Capítulo 7

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Emma llegó a su hogar con la cara aún sonrojada. Abrió la puerta temblando un poco y llegó a su cuarto donde se tumbo en su cama.

-"¿Qué es esto que siento? Es extraño, cada vez que estoy junto a él yo... yo...yo solo quiero estar con él"-pensó.

Agarró una almohada y se tapó la cara con ella, sus ojos estaban cerrados y su rostro de preocupación se convirtió en una sonrisa.

Mientras tanto Andrés también llegó a su casa. Abrió la puerta, entró y la cerró.

A diferencia de Emma, él aún seguía en la puerta con cara de preocupación. Se sentó lentamente en el suelo y ahora estaba en posición fetal. Su vista estaba hacia el techo y aún seguía con la misma expresión. De pronto un lágrima salió de sus ojos; su cara cambió a tristeza, ¡estaba llorando!ç

-¿Porqué? Ella es linda e inocente, en cambio, yo soy un antisocial que odia a los demás.

Se preguntarán porqué Andrés llora por una tontería como esa, hay otra razón para que derrame lágrimas, y la razón es la siguiente:

Cuando él estaba en la primaria no tenía el mismo carácter que ahora, es más, era popular. Lo conocían todos los chicos, chicas hasta maestros.

Las chicas caían a sus pies como simples flores y todos los chicos querían ser como él. Su vida era asombrosa, hasta que aquél incidente sucedió.

A la salida se encontró con una chica que no le prestaba atención. Él se le acercó y le dijo:

-¿Porqué no eres como las demás?

-Las chicas tontas esas, que caen a los pies de un imbécil, nunca me compares.

-Pues ellas son más lindas.

La chica se enojó y le empezó a gritar:

-Tendrás un montón de chicas en la palma de tu mano, pero nunca tendrás una que valga la pena. Todos te siguen por interés y ninguno por verdadera amistad, tú eres el idiota que les crees, si sigues así, nunca tendrás una chica fiel, inteligente y sabia.

Al final del día Andrés reflexionó lo que la chica le había dicho. Prometió nunca juntarse con una chica, pues tenía miedo de arruinar todo y herirla, pero un día en secundaria se juntó con una. Ella era perfecta, pero un día su vida fue tomada ya que se escapó con Andrés y mientras corría, un auto pasó y.... Andrés decidió nunca juntarse con nadie más después de eso, pero no pasó así.

Andrés se limpió las lágrimas y sonrió mientras decía:

-Soy un maldito cobarde, prometo que esta vez seré más cuidadoso, la protegeré con toda mi fuerza.

Se levantó y salió de su casa. Llegó a la casa de Emma tocó la puerta y se abrió, adentro estaba aquella chica con cabello castaño y ojos marrones estaba ahí asombrada al verlo a estas horas de la noche.

Ella asustada le dijo:

-¡¿Qué demonios haces tu a....?!

Algo la había interrumpido, sus ojos estaban tan grandes como podía, su corazón latía con fuerza, solo había una explicación para que todo esto estuviera pasando...

Así que, mis queridos lectores ¿qué opinan? ¿qué creen que será "eso" que la interrumpió?

Sus grandes ojos se cerraron lentamente, sus manos estaban sobre los hombros de Andrés, estaban apretando fuertemente su camisa de mangas largas.

Creo que ya es tiempo de decirles que es "eso".

¡Un beso!

Sus labios estaban juntos y los dos tenían los ojos cerrados, Emma tenían sus manos sobre los hombros de Andrés y él las tenía en su cintura. No podría haber nada más romántico que un beso. Ni 1000 palabras podrían describir lo que se siente ese placer de la vida. No hay nada más fuerte que el amor. Ahhhh el amor, ningún ser humano podría saber porque es tan perfecto, no hay respuestas para ello.

Mientras tanto, aquellos dos seguían acaramelados; hasta que él dijo sin separar sus manos de la cintura de Emma y con sus dos frentes juntas:

-Te a... mejor no, eso sonaría muy cursi, quiero que te quedes conmigo, yo te protegeré.

-Sabes, eso también sonó cursi.

-Pues hay que admitir que no se puede expresar el verdadero amor sin ser cursi.

Los dos sonrieron y se separaron. Ella dijo:

-Ya es demasiado tarde, será mejor que te vayas, pueden violarte e incluso sacarte los órganos y...

-Te estás burlando de mí ¿cierto?

-Sonaste estúpido en aquél momento.

-Esta bien, me iré, pero prométeme que no llorarás.

-Tú también te burlas de mí.

-Jajaja buenas noches, que descanse bien.

-Igualmente.

Andrés se fue con una sonrisa y ella entró pensando en todo lo que sucedió, fue el mejor día de sus vidas.

No me importaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora