Daphne O'Conner hermanan menor de Brian O'Conner es interrumpida en una misión por la llamada de Don Nadie, esa llamada hace que viaje desde el otro lado del mundo para golpear al pequeño Don Nadie quien rayo su auto
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Estaba sentado en el avión, rodeado de mis aliados: Hobbs, Letty, Roman, Tej y Ramsey. Nuestro destino era la base militar rusa, donde Dom y Cipher estaban planeando algo grande.
Pero mi mente no estaba en la misión. No podía dejar de pensar en Daphne. En cómo había estado a punto de besarnos hace un rato, cuando estábamos entrenando. Me parecía que el tiempo se había detenido en ese momento.
— ¿Estás bien, pequeño? — preguntó Hobbs, notando mi distracción.
Asentí, tratando de enfocarme.
— Sí, estoy bien.
Pero no estaba bien. Mi corazón aún latía con fuerza al recordar la cercanía de Daphne. Me preguntaba qué hubiera pasado si hubiéramos continuado. Si hubiéramos dejado que nuestros sentimientos tomaran el control.
Don Nadie se sentó a mi lado, notando mi expresión.
— ¿Qué pasa? — preguntó, con una sonrisa.
— Nada — respondí, tratando de sonreír.
Pero el sabía que no era cierto. Me conocía demasiado bien.
— Es Daphne, ¿verdad? — preguntó, con una ceja levantada.
Me encogí de hombros, tratando de evitar la conversación.
— No es nada.
Pero el no se rindió.
— Vamos — dijo. — Puedes hablar conmigo.
Suspiré, sabiendo que no podía ocultar mis sentimientos.
— Estuvimos a punto de besarnos — confesé. — Y no puedo dejar de pensar en ella.
Hobbs sonrió.
— Es normal — dijo. — Estás enamorado.
Me sentí como si hubiera sido golpeado por un rayo.
— ¿Enamorado? — repetí.
Don Nadie asintió.
— Sí. Y no hay nada de malo en eso.
Me sentí confundido, pero también aliviado. Tal vez Don Nadie tenía razón. Tal vez estaba enamorado de Daphne.
El avión comenzó a descender, anunciando nuestra llegada a la base militar rusa.
— Vamos — dijo Hobbs, poniéndose de pie. — Es hora de detener a Dom y Cipher.
Me levanté, tratando de enfocarme en la misión.
Pero mi corazón aún estaba en Daphne.
Estaba parado en el angar, observando a Daphne mientras se preparaba para la misión. Su movimiento era fluido y preciso, como una bailarina mortal.
