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Después de la tormenta viene la calma, ¿Pero que sucede si fuera al revés.

Habia pasado un mes, un mes desde que la angustia de Jungkook se volvió paz, un mes consintiendo y cuidando de Jimin, los peligros parecían haberse alejado de sus caminos pero los miedos seguían latentes.

El embarazo seguía en curso, Jeon se había vuelto todo un quisquilloso con ello y Jimin estaba feliz de que el mayor mostrará su preocupación y amor con arrebatadoras acciones.

Acariciando el aún plano vientre de su perfecto bebé lleno de rizos, Jimin se regodeaba de la vista de su hombre fuerte y musculoso acostado entre sus piernas con su boca en su vientre, acarciandolo y hablándole a la pequeña criatura.

Jamás imagino que verlo en esa fase le llenaría tanto el alma.

– ¿Estás calentito ahí dentro? ¿Necesitas algo? Voy a conseguirlo por tí, soy tu esclavo.

Sus palabras causan una fuerte risa en el menor y Jungkook sube a mirarlo con molestia.

– No rías tan fuerte amor, lo sacudes.

– Oh, lo siento, lo siento.- Era magnífico, la etapa del embarazo con Jungkook a su lado, era lo más hermoso que haya vivido hasta ahora, y guardaba espacio para los recuerdos de su bebé al nacer.

Sin embargo la burbuja de ensoñación fue interrumpida por los llamados de Hoseok al mayor.

Puede que el mes de descanso que Jungkook había ayudado mucho a Jimin a lidiar con el embarazo, las nauseas habían aparecido, los antojos y las incontenibles ganas de hacer pipí también, todo era más ligero si el mayor estaba a su lado, pero Jungkook era un hombre con inmenso negocio sobre sus hombros y una familia venenosa que se estaba aprovechando de su ausencia y quiera o no, debía tomar el control una vez mas o todo por lo que habia trabajado después de su tio, se vendría abajo.

– Espérame aquí cielo, ¿Quieres algo?

Jimin sabía que había algo más, Hoseok parecía estar demasiado ocupado esos días y Jungkook se ponía de mal humor cuando llegaban los reportes.

– Fresas, por favor.- Asintió y beso una vez más su vientre para apoyarse en sus brazos e inclinarse y darle un beso en los labios a su bebé.

Sabía lo que vendría.

Quejas y más quejas.

Salió de la habitación dejando a Jimin acurrucado en su cama con sabanas limpias, y se preparó para enfrentar lo próximo.

Hoseok lo esperaba impaciente en el salón principal, caminando de un lado a otro mientras Taehyung a un lado parecía pensativo, ambos lo miraron cuando apareció frente a ellos.

– ¿Qué sucede? ¡Y deja de gritar que perturbas a Jimin!

Asintiendo Hoseok se acercó a el.

– La policía cerró uno de los casinos, el del tío Pil para ser más específico.

Mierda.

Taehyung se levantó rápidamente hacia su primo.

— Esto se está saliendo de nuestras manos Kook, entendemos que quieras cuidar a Jimin y a tu bebé, Pero hombre está desafiandote, ha permitido la venta de drogas en el casino, los cerraron por investigación, los federales han pedido hablar directamente contigo para saber que hacer y estoy seguro de que pagarás mucho por abrir nuevamente el lugar.

– Está enojado por lo de Lia, quiere enfrentarte y necesitas ponerlo en su lugar, no acepta que Lia te haya traicionado y quiere desafiarte hombre, deja que Taehyung cuide de Jimin y pon esto en su lugar.- Las palabras de cada uno calan hasta lo más profundo de su ser, sabía que su familia era un arma de doble filo que buscaban la mínima oportunidad para apuñalarlo.

Sin embargo su prioridad estaba en Jimin, Jimin y su bebé, no quería simplemente volver al campo de batalla, usar su personalidad de hombre rudo que no se deja intimidar ni vencer, quería estar entre las piernas de su bebé besando su vientre y consintiendolo hasta lo mas mínimo.

Cada vez entendía más porque su papá se había apartado de los negocios familiares, el decidió ser un padre de familia, un esposo y un hombre admirable en vez de un eslabón más en esa familia.

Sabía que debía hacer, el lo sabía.

– Dile a Jackson que se quede a cargo y vamos a la mansión familiar.

Por más que hubiera deseado esa vida familiar sin problemas, el ya había tomado un camino y debía seguir en el.

Se dió una vuelta yendo a la cocina por esas fresas, necesitaba avisar que estaría fuera por unas horas quizás, necesitaba a Jimin tranquilo, sereno y a su bebé a salvo.

Después de desinfectarlas y echarlas en un recipiente, caminó hacia su habitación.

Encontrando a Jimin mirando hacia la nada mientras acariciaba su vientre.

– Fresas para tí.- Llamando su atención, vió como los ojos del menor se iluminaron tal cual dos grandes luceros.

Tomandolas entre sus manos, Jimin se dedicó a comer sus fresas frescas bajo la atenta mirada del mayor.

Había una parte de el que le pedía no irse, el de verdad quería quedarse en la cama con su chico, necesitaba seguir sintiendo su calor, sus latidos, ese vientre donde estaba el otro amor de su vida, necesitaba a su pequeña familia.

– Tengo que salir, pero volveré en unas horas ¿De acuerdo?- Parando de comer el menor lo miro fijamente.

Sabía que en algún momento la rutina tenía que regresar, solo que no esperaba que fuera tan pronto...

– Está bien.- Murmuró mientras dejaba el recipiente a un lado.

Era un saco de hormonas y estaba más sentimental de lo normal, no podían culparlo por la tristeza que sentia al saber no veria a Jungkook por unas horas.

Pero fuera de eso, también estaban esas ansias de querer tener a Jungkook antes de irse, necesitaba sentirlo y saber que volvería a el al final del día, siempre tenía que volver a el.

Y Jungkook lo supo al ver sus pupilas.

– No podemos y lo sabes, debes dejar de hacer esto Jimin, me haces perder el control cuando me miras así.

– Solo déjame...

– ¡No! He dicho que no. Debes... Debes cuidarte y cuidar al niño ¿De acuerdo? Solo espera un poco por mi.

Jamás Jungkook le había negado el acceso a su cuerpo de ninguna manera, incluso si en ese mes no lo habían hecho, el menor había aprovechado cada instante para hacerle mamadas y tocarlo hasta hacerlo reventar pero ahora estaba recibiendo un rotundo NO y se sentía morir, con ganas incontrolables de llorar y gritarle que era un estúpido por hacerlo sentir así.

Pero se limito a bajar su rostro y tratar de respirar con calma.

– Te prometo que volveré ¿De acuerdo?

¿Y que si eso no pasaba? ¿Qué si no volvían a verse? No. Debía confiar en el, debía hacerlo.

Solo asintió y llevo sus manos a su cara, no quería llorar a mares por algo así, solo necesitaba relajarse y esperar pacientemente.

Y a Jungkook le dolió el corazón verlo tratar de contener sus emociones y anhelos como jamás lo hizo, porque Jimin podia pedirle follar las veinticuatro horas del dia y el le diría que si sin problema.

Pero está vez era diferente, necesitaba cuidarlo y arrancar ese miedo en el menor, sabía que su ansiedad por tenerlo antes de alejarse se debía a un posible trauma de abandono, no era tan estúpido.

Crecer con padres como los suyos lo había traumado de alguna manera, había logrado plasmar sus frustraciones, miedos y deseos a través del sexo, pero debía parar.

Solo se dió media vuelta y salió de la habitación con el corazón latiendole a mil por segundo.

– Ya vamos.

Hoseok asintió y Taehyung los miro irse junto a varios hombres, pocos en realidad porque la mansión estaba rodeada de al menos veinte hombres cuidandolos.

Deberían estar y sentirse a salvo.

Pero ¿Qué sucedería si el que no volvía era Jimin y no Jungkook?

Ninfomanía [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora