Aprendiendo a desaparecer

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Dan

Entró a su nuevo instituto, con la esperanza de no llamar la atención. Tomó su mochila y metió la mano para buscar esos viejos audífonos negros, no los soltaba, los cuidaba como si fueran una especie de diamante.

Por fin, después de una búsqueda interminable al estilo Indiana Jones, encontró su clase, con la cabeza gacha, sus cabellos castaños y lacios, le tapaban el rostro.

Le hubiese gustado enfermarse, que le pasara algo de camino al colegio. Definitivamente odiaba los cambios, ni siquiera cambiaba de estilo, siempre con jeans, converse, playeras. 

Se sentó en la esquina del aula, ¿qué mas se podía esperar de Dan?

Alison

Chicos y más chicos. Esa era la meta de Alison, salir con todos y cada uno de los chicos del instituto. Había llegado decidida, con la autoestima bien alta y la falda muy corta. Entró al salón con un extraño meneo de caderas. No veía asiento alguno, pero si vio a un chico.

—Oye, el chico de la esquina, ¿me podrías decir dónde encuentro asiento?

El Rastro de su SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora