos era el Asesino de Héroes: Stein, el criminal escapado de tártaro que creía en los héroes de verdad y que solo All Might podría asesinarlo; el otro era el teniente del Frente de Liberación Paranormal: Spinner, quien había tomado la filosofía de Stein y la usó para seguir a Shigaraki hasta ese momento, trayendo consigo a todos aquellos rechazados por la sociedad como parte del Frente.

En un principio, Stein iba a pelear contra Spinner y los suyos en otro lugar, pero las cosas los habían llevado a que su pelea fuera en Orión, bajo la atenta mirada de todos los criminales y personas de bien de la nave, algo a lo que Stein no le dio mucha importancia, de hecho, respondió a las miradas indiscretas desenvainando su espada, mostrándole el filo a Spinner y pasando la lengua por ella.

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