El regreso a Hogwarts

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1 de septiembre de 1975, Andén 9¾

La estación de King's Cross estaba llena de vida, con estudiantes de todas las casas corriendo en dirección al expreso de Hogwarts. Luz Malfoy, ahora en su quinto año, se sentía más emocionada que nunca por regresar. Después de un verano lleno de aventuras y nuevas amistades, estaba lista para enfrentar un nuevo año escolar.

—¡Luz! —gritó Julián, quien se acercaba con Andrew a su lado. Ambos llevaban sus maletas, y sus rostros estaban iluminados por la emoción—. ¡No puedo creer que ya estemos de vuelta!

—¿Qué tal el verano? —preguntó Luz, sonriendo mientras se abrazaban—. Espero que no se hayan olvidado de hacer travesuras.

—Imposible —dijo Andrew, haciendo un gesto dramático con su mano—. Ya tengo algunas ideas en mente.

Luz miró a su alrededor y vio a Lyla Black, quien se acercaba con su cabello oscuro ondeando detrás de ella. La chica siempre tenía un libro en la mano, pero hoy sonreía con entusiasmo.

—¡Luz! ¡Juli! ¡Andrew! —exclamó Lyla, emocionada—. ¿Listos para otro año lleno de locuras?

—Por supuesto —respondió Luz, mientras el grupo se unía a las filas para abordar el tren.

Durante el trayecto, se acomodaron en un compartimento, llenándolo de risas y planes. La camaradería entre ellos había crecido con los años, y la relación entre Luz y Remus también había florecido. Con cada año, él se había convertido en un amigo incondicional, alguien en quien podía confiar completamente.

—¿Recuerdan la broma que le hicimos a Snape el año pasado? —preguntó Julián, riendo al recordar el momento.

—¡Cómo olvidarlo! —respondió Andrew—. Nunca lo vi tan rojo de rabia.

Luz rió, pensando en cómo el trío de oro siempre encontraba la manera de hacer reír a sus amigos. Mientras compartían historias y anécdotas, Luz sintió una oleada de felicidad al tener a su alrededor a las personas que más amaba.

Gran Comedor, Hogwarts

Finalmente, llegaron a Hogwarts y se sentaron en la mesa de Slytherin. Al mirar alrededor, Luz notó que, a pesar de las rivalidades de siempre, la atmósfera era festiva. Este año, había una nueva energía, y todo parecía más brillante.

—¡Bienvenidos de nuevo a Hogwarts! —anunció el director, el profesor Dumbledore, desde la mesa principal. Luz se sintió un poco nerviosa, pero también emocionada.

Al finalizar la cena, Luz y sus amigos se reunieron en la sala común de Slytherin.

—Este año tiene que ser épico —declaró Andrew, y todos asintieron, compartiendo la misma emoción.

Más Tarde, Sala Común de Slytherin

Mientras el fuego crepitaba y la noche avanzaba, Luz se sintió afortunada de tener a su alrededor a sus amigos. Sin embargo, había una presencia especial que la mantenía alerta: Regulus Black. Había notado que él se acercaba más a su grupo, pero aún había una chispa de misterio entre ellos. Ella sonrió, sabiendo que era una relación que estaba destinada a crecer.

A medida que se adentraban en el nuevo año escolar, Luz sentía que su corazón latía con más fuerza, no solo por las travesuras que planeaban, sino por la posibilidad de que su relación con Regulus floreciera aún más.

—A la aventura, chicos —brindó Luz, levantando su copa de calabaza—. ¡Por un año inolvidable!

—¡Por un año inolvidable! —gritaron sus amigos al unísono, llenando la sala de risas y promesas de locuras por venir.

Gran Comedor, al día siguiente

El ambiente en el Gran Comedor era vibrante. Los estudiantes conversaban animadamente, llenando la sala de risas y el sonido de los cubiertos chocando. Luz, Julián y Andrew se sentaron juntos, compartiendo secretos y planes mientras devoraban sus desayunos.

—¿Qué tal si comenzamos el año con una broma legendaria? —sugirió Julián, sus ojos brillando de emoción.

—¿Tienes algo en mente? —preguntó Luz, mientras se pasaba un trozo de pan.

Andrew se inclinó hacia adelante, con una sonrisa traviesa en su rostro.

—He estado pensando en algo que involucre a las ranas de chocolate y un poco de magia.

Luz se inclinó más cerca, intrigada.

—¿Ranas de chocolate? ¿Qué piensas hacer?

—Sencillo —dijo Andrew, con un brillo en los ojos—. Vamos a encantar algunas ranas para que salten en la mesa de Gryffindor. Asegúrate de que nadie las atrape. ¡Se volverán locos!

Luz y Julián intercambiaron miradas de complicidad y rieron.

—¡Es perfecto! —exclamó Luz. —Gryffindor siempre es un buen blanco para nuestras bromas.

Preparativos para la Broma

Después de terminar su desayuno, los tres amigos se dirigieron a la mesa de Slytherin y comenzaron a planear los detalles. Utilizando un hechizo sencillo que había aprendido de Severus, Luz encantó algunas ranas de chocolate, asegurándose de que saltaran en direcciones impredecibles.

Cuando el plan estuvo listo, Luz, Julián y Andrew se acercaron a la mesa de Gryffindor. La mesa estaba llena de estudiantes charlando despreocupadamente.

—Ahora —dijo Luz, conteniendo la risa—. ¡A la cuenta de tres!

—Uno... —susurró Julián, mientras se preparaba para lanzar las ranas encantadas.

—Dos... —Andrew sostuvo una rana en su mano, sonriendo mientras esperaba el momento adecuado.

—Tres... ¡Ahora!

Con un movimiento rápido, lanzaron las ranas hacia la mesa de Gryffindor. De inmediato, las ranas comenzaron a saltar frenéticamente, provocando gritos de sorpresa entre los estudiantes de Gryffindor.

—¡Cuidado! —gritó Sirius Black, tratando de atrapar una rana que se le escapaba.

Las ranas se dispersaron por toda la mesa, brincando sobre los platos y causando un alboroto general. La sala se llenó de risas mientras los Gryffindor intentaban contener las traviesas criaturas de chocolate.

Reacciones en el Gran Comedor

Luz y sus amigos se echaron a reír, observando el caos desde la mesa de Slytherin.

—¡Es un desastre! —exclamó Andrew, mientras intentaba contener las lágrimas de risa.

—Eso es lo mejor de todo —dijo Julián, señalando a un grupo de Gryffindor que intentaba atrapar las ranas con sus manos.

Mientras las ranas seguían saltando, algunos profesores miraron con desaprobación, pero la diversión en el aire era innegable. Luz sintió una oleada de alegría al ver a sus amigos disfrutar de la broma, recordando cuán importante era esa camaradería.

Desenlace de la Broma

Finalmente, el caos se calmó cuando un par de estudiantes de Gryffindor, liderados por Remus Lupin, decidieron unirse al juego y comenzaron a ayudar a atrapar las ranas.

—¡Buen intento, chicos! —dijo Remus con una sonrisa mientras atrapaba una rana—. Pero deberías saber que siempre estamos listos para cualquier cosa que lancen.

Luz sonrió, sintiéndose más conectada con todos. El inicio del año escolar prometía ser emocionante y lleno de sorpresas, y no podía esperar a ver qué aventuras les esperaban.

Eternal-Regulus Black y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora