Cita

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Chicos, antes de que comiencen con la lectura del capítulo, aviso que no voy a estar actualizando muy seguido ya que mi madre odia que esté haciendo estás cosas en internet, ya veré como me las arreglo. Gracias a todos los lectores. Otra cosa importante: Necesito que las fugoshi y fundashi se reporten para ver si se sigue la historia "Alterna" con Scott y Alistair.

Andrew

La cita estaba pasable, lamentablemente Angie no se dejó tocar. Además, el humo del cigarrillo le molestaba demasiado. Ella estaba eliminada de su lista de posibles citas.

Tenía que conseguir una cita para la bienvenida, pero, ¿Quién? No había ninguna chica que tuviera lo que él quería: Chica peligrosa y misteriosa. La mayoría de las de secundaria eran demasiado buenas e inocentes, y las de preparatoria eran gordas y bobas. Podía ir al baile de bienvenida con Alison... No, no era el tiempo, tenía que esperar a ganar la confianza de ella y sus amigas.

Alison

Ese día era la cita, Alison se levantó temprano, bajo a la cocina. Allí estaba su hermano preparando el desayuno.

—¡Buenos días! —Dijo Alison estirándose acompañada de un enorme bostezo.

—¿Qué tal Alison? ¡Oh! Se me olvidaba, una chica llamada Dan llamó cuando tú aún dormías.

—¿Dan? —Preguntó Alison emocionada. —Por cierto: Dan no es una chica.

Le dedicó una mueca amistosa a su hermano y subió a la habitación. Marcó el número de Dan, quien no tardo en contestar.

—¿Bueno? —Dijo la voz de Dan a través de la línea.

—¿Dan? ¡Soy yo! Alison.

—Hola, ¿Estás lista? Llego a tu casa en una hora.

—¿Bromeas? ¡Estoy más que lista! —Mintió Alison.

Ahora solo tenía una hora para vestirse y no le había avisado a su hermano que saldría. Se metió en la ducha. Salió y se vistió con una blusa blanca con una especie de encaje azul marino en el pecho y una falda blanca sobre unas mallas negras que le llegaban bajo las rodillas. Justo al terminar: Alguien tocó al timbre de la casa.

Dan

Alison salió de la casa, se había vestido más formal de lo que había pensado, sus ojos azules se notaban más cuando vestía de blanco. Sin embargo, Dan no se había molestado demasiado en arreglarse para la cita: Una camisa de marinero azul y blanco, unos jeans negros y un suéter negro. Ahora Dan se sentía una especie de vagabundo junto Alison.

Dan se levantó del capo del Mini Cooper y se acercó a Alison para plantarle un beso vacío en insignificante en la mejilla. Más no pareció insignificante para Alison: Su rostro se transformó en una fresa.

Subieron al Mini Cooper, el camino había sido corto, y sobre todo, silencioso. No era un silencio incomodo, era más: Seguro, incluso, amistoso. Sus mejillas se ponían rojas al momento de cruce de miradas.

Hacía bastante tiempo que Dan no salía con nadie, ahora se encontraba en na cita con Alison, la chica más popular del colegio ¿Era qué eso debería de provocarle orgullo? Solo era otra chica, como las demás, solo con un poco de estilo y belleza. Al no saber qué hacer en una cita, en el paseo del parque donde habían cientos de árboles y personas, se paró donde había un hombre ya un tanto viejo y compró el primer globo que vio: Uno grande y rojo, se lo entregó a Alison acompañado de tímidas palabras.

—Alison, no soy la mejor en esto de las citas, así que no sé qué se le debe de dar a una chica como tú. Así que... Te compre un globo.

Ella no respondió nada ante la situación, solo gesticulo una pequeña palabra: "Gracias" Sin tomarle importancia a la simple palabra: Dan siguió caminando, pronto Alison la alcanzó y la tomó del suéter. A Dan le costaba admitirlo, sin embargo, era entretenido estar en una cita con Alison, quizás por su forma poco inteligente y boba de reaccionar ante situaciones de la vida cotidiana, o por el simple hecho de que era una persona increíble. Dan optaba mayormente por la primera opción. La idea de que le agradara Alison por ser increíble no era el tipo de pensamientos que rondaban en la cabeza de Dan.

Durante la cita, la sonrisa de Dan decidió no reportarse ante Alison, se habían paseado por todo el parque, compraron helado: El favorito de Dan era nuez y el de Alison era el de frambuesa. Había que admitir que el rostro de desesperación era increíblemente gracioso, llegó a sacarle una pequeña sonrisa a Dan, quien la ocultó detrás del helado.

Dan tenía algo frío en la nariz, Alison acercó su pulgar a ella y removió aquel delicioso helado de nuez. Dan no usó evitar sonrojarse un poco, hacía años que nadie la tocaba de una manera tan sutil y cuidadosa, Dan se sentía segura con Alison.

Pronto se dieron las horas de regresarla a casa, no quería recibir una paliza por parte del hermano de Alison. Se despidieron, ese día fue importante para Dan aunque ella no lo aceptará.

El Rastro de su SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora