Aubrey
Los días pasaban y Noah y yo estábamos cada día más conectados. Ya habían pasado unos días desde lo nuestro y no podría estar más feliz. Habían días que me sentía feliz y completa por tener a un chico locamente enamorado conmigo y otros en los que sentía que no podía más.
Desde que le conté a Noah mi problema con la comida parecía que todo iba mejor... Pero no fue así.
No paraba de compararme con otras modelos y de sentirme insuficiente y demasiado insegura. En todas las fotos salía fatal y siempre que veía alguna en la que la grasa de la barriga o de otra parte se doblaba haciéndome un michelín, me repetía que era insuficiente. Que eso no debería estar ahí. Que era mi culpa por comer. Miraba a otras personas y me sentía mal. ¿Como ellos podían hacerlo sin ningún complejo? Ethan con las galletas... Natalie con los donuts...
Mientras los veía disfrutar me daba cuenta que era mi problema. Que solamente era mi problema y yo no podía hacer nada para remediarlo. La única opción era comer más. Pero no podía. Tenía un nudo en la garganta al ver toda la comida en un plato, aunque solo fuera la última miga de pan.
Me abrazo más a Noah, dejando los pensamientos negativos de lado. Ahora mismo estamos en su cama, descansando antes de la pasarela que tanto tenía preocupada a Natalie. A mi también me pone nerviosa, pero por suerte no tengo pánico escénico.
—¿Estás bien? —Pregunta Noah.
—¿Por qué no iba a estarlo?
—Te has abrazado más fuerte a mi.
—Enserio, estoy bien. Solo nerviosa por la pasarela —Miento.
—¿Seguro? —Insiste.
Asiento con la cabeza y vuelvo a dejar mi cara en su pecho.
Apoya si barbilla en mi cabeza y suspira.
—¿Sabes qué me puedes contar lo que sea, verdad?
—Lo sé —Aseguro.
—¿Y que si necesitas algo siempre voy a estar ahí?
Se me encoge el corazón al oír esas palabras. Creo que nadie me había dicho eso nunca. Ni mis padres. Ni ninguno de mis ex novios.
Asiento otra vez con la cabeza y me relajo entre sus brazos. Tampoco dura mucho tiempo en que estoy con el así, porque de repente, mi móvil empieza a sonar. Me giro de la cama, para ver quién es y me encuentro con la cara de Natalie.
—¡¿Aubrey?! ¿Donde estás? —Pregunta ansiosa.
—Pues... en casa.
—¡Tienes que estar aquí ya!
—La pasarela empieza a las ocho.
—¡Lo sé! ¡Pero hemos quedado en que te llevaría, además tenemos que estar ahí antes! ¡Estoy esperándote!
Me llevo la mano a al frente, recordando lo desastre que soy y suspiro.
—Mierda —Maldigo por lo bajo.
—Te espero aquí —Me tranquiliza Natalie.
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El deseo de amar para siempre [TE AMARÉ POR SIEMPRE #1]
Roman d'amour¿Y si tu sueño de ser modelo se cumple? ¿Y si te tendrías que mudar a Australia por trabajo? Aubrey Henderson no ha salido de la gran ciudad jamás. Noah Johnson siempre ha vivido en el bonito pueblo de Australia, Lakes Entrance, con sus mejores amig...