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El único sonido en el lugar, era el del reloj en el gran salón haciendo Tic Tac conforme avanzaban los segundos.

La vida de Jeon Jungkook después de la muerte de su hermano menor se basaba constantemente en eso, un espeso silencio que abrumaba, era un bucle que se repetía una y otra vez, incluso si encontró satisfacción en amantes o sus negocios sucios, al volver a casa la inmensa soledad lo abrazaba y lo hacía sentir desorientado.

En la mente de Jeon sabía que no había nacido para algo así, quería niños, quería un hogar, quería una casa ruidosa y una familia normal. No aquello.

Su plan era sencillo, esperaba pacientemente por la mujer que estaba por ingresar a su hogar.

Se sentía ansioso, por fin acabaría con todo, era como arrancar sus más grandes problemas de raíz y le daba satisfacción hacerlo.

Por eso cuando escuchó la puerta trasera ser cerrada con cuidado sonrió y tomó el artefacto a su alcance llevándolo escondido tras de el, caminando sigilosamente hasta ella.

Sunghee era una mujer valiente y vanidosa, audaz y ciertamente inteligente aunque no más que el.

– Buenas noches, Sunnie.

Miró como el cuerpo contrario se tensaba y se daba vuelta para enfrentarse a el. No había nada que hacer, era el encuentro final y ambos lo sabían.

– Debí suponerlo, siempre estás un paso adelante ¿No?

– Lo sabes, lo sé, todos los sabemos ¿Dónde está Lia?

– La maté, la muy cobarde quiso correr hacia ti para intentar salvar a Jimin, es demasiado estúpida.

– No tienes corazón ¿No es así? Estás tan podrida Sunghee.

– En eso somos iguales ¿No crees amorcito? Mataste a tu propio tío.

– Son una basura, siempre lo han sido.

– También pensamos igual. ¡Me es inevitable pensar lo bueno que hubiéramos sido como equipo! Pero has tenido que arruinarlo todo ¿No? ¿Por qué?

– No podía ser, sigues siendo parte de mi familia y solo eras placer, ya lo sabes, la hija del jefe.

Ella aprieta su mandíbula y cierra sus ojos tratando de que esas palabras no afecten su cordura, aunque le hayan dado justo donde el quería.

– Hijo de puta, me usaste.

– No. Tu padre jamás pensó en ti como sucesora, es diferente.

– ¡No me hagas reír! Yo era su adoración.

– ¡Hasta que mostraste ser una maldición! Ni siquiera Hye te dejó algo, estabas fuera de sus deseos, fuiste la decepción de ellos Sunghee.

– ¡No es cierto! Ese niñito de mierda al que le llevaste le lavo el cerebro, fue el hijo que siempre quiso ¿No? Obediente, bien portado, educado, es toda una joyita tu puto.

– Incluso si el tío hubiese estado vivo, también lo hubiera amado, como lo amó Hye y como lo amo yo. No te molestes Sunnie, no le llegas ni a los talones a mi niño.

– Dijiste que no te enamorabas de nadie ¿Cómo explicas esto, eh? ¡Eres un maldito mentiroso!

– En realidad quise decir que no iba a enamorarme de tí, no te lo tomes personal, era solo una retorcida aventura.

Ella sonríe sin gracia y saca el arma de la parte trasera de su pantalón, está decidida a tomar lo que le corresponde incluso a matar al amor de su vida y su más grande desgracia si es necesario.

Sin embargo Jungkook no se inmuta y solo la mira.

– Me hiciste abortar, dijiste que no querías ser papá.

– No te mentí.

– ¡No mereces ser feliz Jungkook! Has matado a demasiada gente, has destruido familias y los corazones de muchas mujeres ¡¿Quién mierda te crees que eres?!

– ¡¿Crees que no lo sé?! Estoy hasta la garganta hundido en esta mierda y solo intento sobrevivir a la loca vida que decidí vivir por complacer a tu padre, ¡Este es tu lugar! No el mío, pero no podía decepcionarlo cuando el estaba cuidandonos y criandonos después de la muerte de mis padres. No seas imbécil se perfectamente mi posición y tu deberías saber la tuya, debiste quedarte en europa gastando los millones que te llevaste ¿A qué has vuelto Sunghee?

Las lágrimas se apoderaban de lo ojos de la mujer mientras lo miraba con dolor.

– Quiero mi vida de vuelta.

– Creeme yo también, pero para tener mi paz de vuelta es necesario desaparecerte por completo de mi vida.

Ella frunce el ceño tratando de entender sus palabras, mientras que con  rapidez y su fuerza Jungkook saca aquel bate de madera rodeado de alambre de púas. El impacto llegó a sus costillas haciendole gritar y soltar el arma.

Cada recuerdo de la muerte de su hermano llegó a su mente con un flashback, su cara fría y sus ojitos cerrados. Levantó el bate y no se detuvo golpeando e incrustando las púas en su cuerpo sin remordimiento.

" Ella no lo sabe, realmente la amo porque es mi hija, pero no le perdonaré lo que hizo y mucho menos que me haya abandonado"

Las palabras de Hye.

" La crié para que fuera una leona, una mujer fuerte e invencible, Pero en realidad crié a mi propio verdugo, está dispuesta a traicionarme si se siente amenazada por mi."

Las palabras del tío.

Y finalmente.

"El embarazo no lo logro, Jimin ha tenido un aborto nuevamente."

Las palabras de Hoseok.

Sunghee era una mujer sin escrúpulos, una mujer fría y dañina que había manejado todo a su antojo, como si fuera un tablero de ajedrez, creía tener el sufieciente poder para acabar con lo que la molestará y se protegía bajo el mando de su padre, pero a la mínima oportunidad había hecho un desastre.

Le robó, secuestro a su hermano, secuestro a Jimin, se alió con el tío de Jimin y también con Jackson para destruir su vida.

Se llevó a quienes quería por el medio solo para poder llegar a reclamar lo nunca tuvo, su vida jamás fue sana ni digna de admirar, se perdió en vicios, derrochaba dinero y se acostaba con quién quisiera sin importar lo mucho que lastimo a Hye o lo tanto que decepcionó a su propio padre.

Las desgracias comenzaron gracias a ella, y terminaba así.

Volviendo a la realidad paró los golpes al ver el cuerpo molido y la escena escalofriante frente sus ojos, ni siquiera podía reconocer su cuerpo, estaba completamente destrozada.

¿Por qué tener remordimientos con alguien que no los con el?

Sin embargo al soltar el bate y que este hiciera un ruido en el suelo, Jungkook se dió cuenta que el vacío en su interior no ceso, el silencio siguió abrumandolo y sus rodillas cedieron a un llanto arrasador.

Otra vez perdía una parte de su vida, otra vez Jungkook perdía la pizca de felicidad que habia tenido y se sentía una completa mierda que siguiera repitiendose el puto bucle.

Estaba cansado, quería que su Jimin fuera feliz, Pero ¿Cómo? Si su sola presencia traía desgracias.

Era tan imbécil que ni siquiera quería dejarlo ir aunque supiera que era lo mejor para su pequeño.

Y por más que lo pensara, al ver sus manos, su ropa y la escena Jungkook supo que debía decepcionar a su tío.

El no podía continuar con esa vida, si haría infeliz a Jimin.

No más.



Etapa final.

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Ninfomanía [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora