Eternal-Regulus Black y tu

Un cumpleaños para recordar

3 de noviembre de 1975, Hogwarts

El aire de noviembre en Hogwarts era fresco y claro, una señal de que el invierno se acercaba. Luz Malfoy estaba emocionada, no solo porque el clima empezaba a cambiar, sino porque hoy era un día especial: el cumpleaños número dieciséis de los mellizos Black. Con una sonrisa pícara, Luz se encontraba en la sala común de Slytherin, alardeando sobre lo que había planeado para la celebración.

—¡No puedo creer que hayas conseguido ese pastel tan enorme! —dijo Dorcas, cruzándose de brazos mientras observaba a Luz, su amiga, con una mirada divertida—. Eres la reina de las sorpresas.

—Oh, por favor, Dorcas —respondió Luz, poniendo una mano en la cadera—. ¿Quién más podría organizar algo tan espectacular? Además, tengo a Regulus de mi lado. Nadie puede resistirse a un buen plan con él.

Dorcas rió, pero su expresión cambió a una de preocupación.

—Solo asegúrate de que no se pasen de la raya con la fiesta. No quiero que terminen en problemas.

—No te preocupes —aseguró Luz, guiñándole un ojo—. Todo estará bajo control. ¿Qué podría salir mal?

Una Entrada Triunfal

Al llegar el momento, Luz y Regulus se colocaron en la entrada del Gran Comedor, sosteniendo un pastel de chocolate adornado con velas brillantes. El bullicio habitual se detuvo en cuanto los mellizos Black, Sirius y Lyla, hicieron su aparición, seguidos de cerca por James Potter y Remus Lupin.

—¡Sorpresa! —gritaron todos los estudiantes de Slytherin y Gryffindor al unísono, mientras el Gran Comedor estallaba en aplausos y vítores.

Los mellizos, sorprendidos y emocionados, se miraron entre sí, las sonrisas amplias en sus rostros.

—¿Qué es esto? —preguntó Sirius, mirando a Luz con asombro.

—Solo la mejor fiesta de cumpleaños que hayas tenido —dijo Luz, sonriendo mientras ofrecía el pastel—. ¡Apagan las velas y pidan un deseo!

Los mellizos soplaron las velas, y el sonido de los aplausos resonó en el aire. Luz sintió una ola de felicidad al verlos tan felices. La fiesta prometía ser inolvidable.

Una Noche de Celebraciones

Más tarde esa noche, el ambiente en el Gran Comedor era festivo y acogedor. La música sonaba, y todos los estudiantes se movían al ritmo de las melodías. Luz, vestida con un elegante vestido negro corto que acentuaba su figura, se sentía más segura que nunca. La tela suave del vestido brillaba con cada movimiento que hacía, y la atención de todos los chicos parecía estar centrada en ella.

Regulus se acercó, sus ojos iluminados por el brillo de la música y las luces.

—Te ves increíble —dijo, admirando a Luz con una sonrisa sincera.

—Gracias —respondió Luz, sintiendo que su corazón se aceleraba al escuchar sus palabras—. Tú tampoco te ves mal, Black.

La fiesta continuó con risas y bailes, y a medida que la noche avanzaba, Regulus y Luz se encontraron cada vez más cerca, disfrutando de la compañía del otro. Sin embargo, Regulus pronto comenzó a tomar algunas copas más de lo normal, y Luz notó que su comportamiento se volvía más juguetón.

—¡Vamos a bailar! —gritó él, tomando la mano de Luz y llevándola hacia la pista.

Bailaron entre risas y diversión, pero Luz comenzó a notar que Regulus estaba un poco más desinhibido de lo habitual.

—Oye, creo que deberías tomar un poco de agua —le sugirió Luz, intentando mantener el control de la situación.

—¡Agua es para los débiles! —se rió Regulus, sus ojos brillando con una mezcla de diversión y desenfreno.