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La traición era algo imperdonable para Jeon, aún recordaba los ojos de Sunghee cuando le dijo que la aventura que tenían debía terminar.

"Te arrepentirás de esto, te lo juro."

Esas fueron sus últimas palabras antes de desaparecer de su vida, pero meses después su hermano muere gracias a un inesperado robo que terminó en un secuestro.

Algo ilógico, nadie ni siquiera el sabía la clave de esa caja fuerte, pero que de la nada un montón de hombres entrarán a la mansión y supieran su ubicación y clave, solo la dejo como la sospechosa número uno, desafortunadamente su hermano había visto aquello y como si no fuera suficiente la cantidad de dinero que se llevaron, lo tomaron como rehén.

Jungkook jamás olvidaría la imagen de su hermano atado de manos y pies y con un plástico en su boca al abrir aquella cajuela, sus ojos sin vida y su cuerpo pálido es lo único que lo ha atormentado durante largos años.

Había perdido a su madre, su padre y su hermano.

Jeon realmente lo perdió todo.

Pero luego llega Jimin con sus ojos llenos de sensualidad mieles, su maraña llena de rulos y esas lindas mejillas sonrojadas y todo se paraliza a su alrededor.

Su vida oscura y llena de muerte, se invaden de los colores y la iluminación que el menor emana naturalmente.

Jimin se ha convertido en su universo, su mundo y el razón por la cual sigue de pie. Ahora le daría un bebé y ¡Por amor a Dios! Jeon de papá, si jamás se imagino que lo sería.

Sonreía como tonto recordando noches pasadas cuando Jimin se removía entre las sabanas incómodo, hasta que el lo abrazó y envolvió su vientre son toda su palma, causando que el menor pudiera dormir tranquilamente.

Esa noche durmió con el corazón lleno del amor que Jimin y su hijo le causaban.

– Parece que están esperandote.- Y volviendo a la realidad, ve que todos los autos están ahí, como si fuera una reunión familiar a la que no fue avisado.

– O simplemente planean como joderme otra vez.

Su amargura lo invade y el mal sabor en su boca solo incrementa cuando al bajar cae en cuenta que tendrá que enfrentar a uno de sus tíos y dejar los puntos claros nuevamente.

Era agotador.

Sin esperar, entra a la mansión y camina al gran salón dónde toda la familia estaba reunida hablando y finalmente haciendo silencio cuando se fijaron en su  presencia.

– Me alegra que estén todos reunidos.

De repente el ambiente se sumerge en un silencio sepulcral y Jeon no puede sentir ni una pizca de remordimiento por las caras abatidas que lo miran.

– Nuestro sobrino favorito ha decidido dar la cara, no conforme con amenazar con matar a su propia prima nos manda a cerrar un casino ¡Un aplauso para el!.

Debe ser un chiste.

– ¿Quieres cerrar la puta boca? - Y ahí viene el cambio de expresiones, ahora hay una mezcla de sorpresa con temor en sus facciones.- ¡¿Por qué has dejado correr drogas en el casino?! ¿Estás demente?

– ¡Me estás acusando de algo grave jovencito, ten cuidado!

Rodando sus ojos pone sus dedos en su sienes para aliviar el palpito en las mismas.

Hoseok procede a reproducir el video en su teléfono, dejándolo a la vista de todos.

"¡Confiesa hijo de puta!"

"Deja mis dedos en paz, no he hecho nada bastardo"

" Oh decides insultar, vayamos por su lengua"

"NO, ha sido Pilsook, nos ha dicho que el casino es suyo y que el tomaba las decisiones ahí "

Cortando el vídeo, todos voltean al ver el rostro de aquel exaltado hombre que abre sus ojos y se lanza contra Hoseok en un arrebato por querer quitarle el teléfono.

– Son unos imbéciles, ¿Crees tener el verdadero control de todo? ¡Todos aquí actuamos a tus espaldas! No puedo creer que Seol haya creado a alguien así ¡Tenemos un puto matón al que todos temen! ¡Ya no te tengo miedo! Tu has traicionado a tu propia familia por alguien más, eso no es honorable...

– Cierra la maldita boca Pilsook, no he venido aquí para parloteos, dejaste que el negocio de las drogas se colará en los negocios familiares, ¡No quiero a esas ratas en los casinos!

– ¡¿Pero cuál es la puta diferencia si tú también eres un delincuente?!

La poca paciencia que Jungkook tenía se esfumó en el aire al ver que su tío no estaba razonando en lo absoluto, en vez de eso parecía tener ganas de iniciar una discusión densa.

– Te dare lo que me de la puta gana y olvídate del casino.- Era todo, era su palabra y nadie podía refutar o decirle que eso no estaba bien.

Había tapado sus mierdas, había complacido a cada uno en cosas asquerosas, sus infidelidades, sus borracheras e incluso los hijos que tenían regados.

Nadie iba a hablar en su contra, no cuando el tiene sus vidas en la palma de su mano.

Se dió la vuelta dando por finalizada la discusión, pero claro que el contrario no lo dejaria así...

– Haces todo esto porque voy a defender a mi hija hasta el final ¿Pero sabes algo Jungkook? Deseo que Sunghee encuentre a ese puto que tienes por novio y le meta una bala en el cerebro, para ver si así dejas de ser tan hijo de puta.

Nadie.

Absolutamente nadie, se metía con Jimin y vivía para contarlo.

Tomó el arma en su cintura y se dió la vuelta apuntando la frente de aquel hombre que inmediatamente borro la sonrisa de su rostro, los demás se pusieron en alerta y Hoseok se cruzó de brazos.

Sabía que había llegado su fin.

– Espero te encuentres con la puta de tu hija en el infierno.- Apretando el gatillo dejo ir la bala en la frente del hombre.

El ambiente quedó sumergido en una neblina de sorpresa y un grito desgarrador de la mujer del ahora muerto.

– ¡¿Quién más?! ¡¿Quién más quiere desafiarme y hacer lo que les salga del culo, eh?! Desde ahora no me importan si son mi familia, si me tocan las pelotas les descargo la maldita pistola en la frente.

No ese no era el Jungkook que Seol crío.

Ese es el Jungkook que había fluido de su ser solo para proteger el prestigio y la dignidad de Jimin.

Estuviera presente o no, su nombre y persona debían ser respetados.

El ambiente silencioso lo rodeo y el charco de sangre se hacía cada vez más grande, ya una vez dejo las cosas claras ahora debía resolver el problema con los federales y luego abrazaría mucho a su bebé por haberle negado algo cuando el nunca lo hacía.

Sin embargo.

El sonido del teléfono de Hoseok lo alertó en el camino al auto una vez salió de la mansión y al escuchar aquellas palabras todo su mundo se paralizó.

"Jimin no está en la casa"

Y ese Jungkook iba a matar a quien estuviera detrás de todo, oh por supuesto que lo haría.





Recta final.

Ninfomanía [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora