𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 | Zip x Edward | FPE

11

Era lunes de nuevo, por lo que los estudiantes tenían que volver al ciclo de la escuela otra vez. Edward estaba incluido, obviamente.

Él ya iba de camino hacia la escuela, no vivía demasiado lejos, pero estaba llegando un poco tarde. Caminaba rápido hacia la escuela, hasta que de repente, Zip le "asustó" por detrás.

Zip puso su mano en el hombro derecho de Edward—¡Hola!—saludo amigablemente.

Ella estaba normal, pero tenía unas vendas en la parte que le calvo el cuchillo, pero por suerte, no pudo llegar a impactar en el cráneo.

Edward saltó del susto y miro hacia detrás repentinamente.—Ah... Hola—intento disimularlo.

—¿En serio te asusté?—preguntó Zip mientras reía.— No era mi intención-—se volvió a reír.

—...—suspiro—Pensaba que no vendrías.

—Yo también, pero mi madre me obligó.—respondió— Por cierto, gracias por lo de anoche, muy valiente de tu parte después de haberte asustado de mi saludo.—se volvió a reír.

—Aha, —dijo molesto— ¿Y tú qué hacías ahí a esas horas? Que no me lo quisiste decir.

—Justamente venía a decirte eso—respondió entusiasmada— ¿Quieres saltarte las clases y ayudarme a descubrir el de la cuenta? Por cierto, me borraron la cuenta de Instagram.

Edward recuerda lo que hizo.—¿Quién?

—No lo sé, seguramente me hackearon o algo.

—Probablemente, sea alguien muy malvado... Guapo, atractivo, inteligente pero no nerd, incluso podría ser tu novio...—murmuró— Bueno, ¿Qué decías sobre saltarse las clases?

—Que si me ayudas a descubrir quien es el de la cuenta.—respondió.— Skell me dio su dirección.

—¿¡Cómo lo conseguiste!?—Edward se asustó al escuchar lo que ella dijo, intentaba buscar una escusa para no ir.— P- pero, ¿Cómo vamos a saltarnos las clases?

—Poniendo una nota en la agenda falsificada.—dijo con simpleza— Eso es lo que haces tú cuando no quieres ir al cole.

—¿Y- si la dirección es falsa?—aún más nervioso.

—Le pagué demasiado para que sea falsa.

—P- pero... Hoy toca ciencias, y tú sabes que me encanta ciencias...—intentando convencerla.

—... ¿Tienes miedo?—se burló.

—¿¡Qué!? Yo nunca tendría miedo.

—Entonces, ¿vas a ir?

—Sí...—no estaba del todo seguro.

—Pues vamos ya.—feliz.