Capitulo 20. Te dare una lección

553 110 13
                                    


No llevamos en casa ni un día completo y los problemas vienen a pares, no está solo el problema de que hay que dar alojamiento a un centenar de personas sino que también he recibido una carta de un buen amigo.

En la carta me detalla como ese par de sinvergüenzas están reuniendo aliados para acabar con mi Manada y especialmente con Emily.

Hasta donde me han podido contar solo dos manadas del norte le van a prestar su ayuda.

No necesito saber de quienes se tratan porque de sobra lo se, a esos dos estúpidos Alfas no les servía con romper reglas básicas sino que se regodeaban en hacerlo.

Durante estos años lo he dejado pasar porque no me han dado problemas ni a mí ni a ninguno de mis aliados pero tampoco les preste ayuda cuando la necesitaron.

Habría accedido si ellos hubieran cumplido su parte, cosa que no hicieron. Por lo tanto desde ese momento ya supe que en algún momento intentarían algo contra mi.

....

--- Es hora de levantarse dormilona! ---

Ella se revuelve en la cama y mira el reloj que hay justo en la mesita de noche.

--- Son apenas las siete, déjame dormir un poco mas--- se hace la remolona y se cubre la cabeza con las mantas.

--- No, necesitas entrenar tienes que estar preparada en caso de ataque, está vez no te podré esconder ---

Se levanta de la cama y se mete a la ducha...

No se cómo se puede tardar tanto en vestirse pero ella lo hace y muy bien. Baja de la habitación pasadas las ocho de la mañana.

Se sienta en la mesa y desayuna tranquilamente.

Creo que lo está haciendo a propósito para ponerme de los nervios. Después de otros largos quince minutos conseguimos salir a la puerta de la casa.

--- Vamos a correr hasta el campo de entrenamiento---

Ella levanta una de sus cejas en señal de desaprobación pero obedece. Veo como se va quedando atrás, pero no la voy a dejar descansar. Esto no se trata de un juego se trata de su seguridad y ahora mismo está en muy baja forma.

El campo de entrenamiento está lleno, ella llega cansada y se tumba bajo un árbol.

--- Vamos, esto no acaba más que empezar ---

--- No puedo estoy ploff, déjame descansar unos minutos por favor...---

--- Si nos atacan no tendrás ni un segundo para descansar ---

Se levanta del suelo y le pido que me ataque.

--- Me niego, tú me daras una paliza, ponme con alguien más parecido a mí ---

--- No, tú eres más fuerte que yo solo que aún no lo sabes---

Ella me lanza una patada, agarró su pierna y la lanzo al suelo. Se levanta enfadada y dolorida, está vez lanza un puñetazo lo esquivo y sonrio.

Estoy consiguiendo lo que quiero, está cada vez más enfadada. Y está vez sin poder evitarlo recibo una patada en mis partes bajas. Lo que hace que caiga de rodillas al suelo.

--- Eso es trampa --- consigo decir con la voz entrecortada.

--- En un ataque vale todo, no te van a dejar de dar golpes porque ahí abajo sientas más dolor --- sonríe y me alienta con una de sus manos para que me levante.

....

Estoy muerta, me ha dado una paliza horrible. Me duelen hasta las puntas de los dedos del pie.

Se que lo hace por mi bien pero no se si era necesario un entrenamiento tan fuerte y de repente. Creo que me oculta algo y de ahí las prisas por entrenar.

Todavía me estoy riendo de la patada que le di. Ha sido la única vez en toda la mañana que le he hecho caer a mis pies.

Voy caminando tras él para montar en el Jeep, pero el desgraciado me cierra la puerta y me dice que tengo que volver a casa corriendo.

Maldigo y veo como se marcha, no solo eso sino que le ha dicho a todos los miembros de la Manada que tienen totalmente prohibido llevarme a casa en coche.

Muy bien! Mientras corro de camino a casa pienso en como va a ser mi venganza. Esto me lo va a pagar.

He descubierto que su voz de Alfa conmigo no funciona, por lo que no me puede someter. Ahora tengo que ser inteligente y saber llevarlo hasta mi terreno.

Llegó dos horas más tarde, la verdad es que he tardado más tiempo en volver porque dejé de correr a la mitad del camino y después me pasé a ver a Megan. Todavía no ha tenido su cachorro pero Nathan le ha dicho que puede nacer en cualquier momento.

Abro la puerta y lo veo con cara de perro sentado en el sillón.

Le hago una mueca y subo a ducharme, él tendrá cara de perro pero yo huelo a perro muerto.

Bajo a comer y veo que solo tengo una ensalada. Si se cree que voy a sufrir por esto está muy equivocado. Me he pasado toda la vida comiendo sobras o en ayunas así que una ensalada para mí está bien.

Lo ignoro durante toda la tarde, cuando llega la hora de dormir es hora de poner mi plan en marcha.

Es vergonzoso lo que estoy apunto de hacer, pero creo que es necesario me quito toda la ropa y me paseo desnuda por toda la casa. Él al principio no lo nota pero cuando se da cuenta su cara es un poema.

Sus ojos cambian a dorado, puedo oler su excitación, se quita la ropa rápidamente. Tengo quince segundos para correr como nunca lo he hecho. Y está vez lo consigo. Llegó hasta su despacho y me encierro con llave.

--- Eres una lobita mala, voy a derribar la puerta y lo sabes ---

--- No te atrevas porque saltaré por la ventana y todos me verán...---

Suelta un gruñido que retumban hasta las paredes pero está vez no me va a ganar. Necesita una lección y yo se la voy a dar.

--- Volveré con las llaves lobita---

--- Suerte en tu búsqueda, yo tengo las llaves conmigo. Y se que hay otro juego de llaves pero no sé encuentran en la casa. Así que tengo tiempo para la segunda parte de mi plan.

Me siento en su silla y veo un papel arrugado sobre la mesa, lo estiró y lo comienzo a leer.

Lo que leo no me gusta nada, ahora entiendo lo del entrenamiento. Esos dos quieren llevarnos a la guerra y deshacerse de mí de una vez por todas.

Abro la puerta y voy hacia el dormitorio para vestirme, antes de llegar. Unos fuertes brazos me atrapan.

--- Te atrapé, está vez no te irás de rositas, no puedes ponerme a mil y esperar que no haya consecuencias---

Me coge como un saco de patatas y me lleva sobre el hombro.




La debilidad del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora