Cuando Astrid y Paul se quedaron solos en su habitación, la primera, que habia sido cautelosa a la hora de elogiar al señor Sutcliffe, expresó a su hermano lo mucho que lo admiraba.
— Es todo lo que un hombre joven debería ser, — Dijo ella. _sensato, alegre, con sentido del humor; nunca había visto modales tan desenfadados, tanta naturalidad con una educación tan perfecta.
— Ah, ya. — Replicó Paul. — Está aceptable de aspecto, al menos, lo cual nunca está de más en un joven. De modo que es un hombre completo.
— Me sentí muy adulada cuando me sacó a bailar por segunda vez. No esperaba semejante cumplido.
— ¿No te lo esperabas? Yo sí. Era lo más natural que te sacase a bailar. No pudo pasarle inadvertido que eras cinco veces más guapa que todas las demás mujeres que había en el salón. No agradezcas su galantería por eso. Bien, la verdad es que es muy agradable, apruebo que te guste. Te han gustado muchas personas estúpidas.
— ¡Paulie, querido!
— ¡Oh! Sabes perfectamente que tienes cierta tendencia a que te guste toda la gente. Nunca ves un defecto en nadie. Todo el mundo es bueno y agradable a tus ojos. Nunca te he oído hablar mal de un ser humano en mi vida.
— No quisiera ser imprudente al censurar a alguien; por eso siempre digo lo que pienso.
— Ya lo sé; y es eso lo que lo hace asombroso. Estar tan ciega para las locuras y tonterías de los demás, con el buen sentido que tienes. Fingir candor es algo bastante corriente, se ve en todas partes. Para ser cándido sin ostentación ni premeditación, quedarse con lo bueno de cada uno, mejorarlo aún, y no decir nada malo, eso sólo lo haces tú. Y así te gustan sus hermanas, ¿no es así? Sus modales no se parecen en nada a los de él.
— Al principio desde luego que no, pero cuando charlas con ella son muy amables. La señorita Pauline Sutcliffe va a venir con su hermano y ocuparse de su casa. Y, o mucho me equivoco, estoy segura de que encontraremos en ella una vecina encantadora.
Paul escuchaba en silencio, pero no estaba convencido. El comportamiento de las hermanas de Sutcliffe no había sido a propósito para agradar a nadie. Mejor observador que todos sus hermanos, con un temperamento menos flexible y un juicio menos propenso a dejarse influir por los halagos, Paul estaba poco dispuesto a aprobar a las hermanas Sutcliffe. Eran, en efecto, unas personas muy refinadas, bastante alegres cuando no se les contrariaba y, cuando ellas querían, muy agradables; pero orgullosas y engreídas. Eran bastante bonitas, habían sido educadas en uno de los mejores colegios de la capital y poseían una fortuna de veinte mil libras; estaban acostumbradas a gastar más de la cuenta y a relacionarse con gente de rango, por lo que se creían con el derecho de tener una buena opinión de sí mismas y una pobre opinión de los demás. Pertenecían a una honorable familia del norte de Inglaterra, circunstancia que estaba más profundamente grabada en su memoria que la de que tanto su fortuna como la de su hermano había sido hecha en el comercio.
El señor Sutcliffe heredó casi cien mil libras de su padre, quién ya había tenido la intención de comprar una mansión pero no vivió para hacerlo. El señor Sutcliffe pensaba de la misma forma y a veces parecía decidido a hacer la elección dentro de su condado; pero como ahora disponía de una buena casa y de la libertad de un propietario, los que conocían bien su carácter tranquilo dudaban el que no pasase el resto de días en Dowton Abbey y dejase la compra para la generación venidera.
Sus hermanas estaban ansiosas de que él tuviera una mansión de su propiedad. Pero aunque en la actualidad no fuese más que arrendatario, la señorita Sutcliffe no dejaba por de estar deseosa de presindir su mesa, ni la señora Lane, que se había casado con un hombre más elegante que rico, estaba menos dispuesta a considerar la casa de su hermano como la suya propia siempre que le conviniese.
A los dos años escasos de haber llegado el señor Sutcliffe a su mayoría de edad, una casual recomendación le indujo a visitar la posesión de Dowton Abbey. La vio por dentro y por fuera durante media hora, y se dio por satisfecho con las ponderaciones del propietario, alquilándola inmediatamente.
Entre él y Lennon existía una firme amistad a pesar de tener carácteres tan opuestos. Sutcliffe había ganado la simpatía simpatía de Lennon por su temperamento abierto y dócil y por su naturalidad, aunque no hubiese una forma de ser que ofreciese mayor contraste a la suya y aunque él parecía estar muy satisfecho de su carácter. Sutcliffe sabía el respeto que Lennon le tenía, por lo que confíaba plenamente en él, así como en su buen criterio. Entendía a Lennon como nadie. Sutcliffe no era nada tonto, pero Lennon era mucho más inteligente. Era al mismo tiempo arrogante reservado y quisquilloso, y aunque era muy educado, sus modales no le hacían nada atractivo. En lo que estoy respecta a su amigo tenía toda la ventaja, Sutcliffe estaba seguro de caer bien dondequiera que fuese, sin embargo Lennon era siempre ofensivo.
El mejor ejemplo es la forma en la que hablan de la fiesta de Sgt. Pepper's Town, lugar donde la familia McCartney frecuentaban debido a sus fiestas. Sutcliffe nunca había conocido a gente más encantadora ni a chicas más guapas en su vida; todo el mundo había sido de lo más amable y atento con él, no había habido formalidades ni rigidez, y pronto se hizo amigo de todo el salón; en cuanto a la señorita McCartney de hebras rubias, no podía concebir un ángel que fuese más bonito. Por el contrario, Lennon había visto una colección de gente en quienes había poca belleza y ninguna elegancia, por ninguno de ellos había sentido el más mínimo interés y de ninguno había recibido atención o placer alguno. Reconoció que la señorita McCartney era hermosa, pero sonreía demasiado. La señorita Lane y su hermana lo admitieron, dijeron de ella que era una muchacha muy dulce y no pondrían inconveniente en conocerla mejor. Quedó establecido, pues, que la señorita McCartney era una muchacha muy dulce y por esto el hermano se sentía con autorización para pensar en ella como y cuando quisiera.
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sakenme de la escuela 😠😠😠😠😢😢😢😢😕😕😕💔💔💔💔😭😭😭😭
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𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 & 𝐏𝐫𝐞𝐣𝐮𝐢𝐜𝐢𝐨 & 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 | 𝘔𝘤𝘓𝘦𝘯𝘯𝘰𝘯
Romance🗝️⋆。𖦹°‧★ ─ 𝘏𝘦 𝘭𝘶𝘤𝘩𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘷𝘢𝘯𝘰. 𝘠𝘢 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘮𝘢́𝘴. 𝘚𝘰𝘺 𝘪𝘯𝘤𝘢𝘱𝘢𝘻 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳 𝘮𝘪𝘴 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴. 𝘗𝘦𝘳𝘮𝘪́𝘵𝘢𝘮𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘦 𝘥𝘪𝘨𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰 𝘢𝘥𝘮𝘪𝘳𝘰... 𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰 𝘢𝘮𝘰, 𝘭...