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______ Rivera
Gruñí escuchando el timbre, me envolví en una toalla secando mi cuerpo y corrí bajando las escaleras. Me acerqué para ver quien era antes de abrir, sonreí levemente viendo a Ari.
—Hola
—Si siempre me recibirás así vendré más seguido—dejó un beso en mi mejilla, muy cerca de mis labios.
—S-Samy no está—titubee cerrando la puerta.
—Sí, pero me dijo que estarías aquí así que quise llegar antes, lo siento debí llamarte—dijo mientras se acomodaba en el sofá.
—No te preocupes, sé que me amas en secreto, bueno ni tan secreto—le guiñé un ojo. La vi recorrer mi cuerpo con la mirada "disimuladamente".—V-Voy a... me voy a cambiar—aclaré mi garganta y regresé a la habitación.
Por el espejo de las escaleras noté como miraba mis piernas mientras yo subía.
Llegué a la habitación con la respiración acelerada. Ari me gusta desde que la conocí gracias a mi hermana, es muy linda y de cierta manera hay algo entre nosotras, no una relación sino un ligero coqueto, algo que no puedo explicar, tanto así que a pesar de no ser una figura pública existe un ship nuestro en Internet con lo poco que salgo en los directos.
Cuando ella muchas veces me coquetea creo tener una oportunidad, después veo que hace lo mismo con Samantha a "modo juego" y mi corazón se rompe.
Olvido un pequeñisimo detalle: está casada.
No entiendo como pude fijarme en una mujer casada.
Negué con la cabeza y salí de la habitación ya vestida. Ari estaba sentada mirando su celular.
—¿Quieres algo de tomar?—pregunté abriendo el refrigerador.—Tengo... agua y coca cola, a Samantha le saldrá una piedra en el riñón
Escuché su risa.—Estoy bien, ven siéntate, tu y yo tenemos un asunto pendiente—con su dedo me indicó que me acercara.
—A chinga, ¿Vas a regañarme o que?—cerré el refrigerador y me senté a su lado.
Mantuve la mirada en su rostro evitando ver sus pechos apretados por el corset negro que tenía puesto.
