[10] Misión Cumplida

853 87 0
                                    

Ha pasado ya un mes desde que Junior y yo nos infiltramos en el cuartel de Marco. Ha sido un mes intenso, lleno de momentos de tensión y peligro, pero también de momentos de conexión con Marco.

He logrado ganarme su confianza, y cada vez me demuestra más respeto y admiración. Me ha incluido en sus reuniones más importantes, y me ha confiado información valiosa sobre sus operaciones.

Pero sé que no puedo dejar que mi relación con Marco me ciegue. Recuerdo constantemente mi misión, y sé que debo mantener mi objetivo en mente.

Hoy, hice una llamada a Don Nadie para informarle sobre mi progreso.

— Daphne, ya es hora — dijo Don Nadie, con una voz firme. — Tenemos suficiente evidencia para atrapar a Marco.

Me sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Sabía que este momento llegaría eventualmente.

— ¿Qué debo hacer? — pregunté.

— Necesitamos que consigas una grabación de Marco admitiendo sus crímenes — dijo Don Nadie. — Algo que lo vincule directamente con la organización.

Asentí, aunque sabía que no era una tarea fácil.

— Lo haré — dije.

Don Nadie me dio instrucciones adicionales y me recordó que debía ser cuidadosa.

— Junior está listo para ayudarte — dijo. — Confía en él.

Me sentí un poco mejor sabiendo que Junior estaba allí para apoyarme.

Colgué el teléfono y me dirigí a la oficina de Marco. Sabía que debía actuar con rapidez y precisión.

Me senté en la silla frente a su escritorio y sonreí.

— Marco, necesito hablar contigo — dije.

Marco me miró con curiosidad.

— ¿Qué pasa, Sophia? — preguntó.

Me incliné hacia adelante, preparada para hacer mi movimiento.

— Necesito saber más sobre tus planes — dije. — Quiero estar más involucrada en la organización.

Marco sonrió y se inclinó hacia mí.

— Estoy dispuesto a compartir todo contigo, Sophia — dijo. — Eres mi confidente.

Me sentí un golpe en el estómago. Sabía que estaba cerca de conseguir lo que necesitaba.

— Grábalo todo — me dije a mí misma. — Esto es el fin.

Me senté en el regazo de Marco, tratando de mantener la calma mientras escuchaba por el comunicador que el equipo de Don Nadie ya estaba en posición para atraparlo. Pero sabía que necesitaba distraerlo, mantenerlo ocupado hasta que el equipo pudiera actuar.

— Marco, estoy tan emocionada de estar aquí contigo — dije, acariciando su cuello.

Marco sonrió y subió sus manos por mis piernas, haciéndome sentir un escalofrío de repulsión.

— Yo también, Sophia — dijo. — Eres la única que realmente entiende mis planes.

Me obligué a sonreír y me acerqué más a él.

— Cuéntame más sobre tus planes — dije, tratando de mantener mi voz firme.

Marco se rió y me acarició el cabello.

— Mi organización va a ser la más poderosa del mundo — dijo. — Nadie podrá detenerme.

Me sentí un golpe en el estómago al escuchar sus palabras, pero sabía que debía mantener la calma.

— Eso suena increíble — dije, acariciando su cuello de nuevo. — Estoy emocionada de ser parte de ello.

Marco me miró con deseo y subió sus manos más arriba en mis piernas.

— Sophia, eres más que solo una socia — dijo. —

Me sentí una oleada de náuseas, pero sabía que debía mantener la fachada.

— Marco

Marco se rió y me besó en el cuello.

— Te deseo, Sophia — dijo. — Juntos, podemos conquistar el mundo.

En ese momento, escuché por el comunicador que el equipo de Don Nadie estaba listo para actuar.

— Ahora — escuché la voz de Don Nadie.

Me levanté de repente, simulando una llamada urgente.

— Lo siento, Marco — dije. — Tengo que atender esto.

Marco se enfureció, pero yo ya había cumplido mi misión.

— ¡Ahora! — grité por el comunicador.

La puerta se abrió y el equipo de Don Nadie irrumpió en la habitación, rodeando a Marco.

— Marco, estás bajo arresto — dijo Don Nadie, con una sonrisa.

Me sentí un suspiro de alivio mientras veía a Marco siendo llevado.

Había hecho mi trabajo. Había ayudado a derribar a uno de los hombres más peligrosos del mundo.

Pero sabía que el precio había sido alto. Había tenido que acercarme demasiado a Marco, había tenido que tocarlo, había tenido que fingir que lo quería.

Me sentí una oleada de asco y me alejé de la habitación, necesitando un baño y una ducha para limpiar mi cuerpo y mi alma.

Junior se acercó a mí, su rostro lleno de preocupación.

— Daphne, ¿estás bien? — preguntó, su voz llena de emoción.

Me sentí un poco incómoda por su preocupación, pero sabía que era genuina.

— Sí, estoy bien — dije, tratando de sonreír.

Junior me miró con escepticismo.

— ¿Seguro? — insistió. — Vi cómo Marco te tocaba....

Me sentí un escalofrío al recordar el momento, pero sabía que tenía que mantener la calma.

— Junior, estoy bien — dije, poniendo una mano en su brazo. — Hice lo que tenía que hacer para completar la misión.

Junior me miró con una mezcla de alivio y preocupación.

— Lo siento — dijo. — No deberías haber tenido que hacer eso.

Me sentí un poco conmovida por su preocupación.

— No te preocupes por mí — dije. — Estoy entrenada para esto.

Junior asintió, pero aún parecía preocupado.

— ¿Estás segura de que no te hizo daño? — preguntó.

Me sentí un poco emocionada por su cuidado.

— Estoy segura — dije. — Solo necesito un baño y una ducha para limpiar mi cuerpo y mi alma.

Junior asintió y me abrazó suavemente.

— Estoy aquí para ti — dijo. — Siempre.

Me sentí un suspiro de alivio y me apoyé en su abrazo. Sabía que Junior estaba allí para mí, y eso significaba todo.

A Dangerous Love || Pequeño Don NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora