A Dangerous Love || Pequeño Don Nadie

[11] Mariposas

Han pasado varios días desde que completamos la misión y capturamos a Marco. Ha sido un tiempo de reflexión y recuperación, pero también de crecimiento en mi relación con Junior.

Desde que nos infiltramos en el cuartel de Marco, nuestra relación ha cambiado. Ya no es solo una amistad profesional, sino algo más profundo. Junior se ha mostrado más protector y cuidadoso conmigo, y yo he comenzado a apreciar su compañía de una manera diferente.

Recuerdo la noche después de la misión, cuando me abrazó y me dijo que estaba allí para mí. Fue un momento que me hizo sentir segura y protegida. Y desde entonces, hemos pasado más tiempo juntos, compartiendo historias y risas.

Hoy, estábamos en el gimnasio del cuartel, entrenando juntos. Junior me estaba enseñando algunas técnicas de defensa personal, y yo estaba disfrutando de su atención y paciencia.

— Eso es perfecto — dijo, sonriendo mientras me corregía la postura.

Me sentí un escalofrío al sentir su mano en mi cintura.

— Gracias — dije, sonriendo también.

Junior se acercó a mí y me miró a los ojos.

— Estoy orgulloso de ti, Daphne — dijo. — Eres una agente excepcional.

Me sentí un poco emocionada por su elogio.

— Gracias, Junior — dije. — Tú también eres excepcional.

Junior sonrió y se inclinó hacia mí.

— Me alegra que estés bien después de todo — dijo. — Me preocupé mucho por ti.

Me sentí un poco conmovida por su preocupación.

— Estoy bien — dije. — Gracias a ti.

Junior me miró a los ojos y sonrió.

— Siempre estaré aquí para ti — dijo.

Me sentí un suspiro de alivio y me acerqué a él. Sabía que Junior era alguien en quien podía confiar, alguien que me cuidaría y me protegería.

Y en ese momento, supe que mi relación con Junior había cambiado para siempre. Ya no era solo una amistad, sino algo más. Algo que podría cambiar mi vida para siempre.

Hoy decidí invitar a Junior a entrenar conmigo en el gimnasio del cuartel. Quería ver cómo se movía en combate y si podríamos trabajar juntos de manera efectiva.

— Hey, Junior — dije, acercándome a él en la sala de descanso. — ¿Quieres entrenar conmigo hoy?

Junior me miró con una sonrisa.

— Claro que sí — dijo. — Estoy listo para ver cómo luchas.

Me reí y nos dirigimos al gimnasio.

Durante el entrenamiento, me sorprendió ver cómo Junior se movía con precisión y velocidad. Era como si hubiera sido entrenado para combatir.

— Eres impresionante — dije, jadeando después de una serie de movimientos intensos.

Junior sonrió.

— Tú también — dijo. — Eres rápida y ágil.

Trabajamos juntos durante horas, perfeccionando nuestras técnicas y aprendiendo a complementarnos en combate. Era como si hubiéramos estado entrenando juntos durante años.

Después del entrenamiento, nos sentamos en el banco a descansar.

— Gracias por entrenar conmigo — dije. — Me siento más segura contigo.

Junior me miró con una sonrisa.

— De nada — dijo. — Me gusta trabajar contigo.

Hizo una pausa y se inclinó hacia mí.

— ¿Sabes? — dijo. — Mi verdadero nombre es Scott.

Me sorprendió, pero me sentí honrada de que me hubiera confiado su secreto.

— Me alegra saberlo, Scott — dije, sonriendo.

Scott me miró con curiosidad.

— ¿Y tú? — preguntó. — ¿Tienes algún secreto que compartir?

Me reí y me incliné hacia él.

— Mi segundo nombre es Alejandra — dije.

Scott sonrió.

— Me gusta — dijo. — Daphne Alejandra. Suena perfecto.

Me sentí un escalofrío al escuchar mi nombre completo en sus labios.

— Gracias — dije, sonriendo.

Scott se acercó a mí y me miró a los ojos.

— Me gusta estar cerca de ti, Daphne — dijo.

Me sentí un suspiro de alivio y me acerqué a él.

— A mí también — dije.

Y en ese momento, supe que nuestra relación había cambiado para siempre. Ya no era solo una amistad, sino algo más. Algo que podría cambiar mi vida para siempre.