No promise. 《Kagehina》

010

–Realmente considero que deberíamos sentirnos afortunados de tener practicas con Schweiden Adlers.
El couch sonreía de manera orgullosa, ambos equipos en muy poco tiempo habían escalado hasta la cima del volley en Japón por lo que tener entrenamientos juntos solo acortaba la brecha para alcanzarse y jugar con todo cuando tocara decidir quienes serían los que se quedarían con el podio.

–Si, ¡súper afortunados! ¡Yuju!
La voz desanimada de Shoyo llamo la atención de todo el equipo, incluyendo al entrenador quien lo miro preocupado, no era muy normal ver al sol apagado.

Mensajes habían sido intercambiados con Kageyama durante esa semana, como si nada hubiera pasado aquella noche, como si no hubiera salido la palabra te amo de sus labios o no le hubiera mirado con el mismo amor de hace años atrás.

–¿Crees que Shoyo me este ocultando algo?
Omi rodó sus ojos en cuanto Atsumu se le pego de forma invasiva para realizar la pregunta.– Siento que me esta evitando.

–Cualquier persona normal evitaría a un loco que lo llama más de 20 veces al día.
Sakusa se alejo unos cuantos centímetros de Miya evitando cualquier tipo de contacto que lo llevará a desinfectar sus prendas más tarde.

–Lo llame menos que eso, los mensajes fueron más.
Rasco su nuca algo confuso con la situación, el no creía que fuera realmente malo querer comunicarse con su amigo.

–¿Te preocupa Hinata?
Asintió sin si quiera pensar a la pregunta del pelinegro, ambos se encontraban alejados del grupo quien ya estaba calentando en la cancha.– Ahora la real pregunta.

–¿Qué?

–A el gran Atsumu Miya, ¿Le preocupa Hinata porque es su amigo o por qué le gusta?
Tartamudeo sintiendo que sus labios se secaban, relamio estos dándole una mirada al pelinaranja en la cancha quien competía con Bokuto por quien llegaba más arriba de la malla.

–¿Omi no se lo dirás a nadie cierto?
Sakusa negó con su cabeza manteniendo ese frío y serio rostro.– Creo que estoy enamorado de Shoyo desde la primera vez que lo vi. 

–Entonces por favor conquista a ese chico y alejalo lo más que puedas de Kageyama Tobio.
Los ojos de Atsumu brillaron, los de Kiyoomi se apagaron.– No dejes que el sol deje de brillar.

Una risa triste salió de sus labios, pasando desapercibida para Miya quien animado le dio una sonrisa antes de correr a la cancha para unirse a la competencia de los otros dos.

–De todas formas tampoco tendría la valentía para decir que me gustas.
Hablo en voz baja, aceptando en silencio que prefería la felicidad de sus amigos por sobre la suya, podría aprender a vivir con la idea de que jamás sería algo más para el rubio.

–Buenas tardes.
El de mascarilla se volteo para observar al alto e impotente Ushijima parado detrás seguido a su derecha por Kōrai y a su izquierda por el enemigo... Kageyama Tobio.

–Hola.
Saludo de forma tosca y seria, quiso golpearse en la frente. ¿De verdad consideraba a Kageyama su enemigo por Hinata? De alguna forma suponía que ya eran amigos por más que quisiera negarlo.– ¿Y tu anillo?

Esa última pregunta fue dirigida al peliblanco, con quien se sentía en la confianza de preguntar debido al tiempo que pasaron juntos en los múltiples campamentos de verano en su juventud.

–Oh... ¡Me divorcie!
De alguna forma Omi sintió que eso traería problemas más adelante, pero que más da, lo que le pase personalmente a los de su equipo no le interesa a menos que influya en el juego.

–¿Has visto a Shoyo?
Miro incrédulo a su ahora declarado enemigo, notando como Tobio lo buscaba en la cancha con la mirada.

Ni si quiera perdió el tiempo y salió de escena encaminandose a donde se encontraba su grupo, realmente no podía creer que esos tres fueran su grupo, suspiro.

–¿Sakusa Kiyoomi acaba de ignorarme?
Kageyama pregunto con cierto tono ofendido y Kōrai solo se río de la situación.

Se dejó caer al piso jadeante con su espalda pegada a la fría pared en búsqueda de un descanso, el entrenamiento había sido verdaderamente intenso, sentía que su pecho ardía con cada respiración profunda qué daba y sus pensamientos se encontraban distorsionados.
Abrazo sus rodillas y apoyo su cabeza en estas cerrando los ojos.

Alguien se sentó a su lado.

–Hace mucho tiempo no jugábamos así.
Hinata hablo entre respiraciones agitadas.

–Bastante tiempo.
Su corazón se detuvo por un segundo cuando la voz de Kageyama fue la que entró por sus oídos, se negó a abrir los ojos y levantar su cabeza.– ¿Podemos hablar?

Guardo silencio, estaba cansado, realmente cansado.

–Quiero que podamos mantener una amistad, no quiero que perdamos contacto de nuevo pero yo no puedo darte lo que quieres, Sho... No puedo ser tu pareja, no puedo volver contigo.

–¿Te gusto aun que sea un poquito?

Kageyama tomo aire antes de contestar.

–Si.

–¿Entonces por qué no podemos estar juntos?

–Porque yo no siento lo mismo de antes, no quiero dañarte con mis sentimientos siendo confusos.

–¿Confusos por qué?
Esta vez Hinata alzó su rostro buscando la mirada de un complicado pelinegro.– Los ojos no mienten, esa noche me volviste a mirar como pensé que no volverías a hacerlo nunca.

–Shoyo basta...

–¿Qué significó esa noche para ti?
Kageyama quiso responder pero no lo logro, su rostro se veía notoriamente afligido y sus movimientos torpes dejaban expuesto los nervios que tenía.

–Digamos que fue... Un pequeño desliz.

Definitivamente era un estúpido por seguir rogando, Hinata Shoyo un mínimo de amor propio.

–No hablemos más, no quiero nada que ver contigo.
Se levantó de su lugar de un solo salto dejando a Kageyama sentando solo en el piso.– Por favor te lo pido, no me vuelvas a buscar más.

–Sho...

–No, esto debimos hacer desde siempre.
Trago el llanto y limpio las lágrimas que comenzaban a rodar por sus mejillas.– Contacto cero.

Y camino dándole la espalda, después de todo Hinata estaba seguro de que Kageyama no lo extrañaría.

Aún que él si lo extrañaría, aun que a él se le partía a pedazos el corazón.