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Narra Lizzie
No hablamos más sobre eso. ______ parecía querer evitar el tema y yo quería evitarla a ella.
No quería que me dijera que fue un error y me rompiera el corazón. Es la primera persona que me gusta más de un mes y no quiero que sea horrible.
Ha pasado una semana desde aquel beso, desde entonces cada vez que está en la casa me encierro en mi habitación hasta que se vaya.
Esta vez me tomó desprevenida. Me encontraba con Robbie en la piscina sin hacer nada en particular, solo teníamos los pies sumergidos en el agua mientras conversamos.
_______ llegó al patio distraídamente fumando un cigarrillo. Al darse cuenta de nuestra presencia nos miró con el ceño fruncido.
—Hola, ______—saludó Robbie con entusiasmo. Ella hizo un movimiento de mano y se alejó para seguir fumando.—Deberías intentar hablarle más, he escuchado que es muy popular en la preparatoria—comentó con un tono ingenuo.
—Lo pensaré—susurré forzando una sonrisa.
Volteé hacia _______, ella nos miró, terminó el cigarro y entró de nuevo a la casa.
Me armé de valor.—Voy por más bebidas—le dije a Robbie. Él asintió con una sonrisa.
Me levanté entrando a la cocina. Ella, sintiéndose como en su casa, tenía abierto el refrigerador buscando comida.
—¿Esperas a las gemelas?
—Síp, sé lo mucho que tardan arreglándose, pero tenía hambre así que llegué antes. Uy sí, Jarnett me guardó pastel de carne—tomó el traste con el pastel y cortó un pedazo.
—Es raro que la llames Jarnett
—Le decía señora Olsen, pero me regañó múltiples veces—mi madre la amaba.
Asentí y saqué el jugo del refrigerador sirviendo en los dos vasos.
—¿Robbie? ¿En serio?—volteé y la tenía muy cerca de mi. No sé en que momento se acercó tanto. Tuve que levantar el rostro porque quedé a la altura de su pecho.—No es un mal tipo pero...—lo dejó al aire.
—¿Pero?
Solo se encogió de hombros.
—Tienes razón, no es mal un tipo y al menos él no me evita—le sonreí falsamente y volteé tomando los vasos, dando la vuelta para salir.
—¿Quién te evita? ¿Yo?
—No quiero hablar, ______
—Tú me has estado ignorando, no creas que no me doy cuenta que cada vez que estámos en la misma habitación tu huyes como si tuviera algo contagioso
Suspiré dejando los vasos y la miré seriamente.
Me aseguré que nadie estuviera escuchando.—Nos besamos, no sé que más decir—me crucé de brazos encogiendo los hombros.