Capítulo 14

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Tártaro, la máxima prisión de Japón encargada de mantener a los villanos controlados y encerrados en sus celdas, había quedado inutilizada tras la fuga organizada por el Frente y por All for, siendo descartada por el nuevo gabinete presidencial, quienes optaron por utilizar otra prisión para asegurar a los villanos atrapados: la prisión de máxima seguridad submarina Atlantis.

Atlantis había iniciado su construcción hacía diez años atrás, cuando Shinobi fue detenido y encerrado en Tártaro, siendo la prisión indicada para encerrar a los villanos que el Quinto estaba derrotando, siendo el punto donde trasladaban a los villanos que aún estaban en las prisiones regulares como una medida para que All for One o Shigaraki no los liberaran y los usaran como parte de su ejército.

All for One conocía la ubicación exacta donde se encontraba la prisión. Había sabido de ella desde que empezó su construcción, convirtiéndose ahora en un objetivo clave para él y para el Frente, siendo el objetivo claro de los tenientes y líderes del grupo de villanos.

Mientras All for One y Shigaraki peleaban con el líder del Quinto, el mismo All for One había lanzado a varios villanos contra la prisión al mismo tiempo que atacaba la sede del Quinto, haciendo así tres movimientos contra su enemigo en un intento de abrumarlo y superarlo, creyendo que serían simples novatos, objetivos fáciles.

Cuando las fuerzas del Frente atravesaron las gruesas puertas de entrada de Atlantis, mostrando sonrisas arrogantes, dispuesto a liberar a sus compañeros, fueron recibidos por un solo hombre que los esperaba de pie, con las mangas de la camisa subida hasta los codos y con el cabello naranja peinado hacia atrás, sus ojos fijos en los enemigos.

No había nadie más.

Los miembros del Frente de Liberación habían esperado que Atlantis estuviera repleta de soldados, de héroes y miembros del Quinto con los que tendrían que luchar hasta obtener la cabeza del jefe. Pero en lugar de lo que habían imaginado, solamente había un hombre esperándolos, en mitad del grueso pasillo, con los brazos cruzados sobre su torso.

―¡¿Nos toman por idiotas?!―uno de los villanos gritó, señalando con su alargado dedo a la figura de Ichiro, quien mantuvo el rostro calmado, los ojos fijos en el ejército de villanos que estaban llenando las instalaciones, todos ellos con alguna cualidad que los hacía parecer un poco pez.

―Solo es uno. ¡Podemos tomarlo!―un villano con el aspecto de un cocodrilo rugió, alentando a sus compañeros.

La postura de Ichiro no se vio perturbada ante la enorme cantidad de villanos del Frente. Aquello había entrado dentro de los planes de su jefe y compañero. Naruto había pensado en la posibilidad de que All for One supiera sobre Atlantis y que lo atacara con un contingente elevado de sus hombres para liberar a todos los prisioneros de las instalaciones. Y saber eso por adelantado, hizo que Ichiro fuera colocado como alcaide de Atlantis, encargado de la seguridad y de que los prisioneros quedaran dentro de sus celdas.

―¿Me menosprecian por solamente ser un hombre?―lentamente, botón a botón, Ichiro comenzó a quitarse la chaqueta del traje, revelando la camiseta blanca que había por debajo―. ¡No me subestimen, villanos!

―¡JA! ¡No podrás contra un ejército entero!

Cada miembro de las Cinco Puntas del Quinto había sido seleccionado cuidadosamente por parte de Naruto. Había seleccionado a los miembros por su habilidad, por su formación militar o por su quirk. Si contaban con todo lo que Shinobi necesitaba, Naruto lo metería dentro del Quinto para poder minar el poder de los villanos. Y este había sido el caso con los miembros actuales.

―¿Un ejército de villanos?―con lentitud, Ichiro fue arremangándose, mostrando sus antebrazos tatuados―. He pertenecido a la marina japonesa, he entrenado artes marciales mixtas y aprendido cien formas de asesinar a una persona―los ojos del hombre se clavaron en los del villano con apariencia de cocodrilo―. Incluso podría superar tu defensa natural solamente con un destornillador, pequeño bastardo.

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