Capitulo 22. Uno es dueño de lo que mata

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Ya se dónde están, uno de los nuevos miembros de la Manada lo ha confesado todo, Nathan y varias de los hombres han ido a rescatarlos.

Vuelvo al refugio necesito saber que todos allí están bien, abro la puerta de la casa y cojo algo de ropa para no seguir tan expuesta. Si Adam supiese cuánta gente me ha visto hoy desnuda creo que le arrancaría los ojos a media manada.

Bajo hasta el sótano, abro la puerta y veo a todos agazapados y asustados pero todos están bien.

Les indicó que pueden volver a sus casas, poco a poco todos van saliendo hasta que veo a Megan con un bulto entre sus brazos.

No puede ser que haya dado a luz aquí! Sin Austin y sin mí.

--- Mira tú madrina nos ha salvado ---

Me acerco con lágrimas en los ojos y veo como ese pequeño bulto me mira con ojos de curiosidad. No puede ser que un bebé tan pequeño ya fije su mirada, o sí?

--- Es una niña --- Megan se ha adelanta a mi pregunta.

--- Puedes levantarte? Debes ir al hospital creo que Nathan debería revisaros ---

--- Estamos bien, solo quiero volver a casa ---

La ayudó a levantarse y la acompaño hasta su casa, por el camino le explico todo y lo más importante es que Austin ya está en camino.

No está enfadada, más bien aliviada de saber que se encuentra bien. No estoy segura de dejarla sola en casa pero necesito ir al hospital, hacer el conteo del número de bajas y ayudar con los heridos. Además está lo de albergar a los nuevos miembros de la manada no solo los que han venido a ayudar si no los que también me han jurado lealtad.

Llegó a la puerta del hospital y veo tanta gente y tanta sangre que siento ganas de vomitar, de un momento a otro recuerdo que mi abuela está ahí dentro. No sé se habrá logrado sobrevivir o por el contrario estará muerta.

Paso entre la gente, la busco angustiada y no la veo por ningún lado, una lágrima recorre mi mejilla.

--- Nathan... ---

--- Está viva, muy débil pero tiene pulso no se como todavía respira, las próximas horas serán clave. De verdad que es una mujer muy fuerte...---

Me acerco hasta la cama y la veo allí tumbada, sus ojos están cerrados y su cuerpo está cubierto de vendajes.

Diosa no me la vuelvas a quitar, por qué me la devuelves para arrebatarmela de nuevo? Salgo al exterior y grito, grito lo más fuerte que puedo.

Hoy ha sido un día horrible, pero he conseguido sobrevivir y ser fuerte por todos los débiles, he devuelto todo el mal que han hecho esos infelices.

Pero no me siento bien por ello, debería estar feliz por haberlos borrado de este mundo, pero no lo estoy, hoy he descubierto que no me gusta matar, no deseo arrebatar la vida de nadie. Pero si es necesario volveré a hacerlo.

Vuelvo a pasar al hospital y ayudo a Nathan poco a poco quedan menos heridos, gracias a la diosa sanan rápido y esta vez no han usado acónito.

Escucho como me hablan por el enlace, mis hombres esperan órdenes. Ojalá Adam vuelva pronto y se haga cargo de todo.

Bajo a la calle y me reúno con un grupo de soldados, les pido que hagan guardia en grupos de tres para que puedan descansar. A los demás los mando a sus casas. Mañana será otro día y ya será tiempo de organizar todo.

Escucho una voz a mi espalda.

--- Tu también necesitas descansar ---

Me volteó y sonrió.

--- Nathan descansaré a los pies de mi abuela, te lo prometo necesito estar con ella para saber que está bien. Pero solo dormiré un rato, prométeme que me despertaras... Además tú también necesitas descansar... ---

...

Un olor a café muy agradable me despierta de mi letargo, bostezo y me estiro. Sí que es verdad que he dormido pero en una postura muy extraña e incómoda. Ahora mismo no sé si me duele todo el cuerpo de dormir mal o de la pelea de anoche.

--- Déjame que te cambie el vendaje de la pierna, aunque por lo que veo ya está casi sana ---

Por un momento había olvidado que yo también fue herida a noche.

Miró a mi abuela y después a Nathan.

El sonríe y me dice que está bien, qué ha pasado buena noche y no ha empeorado. Por lo que solo necesita tiempo para poderse despertar.

Doy un sorbo a mi café y uno de los guardias viene a buscarme. En serio el trabajo de Alfa no acaba nunca. Me pide que baje a la calle porque hay algo que debo ver.

Bajo a la calle tras él, ni siquiera he dejado el café arriba sigo con él entre mis manos y voy tomando pequeños sorbos.

Cierro los ojos varias veces,  no entiendo qué hace tanta gente aquí, no recuerdo que anoche fueran tantos.

Me fijo en cada uno de ellos, no son miembros de la manada de Adam, soy buena para las caras y no reconozco ninguna.

--- Qué es lo que quieren? ---

--- Alfa, uno es dueño de lo que mata... Todos nosotros estamos a su disposición, nuestras vidas y nuestros territorios son ahora suyos...---

No entiendo nada, bueno lo de que uno es dueño de lo que mata si. Pero no comprendo o no quiero comprender la magnitud de esas palabras.

--- Es simple cariño eres la dueña de todas sus Manadas, tú has matado a sus líderes, así que ahora eres incluso más poderosa y temible que yo ---

Me volteo y comienzo a llorar, veo como mi compañero está ensangrentado pero no parece estar herido.

Me lanzo sobre sus brazos y me fundo con él, ni siquiera sé si llevo segundos, minutos o horas abrazada a él. Lo único que sé es que necesitaba que estuviese junto a mí. Escucho un carraspeo a mi izquierda me separo de Adam y veo a Austin fruncir el ceño.

--- Corre ves a casa! Una sorpresa te espera ---

--- No, no me digas que ya ha nacido? ---

Asiento con la cabeza y veo como sale corriendo de la plaza.

--- Me debes una explicación o dos?---

--- Necesito una ducha y de tu calor ---

--- Mi calor puede esperar, pero si dúchate hueles horrible. ---

--- Tengo que hacerte una reverencia ahora!---

--- No te atrevas! Y venga vamos a casa necesito que me expliques donde has estado toda la noche ---

--- A sus órdenes mi pequeña Alfa---

La debilidad del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora