𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 | Zip x Edward | FPE

08

Miss Emily enseñaba la clase de historia, por lo que más de la mitad de los estudiantes estaban dormidos por lo aburrida que era. Los bullies traían almohadas y sabanas para dormir más cómodamente, Miss Emily simplemente no se daba cuenta o no los veía.

Los tres bullies dormían pacíficamente, ellos tres últimamente ya no se hablan mucho debido la presencia de la cuenta, cada vez hablan empiezan a burlarse entre ellos de sus secretos.

Un sonido de puerta abriéndose despertó a toda la clase, desde la puerta se podía ver a Miss Grace entrando, mientras le murmuraba algo a Miss Emily, probablemente sea para pedir permiso para interrumpir la clase.

—Interrumpimos vuestra tan interesante clase para comunicaros un anuncio importante.—anuncio Miss Grace con cierta ironía al decir 'tan interesante'.— Como ya os comente, hay una cuenta que expone secretos que intentamos eliminar o encontrar al culpable, pero últimamente nadie nada ni nadie nos están dando pistas de quien podría ser el culpable, por lo que decidimos empezar a investigar cada estudiante uno por uno. La persona detrás de la cuenta debe de ser hacker, no tiene sentido poder grabar y publicar secretos tan rápidamente, ni tampoco poder coger imágenes o videos no compartidas, por lo que podemos descartar a algunos estudiantes, pero igualmente serán investigados...

El trío de bullies se miran entre sí después de haber escuchado lo que su directora dijo, pero nadie habló.

—Vamos a empezar por...—dijo la directora pensativa.— Lizzy, que siempre estás con el Instagram y esa mierda, luego vas tú, Petunia.—Las dos chicas hicieron un gesto de fastidio.

Todos los alumnos estaban almorzando, mientras miraban como echaban a Skell del cole. La cuenta había publicado que Skell vendía droga para ganarse la vida, cosa que todos los alumnos sabían, pero sus padres y profes no.

—¡AYUDAAAA!—grito Skell mientras era arrastrado por un guardia de seguridad, pero nadie le ayudó.

Edward también observaba la escena, mientras se sentía estaba comiendo solo, él ni siquiera sabía por qué no iba a buscar sus amigos, alguna parte de él quería estar solo.

A lo lejos estaba Zip, quien estaba haciendo lo mismo que Edward. Ambos aún no formaban ninguna pareja romántica, últimamente hacían cosas amorosas cuando Oliver no estaba a sus alcances, pero nadie confesaba ni preguntaba nada sobre el tema.

Oliver se acercó a Edward, y se sentó junto a él.—¿Por qué no vas con tu querida Zip?—dijo en tono burlón.— Después de lo que pasó ya no habláis mucho, ¿Eh?

Edward le dirigió una mirada triste, y hablo—Si no fuera por esa puta cuenta...

—No te preocupes amigo, —respondió Oliver intentando animarle.—ningún secreto durará para siempre, siempre será expuesto en cualquier momento.

—¿Tú crees? Hasta ahora nadie ha podido encontrar ninguna pista significativa.

—Tarde o temprano lo encontrarán.—Edward no parecía creerse que él era Oliver, Oliver casi nunca intentaba animar a alguien, y si lo hacía, lo hacía mediante bromas y burlas.

Zip estaba paseando por la noche, cosa que él nunca hacía, pero hoy le apetecía hacer. Todo iba tranquilo, hasta que le llegó una llamada.

El número era desconocido, por lo que no tenía mucha confianza en qué no sea una broma telefónica o un estafador descarado, pero igualmente acepto la llamada.

—¿Hola?—preguntó Zip tratando de ser amable.

—¿Quieres drogas?—Zip reconoció esa voz, era de Skell.

—...—Se quedó callada sin saber que responder—¿Es en serio?

—Muy en serio.

—No quiero tu sucia droga.—Zip colgó la llamada de inmediato, mientras soltaba un suspiro molesto.

Zip recibió otra llamada—¿Hola?

—Por favor... Necesito algún cliente, o me moriré de hambre...—intentando dar pena.

—Eh, me la suda tu triste vida, aunque te compre no vas a durar mucho, drogadicto.

—Te puedo hacer un favor a cambio.—Zip no estaba muy interesada.—Si me compras, te ayudaré a descubrir el de la cuenta.

Zip se sorprendió por su propuesta.—¿Y como me vas a poder ayudar?

—Te voy a contar un secreto...—dijo— Yo y Ruby somos amantes en secreto...

Ella se volvió a sorprender, pero no lo demostró.—¿Y eso a mí que me importa?

—Pues que ella te puede ayudar a doxear al de la cuenta, y puedes hacer lo que sea con esa información.

—Oh... ¿Dónde estás? Que te compro la droga...—dijo Zip con interés.

—¿Ahora?—preguntó Skell inseguro.

—Sí.—dijo segura.

—¿No te da miedo lo que te pueda pasar? Es de noche, por si no te enteraste...

—Que sii...—insistió.

—Bueno, esta es la dirección...