[1] Pequeño Don Nadie

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Recuerdo desde niña admirar a mi hermano mayor, Brian O'Conner. Era mi ídolo, mi modelo a seguir. Siempre estaba protegiéndome, siempre estaba allí para mí.

Cuando crecí, supe que quería seguir sus pasos. Quería ser como él, quería ser fuerte y valiente.

Me enlisté en la inteligencia británica, donde me entrenaron para convertirme en una arma. Me enseñaron a luchar, a disparar, a espiar.

Al principio, me emocionaba. Era emocionante ser parte de algo tan secreto y peligroso.

Pero con el tiempo, me aburrió. Quería más acción, más adrenalina. Quería sentir que estaba haciendo algo real, algo que cambiara el mundo.

Y entonces recordé a mi hermano. Recordé cómo había cambiado su vida después de conocer a Dominic Toretto.

Quería esa emoción, esa pasión. Quería unirme a ellos, quería ser parte de su equipo.

Así que dejé la inteligencia británica y busqué a Brian. Le dije que quería unirme a su equipo, que quería luchar junto a él y Dominic.

Al principio, se negó. Dijo que era demasiado peligroso, que no estaba lista.

Pero no me di por vencida. Le demostré que estaba preparada, que podía hacerlo.

Y finalmente, aceptó. Me uní al equipo de Dominic Toretto.

Fue emocionante, fue intenso. Luchamos juntos, robamos juntos, vivimos juntos.

Y en todo ese tiempo, mi admiración por Brian solo creció. Era un hombre valiente, un hombre leal.

Y Dominic... era un líder nato. Era un hombre que inspiraba respeto y lealtad.

Me sentí orgullosa de ser parte de su equipo, de ser parte de su familia.

Y ahora, estoy lista para cualquier cosa. Estoy lista para luchar, para proteger a mi hermano y a mi equipo.

Porque cuando estás en este mundo, no hay vuelta atrás. Solo hay adelante, solo hay acción.

Y eso es lo que quiero. Eso es lo que necesito.

Estoy sentada en una vieja fábrica abandonada, rodeada de paredes grises y polvorientas. Estoy atada a una silla, sin zapatos, con un vestido negro que parece absorber la poca luz que entra por las ventanas rotas.

Pero no estoy aquí por casualidad. Estoy en una misión. Soy la mejor en el espionaje, y mi objetivo es atrapar a un terrorista que ha estado causando estragos en todo el mundo.

Me dejé atrapar por estos hombres rusos para sacarles información. Sabía que me llevarían a un lugar seguro, donde podrían interrogarme.

— ¿Para quien trabajar? — pregunta uno de ellos, con un acento grueso.

— No sé — respondo, sonriendo interiormente.

Saben que estoy mintiendo, pero no importa. Mi misión es obtener información, no darla.

Miro a los hombres rusos, estudiando sus rostros, sus movimientos. Busco cualquier señal de debilidad.

— Vamos a hacer que hables — dice otro, sacando un cuchillo.

No me impresiono. He visto cosas peores.

— No diré nada — digo, con determinación.

Pero en realidad, estoy escuchando. Escucho cada palabra, cada susurro.

— El terrorista está en contacto con alguien en el interior — dice uno de ellos.

— ¿Quién? — pregunta otro.

A Dangerous Love || Pequeño Don NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora