Se quedaron sin banderas

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No puedo creerlo, dice y su compañerorepite las mismas palabras. A su vez, el ruido es el espacio que compone supequeña habitación donde se resguardan. Un miedo se les sube a la garganta y lasaliva que tragan les da asco. La náusea se apodera de sus estómagos, losuficiente como para retorcerse y que la boca les sepa agria. El bulliciopenetra las paredes en un caos que lo disuelve, no hay nada que hacer ¿cierto?En efecto, no había nada más que hacer. Si se movían de allí, quedaríanextirpados, dos personas lejanas de una patria desconocida. La muerte sugirióel otro; cuando escuchó su propuesta se sintió aliviado, porque era mejor lamuerte que el exilio: el exilio era el desconocimiento, la pérdida de lapureza, la nada, una perdición oscura. Recapacitó; la muerte era una opcióninnegable, aunque esa ahora era su última opción, no podía ser determinante. Enun pequeño espacio se sintió inquietado, hasta molesto por su compañero, por sulógica. Cada vez que pedía una respuesta era tan lógica que no había comocontradecirla. ¿Cómo podría hacerlo ahora? Una bruma se cernía sobre ellos.Sintió las mejillas húmedas, deshechas, ardiendo. Tomó una de sus lágrimas y sesintió asqueado: era como probar veneno salado, se preguntó realmente si valíaesos últimos momentos. De cualquier manera, los iban a encontrar y lo que lesharían... Ni lo pensó, solo siguió tragando saliva como si fuera bilis. Por creertevivo, por pensar que podías engañarlos, mira ahora como te encuentras, ¿así te veíasen tu pasado? El poder, por si no lo sabias, perturba a la gente, la vuelveincapaz; en un principio la hace invulnerable, hasta casi inmortal, pues la leyes poder. Pero una vez que ellos se dan cuenta que detrás del poder hay unhombre como ellos, actúan de la misma forma que un tirano: no tienen piedad yno descansaran hasta ver una cabeza o la sangre de quien los perturbó. Escuchólas palabras de su compañero, ¿por qué no tomaba el arma y le disparaba de unavez para callar esa maldita boca? Quizá no lo hacía porque todo lo que dijo eraverdad, lógico. El poder no es más que una obstinación, una perturbación. Ahorapiensa, ¿tuvo algún poder o el poder lo tuvo a él? Fue manipulado por unafuerza que actuó como manipulable. Escupió al piso y se tiró a la silla. Enverdad ya nada importaba. Si tuvieras que elegir entre quedarte sin patria omorir ¿qué elegirías? Sin duda, elegiría morir de viejo. Los dos rieron. Alllegar a esa habitación, uno de los pobladores encontró una nota sobre la mesa:¡Idiotas!

Cronicas dispersasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora